Opinión | Apunte

Francisco Cabezas

Francisco Cabezas

Jefe de Deportes de EL PERIÓDICO

Xavi desprecia al cronista

Xavi Hernández, durante el triunfo del Barça ante el Nápoles.

Xavi Hernández, durante el triunfo del Barça ante el Nápoles. / Afp7

Ser cronista deportivo es un oficio cabrón. Te consume y te escupe. Si escribir ya es de por sí una tortura, hacerlo desde la tribuna de un campo de fútbol puede llevarte al límite. Tienes que ser muy rápido, porque no hay supervivencia sin inmediatez; preciso, aunque tu mirada compita con la del realizador y su ejército de cámaras; y coherente, por mucho que un partido mal diagnosticado pueda acabar aplastándote. Pero si algo define al cronista es el miedo. A no llegar a tiempo. A la errata. Al mal análisis. A la reacción del lector que busca que le masturben, y a la del protagonista, que pretende salir indemne ante un espejo que siempre le deforma.

Quizá los cronistas deportivos no tengamos ni puñetera idea de fútbol y los estadios no sean más que el lugar donde encontramos la metadona a nuestros complejos. Ni deportistas, ni escritores. Qué más da que en esas puñeteras tribunas nos hayamos dejado trozos de nuestras vidas mientras relatábamos éxitos, pero sobre todo derrotas, que eran las de otros. Nunca las nuestras. No es sencillo.

Ramon Besa, cuando escribe, nunca habla. Tampoco sonríe. El sufrimiento define al cronista. No hay otra interacción posible que no sea con la página en blanco, porque es la que en realidad te humilla y acaba contigo si percibe que no eres capaz de controlar tus demonios. Sí. La página en blanco. No Xavi Hernández, antes celebrado futbolista y ahora sufrido entrenador.

Pretendió Xavi humillar al cronista la noche en que el Barça eliminó al Nápoles, séptimo de la Serie A italiana, y se clasificó cuatro años después para unos cuartos de final de la Champions. El técnico entendió que, inmerso en esa espiral revanchista que le acompaña desde que decidió irse sin haberse ido, había llegado también la hora de pasar facturas. Y recordó un titular de Ramon Besa en El País de hace cuatro meses (7 de noviembre de 2023): "El Barça es el bufón de Europa". 

Aquel día, el Barça había perdido ante el Shakhtar en otro de aquellos partidos lastimosos que han definido la participación continental del equipo durante los últimos nueve años. Tiempo en que a nadie se le ocurrió buscar las respuestas en La Masia, origen de la última resurrección.

Hay algo que quizá Xavi no sepa, pero que convendría explicarle. Los cronistas a los que exige devoción y militancia, antes desde el paraíso dictatorial de Qatar, ahora desde la corrosiva Barcelona, seguiremos en nuestras tribunas de prensa cuando él ya no esté. Despreciados. Y con el mismo miedo al fracaso. Porque nosotros perdemos a diario. Y Xavi, por suerte, sólo de vez en cuando.