ENTREVISTA AL EXJUGADOR DEL BARÇA

Bojan Krkic y el lado oscuro del fútbol de élite: "Me afectó la soledad; pasé demasiadas horas conmigo mismo"

Bojan Krkic, las sombras de ser un niño prodigio

El exjugador del Barça publica 'Controlar lo incontrolable', un libro en el que detalla el malestar por la ansiedad que sufrió a lo largo de su carrera

Bojan Krkic.

Bojan Krkic. / Jordi Cotrina

Albert Guasch

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Bojan Krkic ratifica que detrás de una sonrisa angelical y unos modales amables puede haber un hombre sumamente valiente. Sufrió ataques de ansiedad durante su carrera futbolística que le hicieron daño, pero siguió adelante, viajó por el mundo con las botas en la maleta, se expuso a la soledad y se enfrentó a sus demonios. Ahora se explaya sobre el lado oscuro de su paso por la profesión, pese a las luces que le iluminaban, en el libro ‘Controlar lo incontrolable’ (Alienta Editorial), escrito con la ayuda del periodista Marcos López, de EL PERIÓDICO. A sus 33 años es un exjugador, pero una persona nueva, más a gusto consigo misma, y lo suficientemente madura para detallar, como ya dejara entrever en un documental de reciente divulgación, que el fútbol de élite puede devorar a sus hijos.

Los sueños tienen un lado oscuro, escribe en un momento. ¿Sería el resumen del libro? No sé si es el resumen del libro, pero sí que es una buena frase para resumir que no todo es un ideal, que lo ideal no existe. Lo que podemos imaginar o lo que podemos proyectar tiene una parte oscura o una parte que obliga a enfrentarnos a situaciones que no esperábamos o que no soñábamos.

Cabe preguntarse si rememorar todo lo que le pasó, antes en el documental y ahora en el libro y las entrevistas de promoción, le hace algún bien. Llevaba dentro desde hace tiempo la idea de hacer un documental y un libro. En el momento en que pasé por las etapas que cuento, yo no las exterioricé. Son situaciones que a mí, muchas de ellas, me penalizaron y que no podía contarlas. Por eso yo tenía la sensación de que debía hacerlo de una manera productiva y de una manera no tanto para excusarme, sino para decir que estas cosas pasan, y no sólo a los jugadores de fútbol. Yo lo he sabido afrontar y superar y quizá puede ser útil a mucha gente.

.Bojan Krikic presenta su biografía 'Controlar lo incontrolable' junto a los periodistas Marcos López y Jordi Basté.

.Bojan Krikic presenta su biografía 'Controlar lo incontrolable' junto a los periodistas Marcos López y Jordi Basté. / FCBARCELONA

¿Se siente totalmente curado? Sí, sí.

¿Toda su carrera has convivido con la ansiedad? Sobre todo fue al inicio, a los pocos meses de subir al primer equipo. Al final, la ansiedad te viene cuando te encuentras ante una situación compleja, que desconoces y que no sabes cómo afrontar ni gestionar, y depende de la sensibilidad de cada uno. En mi caso, eran situaciones que a mí se me escapaban y se desató todo. A partir de ahí, las fui afrontando, aprendiendo a darles la vuelta. Es todo un aprendizaje.

Entre usted y Ricky Rubio han ayudado a elevar la atención a la salud mental en el deporte de élite. ¿Lo han hablado entre ustedes? Nos conocemos de haber coincidido a lo largo de nuestras carreras, pero no, no lo hemos hecho.

¿Se acuerda de dónde estaba la primera vez que le cogió lo que define como esa ola que le arrastraba? Hay dos episodios que realmente fueron muy significativos. Uno es un acto público en un gimnasio y otro tras un partido contra Osasuna. Pero el primero fue la inauguración de un gimnasio en el que estaba yo con Iniesta y cuando acabó, en un espacio cerrado, la gente vino como una avalancha a por una foto, por una firma, y allí, pues, me sentí muy, muy agobiado.

Rijkaard da instrucciones a Bojan antes de entrar en el FC BARCELONA-RECREATIVO

Rijkaard da instrucciones a Bojan antes de entrar en el FC BARCELONA-RECREATIVO / JORDI COTRINA

El crecimiento de Bojan fue meteórico. Con apenas 16 años Frank Rijkaard lo llamó para que se estrenara con el primer equipo en un amistoso en Egipto. Marcó y se activó un turbo en su carrera. No tardó en hacerse un habitual en las convocatorias. Salía y anotaba. Los diarios le dedicaron portadas. La afición se encariñó con el niño de Linyola de sonrisa franca. Pero el vestuario de los Ronaldinho, Motta, Deco, Etoo y un imberbe Messi no le acogieron como el niño que era, sino como competencia. No lo pasó bien. Todo fue demasiado deprisa y la fama le desbordó. Y los malos tragos se los guardó para sí y su círculo familiar.

"Ahora vemos a muchos jugadores de una edad precoz, muy jóvenes para exponerse a un nivel tan profesional. Pero bueno, los vestuarios son diferentes. Lo importante es que empaticen entre ellos y que se protejan. Son como una hermandad"

¿Le faltó en sus inicios un vestuario más acogedor? Es el que había, un vestuario de gente competidora, con mucha experiencia, que venía de ganar y que estaba en dificultades y probablemente no había tiempo para pensar en un chaval de 17 años. La manera que había para educar a ese chaval era a base del ejemplo y de normalizar muchas situaciones. La época de entonces no es la de ahora, a nivel de vestuarios y a nivel de caracteres y personalidades.

