BÉISBOL

El suspense de Shohei Ohtani, el japonés que aspira al contrato más fabuloso del deporte de EEUU

Shohei Ohtani

Shohei Ohtani

Albert Guasch

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El deporte estadounidense lleva meses aplicándose a una cuenta atrás que ya ha terminado. El japonés Shohei Ohtani, máxima superestrella del béisbol, ya es oficialmente agente libre. Puede elegir su destino después de seis temporadas en los Angels de Los Ángeles, donde no ha llegado ni una vez a los play off. Todos los clubs ambiciosos han echado cuentas para intentar seducir a Ohtani, dos veces MVP de forma unánime en la Major League Baseball (MLB). Casi se da por descontado que recibirá el mejor contrato, no solo de la liga de béisbol, sino de todo el deporte norteamericano. Se habla de 500 millones de dólares. Quizá 600. Por un japonés grandullón de 29 años, 1,93 de altura y 95 kilos de peso. Pero es que Ohtani es único.

La singularidad de Ohtani es que puede ser un extraordinario bateador y a la vez uno de los mejores lanzadores o ‘pitcher’. Es decir, el equipo que se haga con sus servicios ficha a un jugador que vale por dos. Eso no se ve nunca en el béisbol profesional, tan y tan especializado. Por eso se le compara con el legendario Babe Ruth. Pero es injusto. El mítico jugador de los Yankees solo hizo el doblete en 1919. Ohtani se desdobla constantemente. Sus estadísticas de ‘home runs’ y de eliminar a bateadores reflejan su inmenso valor.

¿En qué posición es mejor?

De hecho, ha habido encuestas entre entrenadores y jugadores a los que se pidió que eligieran si Ohtani es mejor bateador o lanzador, y ni entre los profesionales se ponen de acuerdo. Porque una cosa es compatibilizar ambas posiciones en el instituto o la universidad y otra hacerlo en la liga más potente del mundo. Es insólito. "Es el atleta más increíble que he visto en el béisbol. He visto grandes jugadores, pero ninguno que pueda correr como el viento, lanzar a cien millas por hora y batear tan bien como el mejor", dijo Dusty Baker, entrenador de los Houston Astros que le ha dirigido en un partido All Star.

Es la subasta más apasionante que se recuerda en el deporte made in USA desde que Lebron James jugueteara años atrás con su destino y convirtiera su cambio de aires en la NBA en un espectáculo televisivo. Hay analistas que estiman el potencial beneficio para la franquicia que contrate a Ohtani en unos 100 millones de dólares. Se compara su impacto con el que ha tenido Leo Messi en las finanzas del Inter Miami. Más audiencia televisiva, más venta de entradas, más rendimiento en el merchandising… Es lo que va a aportar.

Una lesión importante

La subasta en cuestión contiene, no obstante, un elemento inquietante para cualquier franquicia. Poco antes de los playoff de la temporada recién concluida, Ohtani se lesionó de gravedad en el codo derecho que le obligó a pasar por el quirófano. En estos momentos ya se sabe que en la temporada de 2024 solo podrá batear. Hasta el 2025 no podrá ponerse en el montículo de ‘pitcher’. Y, ojo, es la segunda lesión en el mismo sitio. Ya se hizo una similar en el 2018. Si eso ha echado atrás a alguna franquicia o rebajará el valor de su contrato, está por ver. Se sabe que antes de lesionarse no paraba de superar récords de un deporte sumamente estadístico. Curiosamente, lanza con el brazo derecho y batea con el izquierdo.

Ohtani no ha dado pistas de dónde quiere jugar en los próximos cursos. Todas las informaciones indican que desea quedarse en California -más corto el vuelo para escaparse a Japón- y por eso los Dodgers de Los Ángeles aparecen como los favoritos en la puja, por delante de otros pretendientes de fondos tan potentes como los suyos como los Chicago Cubs o los New York Mets.

Los Dodgers es un equipo que llega sistemáticamente a los play off y el jugador ya ha dicho que quiere ganar de una vez. Al menos, estaría más cerca del título que hasta ahora. “Perder es una mierda”, dijo el japonés, al que se le atribuye un carácter tímido y afable, no se le conoce pareja, acostumbra a dormir 10 horas diarias, siesta aparte, y usa almohadas especiales.

Por supuesto, en Japón, donde creció en un ambiente rural, es una celebridad total que va más allá de un deporte que los estadounidenses llevaron a la isla a finales del siglo XIX. Cerca de 40 japoneses han firmado a lo largo de la historia por alguna entidad de la MLB. Obviamente, ninguno como Ohtani, cuyo futuro es un suspense del que participan millones de seguidores.