Fútbol

Arabia Saudí quiere ganarse al fútbol femenino: de estar prohibido a fichar mundialistas

La liga local busca jugadoras que hayan sido internacionales y les ofrece un salario mensual de 5.000 dólares más vivienda

En 2018 las mujeres tenían prohibido acudir a los campos y ahora sueñan con llevar a la selección a un Mundial por primera vez

Las jugadoras de la selección femenina de Arabia Saudí celebran un gol.

Las jugadoras de la selección femenina de Arabia Saudí celebran un gol.

Denís Iglesias

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En 2018 las mujeres saudíes asistían por primera vez a partidos de fútbol. Era una medida 'aperturista' adoptada por el príncipe heredero Mohammed bin Salman. Formaba parte del plan 'Vision 2030' para las reformas económicas y sociales en la que el deporte está teniendo un papel fundamental.

Seis años después, la selección femenina del estado saudí jugaba su primer partido (20 de febrero de 2022 contra Seychelles con victoria por 2-0). El siguiente paso es atraer jugadoras que han disputado el reciente Mundial que coronó a España. La meta, como en la hoja de ruta masculina, tener influencia y acoger torneos internacionales como la Copa Asiática Femenina 2026, a la que aspiran.

'Sportswashing' o no, la política de Arabia Saudí pasa por invertir en el fútbol en todas sus vertientes. Si este mercado de verano han roto las reglas del juego con los fichajes de Neymar, Benzema, Kanté o Fabinho -que se unieron a Ronaldo y compañía-, buscan hacer lo propio para su liga femenina.

Estos días pueden verse en la plataforma española FutbolJobs varias vacantes para jugar en la Primera y en la Segunda División de Arabia Saudí. El salario depende del perfil de la futbolista. Entre los requisitos para estar en la máxima categoría se pide "haber sido convocada por su país en el Mundial femenino de 2023".

Ashleigh Plumptre, la pionera en Arabia Saudí

Un filtro importante si se tiene en cuenta que fueron 736 las profesionales que viajaron a Oceanía y que en julio se publicaba también en FutbolJobs una propuesta para jugadoras de tercera en la que se ofrecían 4.000 dólares mensuales (3.778 euros al cambio actual). En ambos casos, los elegidos también tendrán casa pagada en el país. Para la segunda división, las condiciones son mucho más bajas: entre 500 y 1.000 dólares al mes (de 472 a 944 euros al mes). Cabe recordar que la Saudi Women's Premier League se fundó en 2022 y la componen ocho equipos actualmente.

Por el momento, la llegada de valores extranjeros se ha dado a cuentagotas. La jugadora más destacada que se ha dejado seducir por el proyecto saudí es Ashleigh Plumptre, internacional con Nigeria, presente en el último Mundial y que cambió el Leicester inglés por el Al-Ittihad de Benzema. "Mi viaje para profundizar en mí misma continúa. Es más que fútbol", aseguraba una futbolista que también fue internacional en las categorías inferiores de la selección inglesa.

Para fomentar la competitividad, desde la Federación de Fútbol de Arabia Saudita (SAFF) se ha apostado por contratar a entrenadores extranjeros. En la competición local hay dos españoles: David Cabildo, en el Eastern Flames; y Ana Junyent, en el Al-Riyadh. Pero la apuesta estratégica se hizo para la selección nacional, que el 20 de febrero de 2022 hizo su debut internacional ante las Seychelles. La SAFF contrató a Monika Staab, exjugadora alemana que ya puso en marcha los equipos femeninos de otros estados de Oriente Medio como Bahréin o Qatar.

El frustrado ejemplo de Qatar: diez años sin jugar

El caso del país que acogió el pasado Mundial fue dramático. Staab echó a andar un equipo que acabó siendo un ejercicio cosmético dentro de la candidatura mundialista. La selección femenina qatarí lleva más de una década sin jugar. Staab abandonó el cargo en 2014 sin haber ganado un partido oficial.