Ahora hay un grupo de jugadores jóvenes que pueden hacer piña, pero usted entró solo. Han tenido suerte los Lamine Yamal, Cubarsí, Fermín o Gavi. Los escenarios son completamente distintos. Hace 17 años, el hecho de que hubiera alguien tan joven en un mundo profesional no era tan común. Ahora vemos a muchos jugadores de una edad precoz, muy jóvenes para exponerse a un nivel tan profesional. Pero bueno, los vestuarios son diferentes. Lo importante es que empaticen entre ellos y que se protejan. Son como una hermandad.

¿Habría sufrido esa ansiedad si hubiera entrado con algunos años más? No lo sé. Yo en el fútbol base había ido subiendo de categorías y no viví ninguna situación de esas. Incluso en la época del Barça B, que también era un vestuario de gente veterana y yo jugaba contra jugadores que me doblaban la edad, tampoco. Mi forma de ser y mi sensibilidad eran iguales, pero sí que mi carácter fue siempre muy fuerte, muy valiente y muy atrevido, que al final me ayudaron con todos aquellos ataques de ansiedad. Ese atrevimiento y esa valentía, lógicamente, se vieron dañadas pero sin esas características en el carácter no hubiera podido resistir.

Esto lo remarca: ser sensible no quiere decir ser débil. Siempre he dicho que a mí me encanta ser sensible. La cuestión es que la sensibilidad debe fortalecerse.

Bojan se retiró el año pasado después de haber pasado por nueve clubs y varias ligas, de España, Italia, Inglaterra, Alemania, Estados Unidos y Japón. Ningún cambio fue tan traumático como la salida del Barça. En el libro recuerda que el día que firmó la desvinculación, cogió un vuelo para unirse al Stoke City y el ataque de ansiedad fue tan colosal que logró que el avión diera media vuelta y regresara a la terminal cuando estaba a punto de despegar. A cada destino nuevo, le aguardaba la soledad.

Bojan Krkic, en la presentación de su documental.

Bojan Krkic, en la presentación de su documental. / ML

Lamenta en el libro los largos periodos de soledad que ha vivido en el fútbol. ¿Es difícil hacer amigos dentro de nuevos equipos? En un vestuario de fútbol todo el mundo quiere jugar y ganar y yo he hecho muy buenas relaciones y amigos. Lo que pasa es que lo que se dice un amigo de verdad es difícil de encontrar en el mismo vestuario. He podido conocer gente de todo el mundo que me ha permitido sentirme muy a gusto en todos los lugares en los que he estado. Cuando hablo de soledad no hablo tanto a nivel de vestuario, sino a nivel del día a día. Cada uno cuando acaba de entrenar o cuando acaba de jugar tiene su vida, su familia, su rutina y el hecho de vivir solo en todos los lugares en los que he estado no me ha permitido crear fuertes vínculos.

Resulta sorprendente porque normalmente todo el mundo quiere acercarse a un futbolista y a la gente famosa en general. Siempre que he estado en el extranjero ha sido para jugar al fútbol, no para vivir la vida. Para mí el jugar al fútbol implicaba minimizar cualquier extra que me pudiera perjudicar a nivel físico, a nivel de alimentación, a nivel de descanso, a nivel de muchas situaciones. Yo sé que probablemente las llevaba al extremo, de una forma obsesiva y enfermiza, y eso me impedía salir y poder conocer a más gente. A ver, no estaba todo el día encerrado en casa, pero sí soy una persona muy de mi gente y para crear nuevas amistades debe ser real.

¿Envidiaba a los futbolistas que eran capaces de vivir la profesión de futbolista de forma más frívola? Cada uno tiene la forma de vivirlo de la forma que siente y ni una cosa es buena ni la otra es mala. ¿Que debería haberlo equilibrarlo más? Probablemente.

Explica que sus problemas fuera del campo no le afectó a nivel de rendimiento deportivo. En muchos escenarios el césped era el sitio que me distraía. 

¿No le afectó la autoestima, pues? La soledad es algo que a lo largo del tiempo sí me afectó porque llegaba al campo y no tenía a nadie con el que conectar. El hecho de llevar la soledad al extremo fue delicado. Pasaba demasiadas horas conmigo mismo y llega un punto en el que dudaba de todo. Me llegué a cansar de mi mismo. Una situación cualquiera la acabas convirtiendo en mayor de lo que es. En muchos casos la autoestima te afecta y penaliza.

Lo que nos enseña sobre salud mental el exjugador del Barça Bojan Krkic

Bojan Krkic, en su etapa en Montreal. / AGENCIAS

Vivió la crudeza del fútbol cuando le empezaron a insultar por haber renunciado a la Eurocopa con la selección española. Evidenciaba la percepción irreal que puede tener la gente de los futbolistas. Es que se me juntó todo a una edad que probablemente tampoco tenía la experiencia como para poder entender todo aquello, para poder gestionarlo. Yo lo estaba pasando realmente mal y encima me estaba perjudicando aquella decisión que yo tenía muy clara y que yo sabía que era la correcta.

Antes de retirarse Bojan empezó a formarse como dirigente deportivo y como entrenador. Y cuando abandonó lo hizo convencido. Empezó en el mundo profesional muy pronto y lo dejó también pronto. Quería volver a vivir a Barcelona. Y enseguida el Barça de Laporta le regaló la plaza de coordinador del área de fútbol. Su jefe directo es Deco, que escucha sus opiniones con atención.

¿Disfruta mas del fútbol ahora que está en el perímetro y no encima de la hierba? No, yo disfruté mucho del fútbol a pesar de vivir todos estos episodios que cuento. También hay mucha parte de satisfacción, de realización, por poder jugar a un nivel alto, por jugar con jugadores de mucho nivel, de ganar títulos, y de ganar partidos importantes y de jugar con ligas en los que he sido muy feliz.