MONTJUïC VIVIRÁ UN DUELO DRAMÁTICO

La contra del Nápoles-Barça: 10,6 millones en juego

El Barça no acaba nada en Nápoles (1-1)

Lewandowski conecta el tiro que supuso el 0-1.

Lewandowski conecta el tiro que supuso el 0-1. / REUTERS / REMO CASILLI

Joan Domènech

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"Hubo un momento en 2023 en el que mi chispa se había apagado", fue la explicación que dio Robert Lewandowski al descenso de su producción goleadora: 9 tantos en 21 partidos durante el último semestre del año. No expuso el motivo, acaso lo desconocía. Pero se esforzó por recuperar esa chispa y después del parón invernal ha dado pruebas de su recuperación: 9 goles en 13 partidos, cinco tantos en los últimos cuatro encuentros. El de Nápoles le convirtió en el jugador azulgrana más veterano en marcar en la Champions con 35 años, superando al poseedor de casi todos los récords del club: Messi (33 años).

Osimhen aplaza la resolución de la eliminatoria y acalla la buena racha de Lewandowski, con cinco goles en cuatro partidos.

Ya no tiene el valor doble del gol en campo contrario el que anotó Lewandowski, suprimida esa norma de las competiciones internacionales. Tuvo el valor de poner al Barça en ventaja hasta que Osimhen la anuló con el primer disparo del Nápoles a portería. Ni un solo tiro le había concedido el Barça en 75 minutos. Ningún equipo había neutralizado con tanta eficacia al conjunto italiano. Lo logró un gran Barça, de los mejores de la temporada, justo cuando volvía a jugar una eliminatoria de Champions tres años después de la última.

Koundé pugna con Kvaratskhelia.

Koundé pugna con Kvaratskhelia. / Alessandro Garofalo LaPresse

Los 10,6 millones de euros representan el premio económico para acceder a los cuartos de final: una porción del presupuesto que sería irrecuperable si se pierde.

Trabajo por hacer

Pero queda todo el trabajo por hacer, igualada la eliminatoria y aplazado el desenlace a la vuelta en Montjuïc, que vivirá el duelo más dramático del curso. Andan en juego 10.6 millones de euros.

Ese es el premio económico para acceder a los cuartos de final. Una porción del presupuesto que sería irrecuperable salvo que el equipo se dedicara a hacer bolos sin parar los miércoles ociosos. El precio, seguramente, a la continuidad de Xavi hasta final de curso, por el cataclismo que supondría la eliminación en Montjuïc. Tal vez entonces Joan Laporta diera el paso que se resiste a dar y que tan fácilmente dio su colega en el palco napolitano.

El árbitro alemán Felix Zwayer amonesta a Frenkie de Jong en el primer tiempo.

El árbitro alemán Felix Zwayer amonesta a Frenkie de Jong en el primer tiempo. / EFE / CIRO FUSCO

Lewandowski (35 años) pasa a ser el jugador del Barça más veterano en marcar en la Champions, superando a Messi (33), el poseedor de casi todos los récords del club.

El cambio de entrenador no operó ningún beneficio en el Nápoles. Ni el efecto revulsivo que se asociaba a la llegada del nuevo jefe. El desconcierto de los jugadores y la desconexión que tenía Francesco Calzona del fútbol de clubs provocaron un despelote del que se aprovechó el Barça para reencontrarse a sí mismo. El Barça que recordaban más los aficionados que los futbolistas.

Tres supervivientes

Sólo había tres supervivientes en el campo que habían disputado la última eliminatoria de Champions, que no se produjo en la anterior visita a Nápoles, ya que correspondía a la Europa League. Fueron los octavos de 2021: Ter Stegen, De Jong y Pedri. Araujo y Sergi Roberto, lesionados, presenciaron el doble duelo con el Paris Saint Germain desde la grada. Empató el Barça en el Parque de los Príncipes (1-1), pero estaba virtualmente eliminado con el 1-4 de la ida. Los dos goles los anoto Leo Messi.

Gündogan y Lewandowski celebran el gol del Barça, obra del polaco.

Gündogan y Lewandowski celebran el gol del Barça, obra del polaco. / REUTERS / CIRO DE LUCA

Ese partido era el único también de eliminatorias de Laporta, recién elegido presidente tres días antes. Con ilusión volvió a un palco de Champions, donde departió con Bernd Reichart, el CEO de la Superliga, y Aurelio de Laurentiis, con el que debió reírse mucho, pero del que no tiene nada que aprender a tenor de las formas con que maneja al Nápoles. El trato a jugadores y entrenadores, por ejemplo, deja mucho que desear. No menor era el entusiasmo de los numerosos directivos que se subieron al avión. Nutrida fue la expedición de la dirigencia azulgrana, tan propia del que disfruta la primera vez como acorde del que intuye que será la última.