ACATA, POR AHORA, LA 'FÓRMULA XAVI'

¿Por qué Laporta es aún espectador pasivo de la crisis del Barça?

El presidente se irrita por la caída del equipo, que no reacciona tras el plan del técnico de marcharse, pero seguir hasta junio

El Barça no pasa de un vergonzoso empate contra el Granada (3-3)

La contracrónica del Barça-Granada: De una inesperada ola festiva a otro nuevo caos

El enojo de Laporta y el "cambio de paradigma" de Deco

Laporta junto a Yuste, el vicepresidente deportivo del Barça, durante el encuentro contra el Granada en Montjuïc.

Laporta junto a Yuste, el vicepresidente deportivo del Barça, durante el encuentro contra el Granada en Montjuïc. / Jordi Cotrina

Marcos López / Joan Domènech

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Consumado el vergonzoso empate ante el Granada, se agravó la crisis del Barça. Está situado ahora a 10 puntos del Madrid, tercero en la Liga por detrás del Girona, que tiene cinco puntos más, y con el riesgo real de poder perder la cuarta plaza.

Tiene la amenazante presencia del Atlético (cuarto, con tres puntos) y Athletic (quinto, a cinco puntos de los azulgranas, tras su empate en Almería). Mientras el ambiente se envenena, Joan Laporta guarda silencio.

Silencio que también caracteriza a una afición cada vez más desconectada del equipo. Y del club. Silencio de resignación que se vivió también en la noche de Montjuïc, donde se supo del tremendo enojo del presidente cuando Catalunya Ràdio reveló que había tirado hasta bandeja de canapés.

A esa montaña olímpica donde el Barça se desangra porque llega cualquier equipo y le mete un saco de goles. El Girona hizo cuatro; el Villarreal, cinco; el Granada, tres. Todos aprovecharon con astucia la tremenda debilidad de la obra de Xavi, que se ha desmoronado en pocos meses.

Quedó también demostrado que el efecto que buscaba el técnico con el anuncio de su marcha en diferido, efectuado el pasado 27 de enero tras el 3-5 del Villarreal, se ha difuminado en pocos días. El equipo no captó el mensaje de su entrenador y volvió a las andadas, salvado por un niño de 16 años (Lamine Yamal) de caer por la cornisa.

Ter Stegen, De Jong, Iñigo Martínez y Lewandowski, tras encajar uno de los tres goles del Granada en Montjuïc.

Ter Stegen, De Jong, Iñigo Martínez y Lewandowski, tras encajar uno de los tres goles del Granada en Montjuïc. / Jordi Cotrina

¿Por qué acata el presidente la ‘fórmula Xavi’?

Hasta ahora, el presidente se ha mantenido en una postura pasiva en la crisis. Su única decisión, alejada del tradicional modelo 'laportiano' de llevar la iniciativa y tomar decisiones valientes como acostumbraba en su primer mandato, ha sido no decidir nada.

Acató la fórmula que le propuso Xavi. Me voy en junio, pero me quedo en enero, tal vez maniatado el dirigente por la delicada situación económica que estrangula al club ya que no dispone de 'fair play' salarial para acometer ninguna operación.

"Lo acepto porque es una leyenda del club", argumentó al día siguiente de esa renuncia a seis meses vista. Poco más tarde confirmó lo que ya se intuía. Que si no fuera Xavi ya lo habría despedido al comprobar que la involución del equipo no se detiene. Laporta mira con irritación esa caída, sometido a presiones internas que le empujan a tomar medidas.

Pero, de momento, es un simple espectador, sin intervenir directamente, favorecido, eso sí, porque este escenario no es todavía tan dañino. No lo es al jugarse en Montjuïc, estadio sin masiva presencia de socios y abonados –solo 17.000 se comprometieron a subir allí- con muchas sillas llenas de turistas, y no en el Camp Nou, donde el juicio del público sería mucho más severo.

En la montaña olímpica, y con un 1-0 al Granada, penúltimo de la Liga, se hace la ola. Era una ola festiva en un club que nada tiene que festejar ahora, mientras el presidente, tras el 3-3, se encerraba en una sala para ocultar su tremendo malestar.

Lamine Yamal es lamenta d’una ocasió perduda del Barça, ahir a Montjuïc contra el Granada. | JORDI COTRINA

Lamine Yamal es lamenta d’una ocasió perduda del Barça, ahir a Montjuïc contra el Granada. | JORDI COTRINA / JOAN DoMÈNECH

¿Qué margen de maniobra le queda al presidente?

El tiempo corre en contra de Laporta. Y de Xavi. Y del Barça. Quedan cuatro meses de Liga, un camino demasiado largo si el equipo no reacciona porque se le hará interminable. Pero antes hay una frontera, los octavos de final de la Champions ante el Nápoles, que lo determina todo.

Ese doble duelo europeo (21 de febrero en Italia y 12 de marzo en Montjuïc) emerge ahora como el examen definitivo, visto el desplome en la Liga, una vez perdidas Supercopa y Copa en un enero trágico. Al asumir la ‘fórmula Xavi’, el presidente es parte cómplice de la misma, aunque ambos son conscientes de la necesidad de acceder a los cuartos de final de la Champions.

Necesidad deportiva –una caída traería mayor virulencia a la crisis- y, al mismo tiempo, necesidad económica porque dejar de ingresar esos 15 millones de euros generaría un efecto devastador sobre las cuentas del club, cada vez más llenas de números rojos.

Y, además, pondría a prueba la paciencia de Laporta, quien en su segundo mandato anda desorientado en la parcela deportiva. Dos entrenadores (Koeman y Xavi), que serán tres con el nuevo. Y tres responsables deportivos: Mateu Alemany, que se marchó por voluntad propia (agosto 2023); Jordi Cruyff, quien también renunció a pesar de que Laporta intentó retenerlo (junio 2023), y Deco, el actual, encargado de elegir al técnico que pilote el nuevo proyecto.

Xavi desquiciado por un error defensivo.

Xavi desquiciado por un error defensivo. / Jordi Cotrina

¿Qué opciones le quedan a Laporta?

De momento, Laporta mira, calla y espera, aunque el caudal de la crisis aumenta sin cesar. Espera que Xavi proporcione soluciones a un equipo que es, por sí mismo, un problema casi irresoluble. Lo es al haber perdido la seña de identidad que le hizo campeón de Liga la pasada temporada.

Entonces, era un Barça sólido y granítico, por mucho que su juego no fuera seductor. Ahora es un Barça transparente y vulnerable que se queda desnudo, expuesto y desalmado, sin importar siquiera la calidad del rival.

"He estado con Laporta, ha estado positivo, está como todos, con una decepción grande, estamos todos igual, no hay diferencias…", se limitó a decir Xavi tras una cita en el vestuario con el presidente después del Barça-Granada.

No quiere Laporta por ahora activar lo que el propio Deco calificó como "solución de emergencia". Eso implicaría llamar con urgencia a Rafa Márquez para que deje el Barça Atlètic y suba a Montjuïc, por mucho que la dirección deportiva no lo contemplaría como un recurso a largo plazo, enfrascada en la búsqueda de un nuevo entrenador. El mexicano sería, en caso de que Xavi no levante al equipo, una alternativa temporal hasta mayo.