La contracrónica del Barça-Oporto: reaparecen los Joãos

Reaparecieron los Joãos con el mismo estrépito con el que se presentaron en Barcelona. Volvieron el día que más se les necesitaba. Dicen que no hay peor cuña que la de la misma madera, y los portugueses ejecutaron al Oporto, desactivando la amenaza de la clasificación y del primer puesto que perseguía el equipo.

Resurgieron a tiempo de evitar un tropiezo que complicara la vida del club. Marcaron al Betis Cancelo y Félix, cuando el sol y el calor acariciaba al Barça, y marcaron de nuevo ante el Oporto para suavizar la llegada del negro invierno que se avecina.

El protagonista

Cancelo de Balde, Cancelo de Gavi, Cancelo de Ferran y Cancelo de Lewandowski. De lateral, de centrocampista, de delantero y de goleador. Multifuncional e hiperactivo, hasta el punto de que se rompió y pidió el cambio, disfrutó como un enano el futbolista portugués antiguamente definido como defensa.

Tal vez convencido Xavi de que Cancelo es un alma libre que quiere jugar de todo y hacer de todo, le dio la banda izquierda para que se apañara. Para él solo. Osado como es, de la rebosante confianza que siente de sí mismo. Cancelo se relamió en el vestuario. Se iban a enterar en Portugal. El primero Robert Martínez, el seleccionador, sentado en el palco.

Y se enteraron con un golazo para reivindicar su titularidad en la selección. Recibió de interior, se internó como un extremo y disparó como un goleador. Marcó ante el Betis y el Celta y se estrenó en la Champions. Con plenos poderes en ataque, recibió, se internó y asistió a João Félix para que le acompañara en el regreso.

Ni un partido ha descansado Joao Cancelo desde que llegó al Barça. Su nombre no sale en tres alineaciones de la temporada: las tres primeras, cuando aún estaba en el Manchester City. Fue suplente en su debut en Pamplona, y ya no ha desaparecido del once titular. Cedido por el City, Cancelo se esfuerza para que el Barça, “el club en el que siempre quise jugar”, le fiche. Justificó la futura inversión al atajar el desastre que habría podido acontecer al equilibrar el 0-1 en dos minutos.

El cambio

No sacó de centro el Barça de inicio y desapareció el problema de cometer alguna torpeza en los primeros segundos, aunque ceder la iniciativa al rival suele ser un mal negocio. Empezó el juego el Oporto y el balón no acabó en la red de Iñaki Peña.

No acabó pronto. Pero acabó en la red de Peña antes que en la de Diogo Costo, en esa peligrosa tendencia en la que se ha enredado el Barça de encajar primero un gol. Peña retrasó el fatal desenlace hasta la media hora.

Cuando le tocó sacar de centro, al comenzar la segunda mitad, habían desaparecido los nervios. En una ejecución casi perfecta, cargó el Barça el balón hacia delante, hasta los pies de João Félix, y el tiro del atacante se estrelló en el larguero. 

La alineación

Solo un canterano con la vida en juego. Xavi apostó para que la veteranía sacara las castañas del fuego. No era un día para los jóvenes que acusan la presión de las críticas, entiende el entrenador, o la presión aún más asfixiante del partido definitivo (que no lo era). Pedri era el más joven (21 años), desaparecidos Balde y Lamine Yamal del once de Vallecas y Gavi, operado por la mañana, para toda la temporada.

Iñaki Peña, lesionado Ter Ter Stegen, un alicantino de 24 años, desde los 12 en el Barça, defendió el santo y seña de La Masia. Defendió a todo el Barça con sus paradones. Fue el segundo encuentro de la temporada con la mínima representación de la producción propia barcelonista. El precedente anterior fue el Barça-Celta. Oriol Romeu fue el solitario miembro de la cantera. Desde la campaña 20-21 no sucedía, cuando Óscar Mingueza estuvo en la alineación del Barça-Eibar.