Tragedia en el atletismo

Kiptum descansa ya junto a Filípides: la epidemia silenciosa de las carreteras africanas

Muere Kelvin Kiptum, el actual récord del mundo en maratón, en un accidente de tráfico

Su desaparición frustra el gran duelo de los Juegos de París entre él y Eliud Kipchoge, que se presumía como uno de los grandes atractivos de la cita olímpica en la capital francesa

El atleta keniano Kelvin Kiptum a su llegada a meta como ganador de la cuadragésima segunda edición del Maratón Valencia Trinidad Alfonso.

El atleta keniano Kelvin Kiptum a su llegada a meta como ganador de la cuadragésima segunda edición del Maratón Valencia Trinidad Alfonso. / Kai FORSTERLING / EFE

Gerardo Prieto

Gerardo Prieto

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Con la muerte en un accidente de tráfico del plusmarquista mundial de maratón, el keniano Kevin Kiptumdesaparece una de las estrellas que mejor iluminaba esta especialidad, la carrera de largo aliento, practicada globalmente entre aficionados de todo el mundo pese a su épica dureza. O quizá por ello. Su desaparición frustra el gran duelo de los Juegos de París entre él y Eliud Kipchoge, que se presumía como uno de los grandes atractivos de la cita olímpica en la capital francesa. Su progresión le señalaba, además, como el primer bípedo humano capaz de correr oficialmente un maratón en menos de dos horas.

Como la turberculosis y la malaria, los accidentes de tráfico en el Este africano alcanzan por su frecuencia y gravedad el grado de epidemia. Y afectan a todo el mundo, no solo a los pasajeros del matatu de nueve plazas cargado con hasta 20 pasajeros y varios pollos. También a los campeonísimos de la pista o el asfalto, figuras imprescindibles en los países en los que el atletismo es el único consuelo olímpico.

Demasiados accidentes de reconocidos atletas en tan poco tiempo. Durante la pandemia del coronavirus, el doble campeón olímpico de maratón, Eliud Kipchoge, quedó empotrado en su coche entre dos camiones, en la carretera que une Nakuru con Eldoret. Afortunadamente sin lesiones. Su compañero de fatigas, Geoffrey Kamworor, ganador del maratón de Nueva York en 2017 y 2019, no tuvo tanta suerte y vio interrumpida su meteórica carrera deportiva por un accidente similar. Recuperado, volvió a recaer cuando, hace tan solo unos meses, le arrollaba una moto mientras entrenaba.

Filípides

La fatal y aveces absurda tragedia se repite demasiado a menudo en esta parte del mundo. Las autoridades kenianas colocaron hace una década en el centro de Iten, una de las capitales del atletismo de larga distancia, un automóvil destrozado sobre un pedestal, con una leyenda que invita a los conductores a ser más prudentes para no acabar como el terrorífico y oxidado amasijo de metales expuesto. Pero el mal estado de las carreteras, el safari rally de cada día, el exceso de velocidad y la ausencia de revisiones en los vehículos, suman a favor de la tragedia.

La muerte de Kelvin Kiptum mientras conducía su vehículo desde Eldoret a Kaptagat, uno de los centros de entrenamiento de la élite keniana, supone una desgracia en si misma por la edad del atleta, 24 años, más allá de sus valores como deportista y plusmarquista de una de las pruebas más icónicas del atletismo, el maratón, la distancia que mitificó con su sacrificio un soldado ateniense llamado Filípides. 

Con Kiptum viajaba su técnico, el ruandés Gervais Hakizimana, también fallecido en el accidente, su descubridor cuando el pequeño Kelvin, descalzo, apuraba su zancada para poder emular al grupo de corredores que Hakizimana entrenaba en un bosque cercano a su vivienda en Chepkorio. 

El diamante keniano explotó con apenas 22 años en el maratón de Valencia de 2002 al ganar con 2.01.53, el mejor debut de la historia de los 42 kilómetros con un registro que ponía en cuestión la imbatibilidad del campeonísimo Eliud Kipchoge. 

A 38 segundos de las 2 horas

El éxtasis deportivo de este extraordinario atleta llegaría un año después, en octubre de 2023, al mejorar en Chicago la plusmarca mundial que Kipchoge había logrado el maratón de Berlín y quedarse a tan solo 38 segundos de bajar de las dos horas en una maratón oficial.

Kiptum se convirtió ipso facto en el sucesor de Kipchoge y en candidato a ser primer atleta que iba a correr 42 kilómetros y 195 metros en menos de dos horas.

El imaginado y deseado enfrentamiento entre un experimentado Kipchoge a por su tercer oro olímpico con 39 años, y un joven Kiptum con 15 años menos, pero suficientemente preparado para optar a su primer título olímpico en los Juegos de París, tenía en vilo a los runners de todo el mundo, ahora consternados por la trágica desaparición de uno de sus héroes. 

Desaparece también la posibilidad, real, de correr por debajo de las dos horas ya que antes de la cita olímpica Kiptum había confirmado su participación el próximo mes de abril en el maratón de Rotterdam que organiza su manager, el belga Marc Corstjens.