Entrevista

Clara Cos, jugadora del Seagull: "Me daba miedo no volver a ser la misma después de la lesión de cruzados"

Los cruzados y su cruel fijación contra las futbolistas: "Se rompen entre 4 y 5 veces más que los hombres"

Clara Cos durante un partido con el Seagull

Clara Cos durante un partido con el Seagull / Badalonoa Futur

Laia Bonals

Laia Bonals

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Cuando una jugadora se rompe el cruzado se le viene el mundo encima. Las preguntas las invaden y la incertidumbre es complicada de gestionar. Si se trata de una jugadora de Primera División, el terreno se presenta más llano ya que el acompañamiento lo tienen casi asegurado. En cambio, si la jugadora es amateur todo queda sujeto al azar. A Clara Cos (Granollers, 1999) le tocó vivirlo cuando tenía 20 años y militaba en el Europa. Un año y medio de pesadilla, con muchos miedos y descubriendo poco a poco al rival al que se enfrentaba.

¿Cómo se rompió el cruzado?

Fue durante el primer partido de la temporada, en diciembre de 2021. Tardé un mes a ir al médico. Pensaba que era un esguince, pero claro, tenía la rodilla llena de líquido y todo inflamado. Ante las veteranas del equipo intentaba andar normal, porque sabía que me harían ir al médico y yo no quería. Cuando fui, lo primero que me hizo fue la prueba del cajón, para ver la estabilidad. Y no salió nada. Me dijeron que era un esguince, pero igualmente me hicieron un TAC y allí es donde vieron que lo tenía todo roto. Era época covid, y estaba dando clase en línea y me empezaron a llamar para decirme que me tenían que operar urgentemente porque tenía el menisco roto y lo tenía de tal manera que podía quedar la rodilla bloqueada. Se me paró el corazón. 

¿Se planteó dejar el fútbol?

En el momento que me dicen que me he roto el cruzado, no había escuchado nunca esta lesión. No sabía que era tan larga, que era de las peores lesiones que puede haber en el fútbol... Yo nunca había tenido un esguince. Cuando me dijeron que me lo había roto, mi primera reacción fue: "¿Pero es obligatorio operarse? ¿No hay alguna alternativa?". Fue entonces cuando me explicaron un poco de qué iba esta lesión. No me lo creía. Al principio yo no quería operarme, estaba un poco en shock... No sabía qué me estaba pasando. Me planteé dejar de jugar. Yo, por no pasar por quirófano, hacía lo que hiciera falta. Le tenía pánico. 

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"Al principio yo no quería operarme, estaba un poco en shock... Me planteé dejar de jugar. Por no pasar por quirófano hacía lo que hiciera falta. Le tenía pánico"

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¿Es aquí cuando empiezan a florecer los miedos? 

No sabía las consecuencias que iba a tener y me pillaba en el peor momento que podía, puesto que justo me tocaba hacer los exámenes en la universidad. Al principio, tenía miedo y no quería pasar por quirófano y no quería que llegara aquel momento. Empecé a investigar por mi cuenta y es cuando vi que era una lesión de larga duración y el mundo me cayó encima. No sabía si volvería a ser la que era antes de esta lesión.

¿Qué se le pasó por la cabeza aquellos primeros días? 

No paraba de preguntarme el por qué a mí. ¿Por qué me había pasado a mí ahora que estaba en mi mejor momento? Fue en el primer partido de liga y ya me perdía toda la temporada. Me ayudó mucho mi entorno a cambiar el chip. Sobre todo mi padre, que me hizo ver que era una lesión que ya había pasado, que no servía de nada cuestionarse el pasado porque no podía volver atrás. Tenía que mirar qué podía hacer de ahora en adelante. Pasé de llorar cada día a ir haciendo poco a poco un cambio de chip para poder recuperarme de la mejor manera posible.

Clara Cos golpea con la cabeza en un partido con el Seagull.

Clara Cos golpea con la cabeza en un partido con el Seagull. / EP

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¿Fue clave para su recuperación? 

Es superimportante trabajar la parte psicológica, sobre todo cuando te reincorporas al campo. Es imprescindible. Hay muchos miedos a que te vuelva a pasar, que te vuelvas a lesionar, a afrontar disputas de pelota e ir con todo... Además, una de las cosas que peor llevé fue tener que trabajar aparte del grupo. El no poder ayudar y contribuir al equipo dentro del campo. Aprendí a aportar mi granito de arena desde fuera del campo.

El proceso hasta que pudo volver al césped fue duro y la mayor parte se lo tuvo que financiar usted. 

Una de las cosas que aprendí con esta lesión es ir día a día. Trabajar por mi cuenta, ir al gimnasio, y cuidarme a mí misma. Yo me preparé en el Europa, tuve allí la rehabilitación y fue de las mejores cosas que yo hubiera podido hacer, porque yo tenía una preparadora física personal y una readaptadora en el campo. Después contraté a una nutricionista por mi cuenta, que era mi compañera de equipo, puesto que yo me había engordado y quería perder estos kilos y ganar masa muscular. 

"Mi recuperación fue muy larga. Esta es una gran diferencia con las jugadoras de Primera. Yo no entrenaba cada día como ellas, lo hacía unos tres días por semana. Tardé un año y medio al volver a redebutar"

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Fue más de un año de mucho sufrimiento. 

La mía fue una recuperación muy larga. Esta es una gran diferencia con las jugadoras de Primera División. Yo no entrenaba cada día como ellas, lo hacía unos tres días por semana. Y esto se nota. Yo tardé un año y medio al volver a redebutar. 

Más allá de la preparación física, hay factores como el ciclo menstrual que hace poco se ha descubierto que tienen una afectación directa. ¿Le hablaron en aquel momento? 

¡Yo no tenía ni idea cuando me pasó! Sé que en el Barça o en algunos equipos de Primera División te controlan y depende de qué día del mes estés, o depende de qué semana sea, haces un ejercicio u otro. Nosotros eso no lo tenemos. Yo utilizo una aplicación en el móvil en la que me voy registrando las fases del ciclo menstrual. 

Factores externos como el estado de los terrenos de juego también afecta. 

Lo del césped es horrible. Recuerdo hacer la entrevista con el capitán del equipo masculino que se rompió el cruzado justo en el mismo lugar del campo que yo, en la misma porción de césped. Los dos nos lo rompimos al caer, totalmente solos. El campo no era estable, no estaba recto, todo lleno de surcos. Nos quejamos todos los jugadores del estado del césped, porque es una cosa que pasa en casi todos los equipos. O no te lo riegan, o cada cual tiene una medida diferente, cosa que condiciona las botas... Nosotros no tenemos 2-3 pares de botas como puede pasar en Primera División. Son cosas que nosotros como deportistas no podemos controlar y que son peligrosas por nuestra salud.