Opinión | El pataleo

Josep Pedrerol

Josep Pedrerol

Periodista

Laporta, Negreira y el Clásico

Enríquez Negreira se cae cuando va a ser examinado por los forenses en Barcelona

Enríquez Negreira se cae cuando va a ser examinado por los forenses en Barcelona / ELISENDA PONS

El ‘caso Negreira’ se ha convertido en todo un Clásico. Los madridistas apoyan y alientan la acción de la justicia y las investigaciones que demuestran que el Barça pagó más de siete millones de euros al vicepresidente de los árbitros durante casi veinte años. Los culés, en cambio, creen, o quieren creer, en el discurso de Laporta.

El Presidente, además de repetir una y otra vez que el dinero estaba destinado al “asesoramiento arbitral” (pagos al vicepresidente de los árbitros en ejercicio, insistimos), sale a pecho descubierto y denuncia que España es madridista y que el Real Madrid lo maneja todo desde el palco del Bernabéu.

Laporta tiene claro que la mejor defensa ante un asunto tan oscuro es un ataque sin mirar atrás, no hay duda. Xavi, por su parte, recuerda el villarato y las acusaciones de dopaje al Barça que padeció en su época de jugador. Guardiola, desde Manchester, reivindica al mejor Barça de la historia. El que él entrenaba. Se trata de una lucha por imponer el relato en toda regla.

El Clásico futbolístico se juega este sábado, pero el de los despachos y el de los micrófonos lleva bastante tiempo disputándose. El fútbol tiene estas cosas. Da igual que haya facturas, declaraciones de imputados confirmando los pagos o transferencias al segundo cargo más importante del escalafón arbitral. Para un culé es muy duro asumir que la película ha cambiado.

Del “Espanya ens roba” que lanzaban los políticos independentistas se ha pasado a lo de “el Barça pagaba”, según declaró el propio Negreira, “para conseguir la neutralidad”. El aficionado del Barça está dolido y hasta mosqueado con lo que han hecho sus dirigentes sin su permiso. Normal, pero también considera, en muchos casos, que hay que defender al club de puertas hacia fuera. Cueste lo que cueste. Y sino siempre quedará el derecho al pataleo.

Como quejarse de que a Nacho le hayan quitado un partido de suspensión y pueda jugar en Montjuïc el Clásico. Que se lo digan al bueno de Eduard Romeu. Ya lo sabemos: el corazón tiene razones que la razón no entiende. Pues eso.