El ‘Titanic’ azulgrana zozobra al inundarse el ‘camarote’ de Laporta

Andá pallá Bobo by Emilio Pérez de Rozas

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Emilio Pérez de Rozas

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El ‘Titanic’ se está hundiendo y la orquesta sigue tocando. Ya no quedan conejos en la chistera. Los bolsillos de Xavi Hernández están vacios, peor aún, tienen agujeros. Hace tiempo que se han agotado, diluido, todas las excusas del mundo, desde que el sol deslumbraba a sus jugadores a que LaLiga estaba imposible porque los árbitros, como todo el mundo sabe, ayudan al Real Madrid.

De verdad, en serio, viendo jugar al equipo azulgrana, observando de qué ha servido el último conejo que Xavi sacó de su bolsillo deshilachado (“anuncio que me voy el 30 de junio para provocar un cambio de dinámica”), todas las excusas, comentarios y justificaciones del entrenador de Terrassa suenan a broma, a risa, a falta de profesionalidad y a timo.

Eso, a timo, impotencia. Ni él, ni su hermano Óscar, ni ninguno de los otros 31 ayudantes que componen su ‘staff’ tienen esto bajo control y aún faltan cinco meses de competición. Tras los dos batacazos en la Supercopa y en la Copa del Rey, el Barça va engordando hasta darse un tercer tortazo. Perdón, ya se lo ha dado. Desde anoche, el Barça está ya a 10 puntos del líder, el Real Madrid, y ningún equipo ha remontado esa diferencia para hacerse con el título. Y, desde luego, este Barça tan lamentable no será el primero en conseguirlo.

¡El Granada, señores!

El Granada, amigos, es el penúltimo de LaLiga. El Granada, señoras y señores, ha sumado 2 puntos de los 36 que ha perseguido como visitante. El Granada, queridos lectores, llegó a Montjuïc sin cinco de sus titulares (Boyé, Gonzalo Villar, Mendéz, Neuz y Piatkowski). El Granada, futboleros, hace unas semanas cambio de entrenador y, anoche, dio la sensación de ser mucho mejor equipo que el Barça, saber a qué jugaba y haber preparado el partido un millón (y medio) de veces mejor que el Barça.

Ter Stegen superado en el tercer gol rival durante el partido de liga entre el FC Barcelona (Barça) y el Granada

Ter Stegen superado en el tercer gol rival durante el partido de liga entre el FC Barcelona (Barça) y el Granada / JORDI COTRINA

El Barça, que ahora mismo es Lamine Yamal y Lamine Yamal, sigue jugando con futbolistas que no dan la talla, que ofrecen una versión cada vez más lamentable y que no saben a lo que juegan, porque han decidido pasar de todo, porque los alinean pese a estar horribles y porque ya saben, ahora sí, que su entrenador no seguirá el año que viene.

Hace 23 años que el Barça no encajaba 33 goles en las primeras 24 jornadas de Liga. El año pasado, este mismo equipo encajó solo 8 tantos en ese mismo número de jornadas. El Granada, que es penúltimo y descenderá, le ha metido cinco goles en dos partidos y le ha arrebatado 4 puntos de 6 posibles. ¡El Granada!, otro club con 1.000 millones de euros menos de presupuesto.

Peligra la Champions

Empieza a peligrar la clasificación para la Champions, lo mismo que ocurría cuando Xavi tomó el mando. El Barça no solo está a 10 puntos del Real Madrid y a cinco del Girona, sino que tiene que visitar San Mamés, el Metropolitano, el Santiago Bernabéu y Montilivi. Es posible, sí, que LaLiga esté “peligrosamente preparada” para que la gane el Real Madrid, pero por el partido que hizo ante el Girona y, por supuesto, porque el campeón no da la talla.

Llevamos meses esperando el clic que nos prometieron. Y ni siquiera en el mes más suave del calendario (Villarreal, Osasuna, Alavés y Granada, por hablar de los últimos cuatro partidos) se ha visto reacción alguna, alineación creíble, evolución futbolística, crecimiento y, por descontado, un cambio de dinámica al saber que el ‘míster’ iba a dejarlos solos.

"Puede sí, tal vez los rivales no se sienten tan intimidados en Montjuïc como se sentían en el Camp Nou"

Xavi Hernández

— Entrenador del FCBarcelona

Xavi incluso cayó ayer en la trampa de reconocer que “tal vez” los rivales no se sienten tan intimidados en Montjuïc como en el antiguo Camp Nou. Vaya, una nueva excusa. Lo que sí es posible es que el público no sea el mismo, pues anoche empezó a hacer la ola a los pocos minutos y, a continuación, coreó el nombre de Xavi, aunque no para decirle que se quedase, como cantaron en el Bernabéu.

Dicen, aunque nadie ha podido confirmarlo, pero todo el mundo lo cree, que anoche volaron canapés en el palco de Montjuïc, fruto del cabreo de Joan Laporta, que como no puede vender ni despedir a los futbolistas que contrató o renovó, pagó su enfado con la primera bandeja que encontró en su camino a la desesperación.

Porque hace ya tiempo, desde el anuncio de su despedida y cierre de Xavi, que muchos están mirando al palco. Y ¿qué ven?, desorientación, desolación, falta de profesionalidad y un Laporta demasiado solo (los directivos que han avalado empiezan a atosigarle), sin gente de nivel a su alrededor. Si los que tienen que resolver esto se llaman Laporta, Yuste, Echevarria, Soler, Guiu, Masip, Bojan y Deco, ya les digo yo que esto pinta horrible.

Lamine Yamal durante el partido de liga entre el FC Barcelona (Barça) y el Granada

Lamine Yamal durante el partido de liga entre el FC Barcelona (Barça) y el Granada / JORDI COTRINA

Es evidente que el ‘Titanic’ ha empezado a agrietarse y corre peligro de hundirse cuando ha entrado el agua a borbotones en el ‘camerino’ de Laporta, repleto de familiares, amigos, colegas, compañeros de viaje y algún que otro ‘guardaespaldas’ disfrazado, incomprensiblemente, de asesor deportivo.

Nadie, ninguno de ellos, ni los de arriba, que viven henchidos de soberbia y altivez, ni los de abajo, que ya se están yendo del club (dicen que por amor al Barça), parecen estar al mando. No hay nadie al timón, los futbolistas saben cómo funciona esto y, probablemente, han empezado a pensar más en encontrar una salida que les libre del naufragio que en jugar a fútbol.

Lo peor está por llegar

A esta gente, a todos, a los de arriba, a los de abajo y a los que habitan las catacumbas del vestuario se les está cayendo el mundo encima y la prueba de ello es que a nadie le ha durado tan poco un título liguero como a este Barça, que empieza a arrastrarse sin rumbo, orientación ni capitán en el puente de mando.

Lo peor, lo horrible, lo que puede provocar un final cómico, esperpéntico, es que Laporta y Xavi han unido sus trayectorias de tal manera, con tal cúmulo de mentiras y excusas (la mayor esa de que la Liga está amañada ¡vean cómo juega su equipo y, luego, protesten!), que o se despiden el uno al otro, o se van juntos.

PD: Hoy, no mañana, ni pasado, ¡hoy mismo!, Deco se verá obligado a desmentir o matizar sus palabras en Portugal, pues dicen que ha dicho que hay que acabar con el ‘ADN Barça’ y que Laporta está de acuerdo con él.

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