Como diría Guardiola, "qué manera más cojonuda de perder LaLiga"

Y colorín colorado, este cuento se ha acabado. Listos, a preparar otro proyecto y, si puede ser, a no engañar tanto a la gente. Venga, ahora, todavía oiremos ecos de que Joan Laporta quiere convencer a Xavi Hernández para que se quede, empujado por su cuñadísimo Alejandro Echevarria y por el vicepresidente Rafa Yuste, pero esto parece que ya no tiene continuidad. Perder Champions y Liga en una misma semana es demasiado. El 0 de 4 pronosticado por muchos, le pese lo que le pese a Xavi y ponga las demandas que quiera a la prensa, se veía venir en cuanto el Barça jugase contra dos de los mejores equipos de Europa, PSG y Real Madrid.

Si no pudo el Manchester City de Pep Guardiola, menos va a poder el Barça de Xavi Hernández que, como mucho (y es muy poco, desde luego) tiene el consuelo de exclamar, como cantó el de Santpedor al caer ante el Real Madrid en Champions, «qué manera más cojonuda de perder». Pues eso, qué cojonudo es perder LaLiga así, pero, ante un Real Madrid a medio gas, a verlas venir, destrozado físicamente, el Barça no supo sacar el partido adelante, ni siquiera adelantándose dos veces.

Háblame del mar, marinero ha vuelto a conseguir lo que quería de la manera más mezquina, con el mismo planteamiento del Etihad Stadium, a verlas venir, con la misma suerte y, sobre todo, con Javier Tebas, presidente de LaLiga, a su favor ¡menuda casualidad! Y es que Tebas, por ahorrarse cuatro millones de euros («total, solo se producen cuatro o cinco visionados por temporada», dijo un día), le birló un gol clarísimo al Barça.

Pero, olvídense, el Barça, este Barça de Laporta y Xavi, el de «jugaremos mejor que el año pasado y ganaremos títulos», no se queda a cero por los árbitros, no se queda a cero por la ausencia del ‘ojo de halcón’, se queda fuera porque el proyecto, el equipo, los entrenamientos, el 'staff' técnico, la estrategia, el relato lleva semanas, meses, agotado y, como siempre hemos dicho en estas líneas, se aguantaba cogido con alfileres.

El problema ha sido siempre que ni en el palco ni en el banquillo hay plan. Si ganaban en el Bernabeu, se quedaba Xavi; si perdían, se iba ¿y si empataban?, Laporta lanzará una moneda al aire e igual cae de la cara de Rafa Márquez. Ni hay dinero para otro, ni hay otro que quiera venir.

PD: Por cierto, qué error, qué inmenso error, sustituir a Lamine Yamal frente al PSG ¿verdad? Cierto, una decisión nefasta.

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