Orihuela 2 Girona 5

Stuani levanta al Girona en la Copa en la antesala de su duelo contra el Barça

Stuani, con dos goles, permite la remontada del equipo gerundense, que llegó a estar contra las cuerdas en Orihuela

Stuani, delantero del Girona, celebra uno de sus dos goles en el campo de Los Arcos de Orihuela.

Stuani, delantero del Girona, celebra uno de sus dos goles en el campo de Los Arcos de Orihuela. / Manuel Lorenzo / Efe

Jordi Bofill

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Dos jugadas de estrategia calcadas, dos remates idénticos, todavía en la primera parte, estuvieron a punto de tirar a la basura el paso del Girona por la Copa del Rey. El Orihuela, de la Segunda RFEF, tal y como hizo el Cacereño la temporada pasada, en la misma segunda eliminatoria del torneo, sacó de quicio a los hombres de Míchel, incapaces de defender la única acción del juego en que la diferencia de categoría casi no se nota. Primero Mendi, antes de la media hora, y después Booker, en la acción previa a alcanzar el túnel de vestuarios, retrataron la concentración rojiblanca, pasiva a pesar de ser estar advertida.

Pero Cristhian Stuani, el delantero que con 37 años no tiene nunca bastante, recordó a todo el mundo que si es una leyenda no es porque sí, es porque se lo gana diariamente. Con dos remates en el segundo palo, el uruguayo, que todavía no tiene estatua en la ciudad, se plantó en Orihuela en una noche lluviosa para clasificar al Girona para los deiciseisavos de final de la competición.

Salvo unos primeros minutos en que el fútbol de posición con el que se identifica el colíder de Primera División se impuso claramente, porque la plantilla se sabe de memoria todos y cada uno de los automatismos que se tienen que usar, no hubo ningún tipo de tranquilidad. Como en Lepe, en la primera ronda, tocó sufrir. El riesgo es otro elemento identitario de un grupo al que le fue de un pelo ver lo que queda de competición por televisión.

Espléndido fue el inicio de Iker Almena, un futbolista de la cantera que tan solo empezar ya lucía galones, lanzando los servicios de esquina como si fuera un veterano. Suya, desde el extremo derecho, fue la asistencia del gol de Pablo Torre, otro de los nombres que querían reivindicarse. Ningún otro de los jugadores de campo destacó positivamente. Porque el cuarto en discordia fue Fuidias, que con sus intervenciones todavía evitó que el batacazo llegara antes de tiempo. El portero catalán fue titular, pasando por delante de Juan Carlos. No pudo hacer nada en ninguno de los dos goles recibidos a pelota parada, porque la defensa, errática en el marcaje, lo dejó vendido.

La premisa del Orihuela era clara: esperar y salir deprisa al contraataque. En ningún momento cambió el discurso. El dominio del Girona, estéril con el 0-1, no pasó de un par de ocasiones de Solís, una de Valery y otra de Portu, más algún intento hacia Stuani, invisible entre los centrales locales, que mordían. El equipo de Óscar Sánchez, que fue creciendo a medida que se lo fueron creyendo, supo sacar de quicio a todo un equipo de Primera División. Salinas, antes del 2-1, ya hizo lucir a Fuidias, que también voló con un chut de Camacho.

Cambios, reacción y Stuani

Se esperaba una reacción en la segunda parte en clave gerundense. Míchel no lo veía claro y llamó a Miguel, Couto y Savinho. El brasileño, siempre al rescate, no puede ni descansar. Los cambios tuvieron un efecto inmediato, claro, aunque ninguno de los tres fue partícipe de la jugada del empate: buena asistencia al espacio de Pablo Torre, Valery la colgaba hacia Stuani y el uruguayo mandaba el balón a la red. Incluso es capaz de sacar las castañas del fuego en Orihuela.

El colegiado mallorquín Busquets Ferrer se tragó un penalti por mano a chut de Bernardo en plena tormenta gerundense, que de la prórroga no quería saber nada. Volvió a ser Stuani quien, con un nuevo remate, certificara su doblete, antes de que Portu y Valery cerraran definitivamente una eliminatoria que no se tendría que haber complicado tanto.