Justificó su salida diciendo que el Comité Deportivo Femenino, creado a raíz de esta selección, buscaba "un entrenador hombre y alguien que hablara árabe". A priori, el proyecto de Arabia Saudí tiene una base más sólida. Además de Staab, directora técnica, la federación acaba de fichar a la finlandesa Rosa Lappi-Seppälä como seleccionadora.

Tras su abrupta salida de la campeona del mundo, se llegó a barajar el nombre de Jorge Vilda, pero Staab quiere a una mujer para edificar su proyecto. La FIFA visibilizó este trabajo a través del documental Destinadas a jugar: la historia del fútbol femenino saudí donde aparecen testimonios como el de Layan Jouhari, jugadora del Al-Ittihad y capitana del equipo nacional. "Esto es algo muy grande, trasciende por completo", afirma una futbolista que compite sin 'hiyab'.

La mezcla de profesionales que llevan o no esta prenda es natural en el desarrollo de la competición. "En solo dos años hemos duplicado el número de jugadoras, clubes, árbitros y personal inscritos. El número de entrenadores ha crecido un 800%", destacó Yasser Al Misehal, presidente de la SAFF, en la presentación de la pieza audiovisual, que muestra una auténtica marea verde de jóvenes dispuestas a ser el sustrato de la selección.

Más de 48.000 jugadoras en la liga escolar

Según la FIFA, el número de clubes femeninos de ámbito nacional ha pasado de 16 a 25 en apenas dos años. Más de 48.000 jugadoras compitieron en la Liga Escolar Femenina 2022/23 en 3660 equipos, "lo que pone de relieve la cantidad de muchachas de talento que vienen pidiendo paso y que pueden hacer que el fútbol femenino corone nuevas metas", de acuerdo al organismo internacional.

Sin embargo, Staab aporta la dosis de realismo que marca la fijación de objetivos. "Para mí fue como volver al pasado, cuando querías jugar al fútbol, pero no había ningún equipo cerca. Van dos horas en coche para ir a entrenar, trabajan y pasan otras dos horas en la carretera para volver a su casa. Todas estudian o trabajan y ninguna percibe salario por jugar. Eso sí, derrochan entusiasmo y están convencidas de que su sueño se va a hacer realidad", explica la directora técnica de la selección en una entrevista con FIFA.

El futuro pasa por la profesionalización, de ahí la propuesta de trabajo lanzada por los clubes de la liga. Con esta acción, Arabia Saudí quiere ganarse a los detractores del régimen y a las múltiples críticas vertidas cuando, por ejemplo, el estado se postuló para ser patrocinador del Mundial. Tras las protestas de jugadoras y algunas federaciones, la FIFA se vio obligada a rechazar a la oficina de turismo de Arabia Saudí como espónsor de la competición.

Llegar al Mundial y organizar la Copa Asiática

"Aunque reconocemos que se han iniciado algunas reformas importantes y positivas en materia de igualdad de género, sigue siendo innegable, bajo cualquier criterio razonable, que los derechos de las mujeres siguen estando gravemente restringidos", concluían desde los anfitriones, Australia y Nueva Zelanda.

Después de ser sede del Mundial de Clubes o las Supercopas de Italia y España, no pasará mucho tiempo hasta que Arabia Saudí acoja un torneo de fútbol femenino. Y este lo cubrirán mujeres periodistas, que han conquistado un hueco en las redacciones y en los estadios, incluso con cargos de responsabilidad. Conseguida la adjudicación de la Copa Asiática masculina 2027, la candidatura saudí es favorita para albergar la edición femenina de 2026.

Si bien el gran sueño es participar el próximo Mundial, que todavía no tiene localización. De ahí el mensaje de Aalia Al-Rasheed, directora del Departamento de Fútbol Femenino de la SAFF, al final del documental: “Disfruten del fútbol, jueguen con pasión, por el escudo y por nuestro país. Esto no es más que el principio”. Una afirmación que evidencia la velocidad de un proyecto que hasta hace un lustro no era ni una posibilidad.