OPORTO-BARCELONA (21.00 H).

El malditismo de Europa acecha a Xavi

El Barcelona afronta en Oporto una exigente prueba de nivel tras dos temporadas de penurias en las competiciones europeas

Xavi Hernández, este martes en Do Dragão.

Xavi Hernández, este martes en Do Dragão. / Jose Coelho / Efe

Francisco Cabezas

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Es Oporto tan bella como contradictoria. Tan aparentemente luminosa como oscura cuando los callejones se estrechan. Obliga al buen recuerdo, pero también al dolor de la fugacidad.

Llegó el Barcelona este martes a la orilla del Duero con la sonrisa de quien piensa que todo lo malo quedó atrás. Y quizá escuchando de los más viejos del lugar antiguas historias que tuvieron que ver con enfrentamientos con los Dragones del Oporto.

Como aquella noche de 1985 en que el escocés Steve Archibald, tras desperdiciar el Barça el 2-0 de la ida del Camp Nou, salvó una clasificación que un menudo brasileño llamado Juary llevó al límite con tres goles (3-1) -el trauma llegaría tres esquinas más allá, con la final de la Copa de Europa perdida ante el Steaua contra el Sevilla-. O el martillazo de Ronald Koeman aliñado con dos goles de Stoichkov (3-0) en la antesala de la capitulación del Dream Team de Johan Cruyff en Atenas contra el Milan. Una vez más, la maldita contradicción.

Xavi Hernández, orgulloso y renovado capataz de un proyecto en el que ahora debe entenderse en los despachos con su ex compañero y también ex campeón de Europa con el Oporto, Deco, se sabe ante una gran oportunidad para comenzar a salvar ese malditismo que le acompaña en Europa desde que tomó el desvencijado Barça de Koeman. De aquel equipo que hace dos años fue arrasado en Portugal por el Benfica (3-0), poco queda ya. De hecho, esta noche en el estadio de Do Dragão, y con Pedri y Frenkie de Jong lesionados, sólo deberían comparecer de inicio dos jugadores de entonces, Ter Stegen y Araujo.

El regreso de João Félix

Los portugueses João Cancelo y João Félix (este último formó parte de la cantera del Oporto entre 2008 y 2015 antes de irse al Benfica) han multiplicado la productividad en zonas en las que se había echado muchísimo de menos la calidad; Gavi, a sus 19 años, ejerce ya de líder emocional y futbolístico, con capacidad incluso para ser el cicerone de Fermín, otro pequeño demonio con pies de bailarín; mientras que la incidencia de Lamine Yamal en el extremo es tal que la ausencia por lesión de Raphinha o la inconstancia de Ferran Torres no parecen asuntos demasiado graves. Incluso futbolistas como Koundé o Lewandowski, que habían acabado el curso pasado ofreciendo dudas, están teniendo un inicio de temporada de lo más esperanzador. El francés, demostrando lo que agradece no tener que ejercer de lateral; el polaco, aportando goles (seis en nueve partidos).

Queda aún por resolver, eso sí, el asunto del mediocentro ahora que Oriol Romeu amaga con haber dado un paso atrás y Gündogan, aunque aún tímido, uno al frente.

Ahora bien, tras pasar por encima del minúsculo Amberes de Van Bommel en Montjuïc (5-0), a Xavi Hernández se le presenta una prueba de nivel ante un Oporto que viene de ganar al Shakhtar en Hamburgo (1-3) y que, eso sí, marcha ahora tercero en la liga tras perder en la última jornada frente al Benfica en un polémico partido.

Estadística

La estadística, en cualquier caso, oprime a Xavi. En nueve partidos de Champions desde su llegada al banquillo en noviembre de 2021, el Barça sólo ha ganado tres encuentros (ha empatado dos, y ha perdido cuatro). Los triunfos fueron frente al citado Amberes, además de los dos de la temporada pasada con el Viktoria Plzen. Números similares a los obtenidos en la Europa League: dos victorias, cuatro empates y dos derrotas en ocho partidos.

De ahí que, después de cuatro eliminaciones europeas en dos años, toda precaución parezca poca ante ese Oporto de Sergio Conceiçao en el que tampoco está por ahora encontrando su lugar el ex azulgrana Nico González (no juega desde el pasado 19 de septiembre, cuando disputó 17 minutos contra el Shaktar) y donde el ex madridista Pepe, a sus 40 años, anda trampeando con la camilla.

Qué más da. El Barça sólo ha ganado 13 de sus últimos 31 partidos a domicilio en competición europea (incluyendo nueve derrotas). No hay peor enemigo que el que uno mismo se crea.