Testigos

"Estás tan gorda que no puedes ni hacer el amor": las víctimas del Caso Alhama rompen su silencio

Inspección de Trabajo acredita que el entrenador del Alhama vejó a sus futbolistas "de forma indiscriminada"

Nazaret Segura, exjugadora del Alhama: "Randri disfruta dejando en ridículo a las jugadoras"

Randri García entrenador del Alhama

Randri García entrenador del Alhama

Laia Bonals

Laia Bonals

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

Miedo. Angustia. Ansiedad. Eso es lo que han vivido durante años las futbolistas que han formado parte del Alhama. Una resolución de Inspección de Trabajo así lo acredita: "Por parte del entrenador, Randri García, se ha llevado a cabo un comportamiento inadecuado que ha afectado a la dignidad de la mayoría de las jugadoras (68%)", convirtiendo el vestuario "en un ambiente laboral hostil". Por primera vez, futbolistas víctimas de estas situaciones rompen su silencio y relatan en EL PERIÓDICO lo que han vivido dentro de ese vestuario.

"Lo que siento al pensar en volver al vestuario del Alhama, que lo fue todo para mí, es miedo y ansiedad", confiesa Andrea Carid, una de las jugadoras que ha sufrido los tratos vejatorios de Randri García. "Empiezas a dudar de ti. Tú puedes tener la autoestima más grande de este mundo, que cuando recibes este tipo de afirmaciones día sí y día también comienzas a dudar de quién eres, de sí verdaderamente tienes el nivel, sobre todo cuando los resultados no acompañan", relata Carid con dolor. "Te planteas: ¿Seré yo? ¿Seré demasiado sensible? Él utiliza tus debilidades para que tú no te rebeles. O para que entiendas que es tu culpa el sentirte así", añade.

Actuación reiterada

Los comentarios y faltas de respeto han sido una constante en el vestuario del Alhama. "Ha llamado a compañeras gordas, de manera indiscriminada, todos los días. Era raro la semana que no hubiese un comentario acerca del físico, un comentario acerca de lo que comes o dejas de comer. Hemos dejado de publicar cosas en Instagram porque te perseguía en redes sociales: 'Que si dónde estás. Qué haces y con quién. Por qué te comes eso… ¿Es que tú no ves que con lo gorda que estás no puedes permitirte comer eso?', cuenta Andrea Carid, que está de baja laboral tras lo acontecido.

Él utiliza tus debilidades para que tú no te rebeles

— Andrea Carid

"Tienes que bajar [de peso]. Estás tan gorda que no puedes ni hacer el amor. Él me decía que yo tenía entre las piernas una picha más grande que la suya. Que yo era tan fea que no sabía cómo las mujeres se fijaban en mí. Era una constante. Comentarios de tipo político, de carácter homófobo, misóginos y racistas", cuenta Erica, que recuerda perfectamente cada frase humillante recibida.

Las jugadoras admiten que estos comportamientos se llevan sucediendo años dentro del club, pero que el organigrama familiar de la entidad ha permitido que Randri salga impune. "El que manda es el padre, el presidente, la mujer es la directora deportiva, la madre también tiene un cargo, y él es el entrenador. ¿A quién acudes a decirle que está pasando esto?", relata Erica, quien está de baja desde el 3 de abril después de una situación que le ha dejado secuelas.

Andrea Carid, jugadora del Alhama.

Andrea Carid, jugadora del Alhama. / Alhama

"Ellos querían echarme porque sabían que me habían hecho el contrato mal y que ese año contaba con un abogado. En el entrenamiento de ese día, Randri estaba hablando con una jugadora que es menor de edad y a la que no habían dejado ir a una concentración de la selección. Ella estaba triste y el entrenador le dijo de mala manera que qué es lo que pasaba, que llevaba toda la semana de morros, que si lo que quería era jugar en el Barça, que él se lo iba a conseguir. Yo me metí en la conversación y Tamara [la mujer de Randri] me escuchó y empezó a chillarme que quién me creía que era. Y al terminar la primera vuelta del entrenamiento, Randri me dijo que me fuera del campo. Mientras estaba hablando con el sindicato vino Tamara con la fisio, que estaba cortando una botella pequeña, quitándole el culo. Me encerraron en el vestuario y me dijeron que de ahí no salía hasta que no hiciera pipí en la botella. Me obligaron a beberme cinco botellas de agua. Ahí sentada, no me dejaban levantarme, no me dejaban hacer nada", concluye.

A los pocos días, Erica pidió la baja médica e inició un tratamiento psiquiátrico y psicológico. "Aún vivía en Alhama y tenía pesadillas, no dormía y me despertaba muchas veces de madrugada. Tenía miedo de ir al Mercadona por si me encontraba a alguien. Una vez coincidí con la madre del entrenador en el banco y se puso a decirme cosas. A raíz de todo le he cogido miedo a estar encerrada, a subirme a los ascensores", confiesa, triste, por la situación que está gestionando "como puede".

Erica, jugadora del Alhama

Erica, jugadora del Alhama / Alhama

Y una parte muy dura de admitir, cuenta Carid, es la normalidad con la que se acaban viviendo estas situaciones. "Aguantas porque lo normalizas. Y aguantas porque tú también quieres tener un futuro en el mundo del fútbol. Y tú no sabes si lo que te está diciendo este hombre es la verdad o no. 'Es que no vas a triunfar en otro equipo si no es aquí. Es que yo te he descubierto a ti y tú, si te vas a otro lado, no vas a rendir igual. Es que estás aquí gracias a mí'. Y tú empiezas a pensar, pues igual es verdad. Pero claro, cuando viene una persona de fuera y te dice: 'Oye, que en los otros equipos, esto no pasa'. Y dices tú, vale, hasta aquí hemos llegado".

Cuando EL PERIÓDICO destapó el caso el pasado 17 de abril de 2023, en el club se vivió la situación con mucha tensión. Algunas jugadoras, como Carid, fueron señaladas después de que la gran mayoría de la plantilla grabara un vídeo defendiendo a la figura de Randri García. "Me sentía desprotegida, me sentía en un entorno hostil, me sentía que no era bien recibida. Me sentía poco apoyada y que gente que había sido mi amiga me estaban dando la espalda. Pese a eso, no las culpo. Son tan víctimas como yo. No quiero que se siga poniendo el foco en nosotras, en dividirnos más, ya que el foco es el acosador y así debería haber sido desde un principio. No busco otra que dar visibilidad a algo que desgraciadamente sigue ocurriendo en el mundo del futbol, y que me gustaría que lo mal que lo he pasado, y las consecuencias que esto sigue teniendo para mi ahora mismo, no le ocurran a nadie mas. Es por lo que es verdaderamente importante dar voz a esto", relata la jugadora, que cuenta que Randri la llamó cuando se hizo pública la situación pidiendo explicaciones.

Ahora, la resolución de Inspección de Trabajo les da la razón. Pese a que aligera los sentimientos, no elimina el dolor. "Por un lado estoy contenta, no lo voy a negar. En términos generales son siete de cada diez futbolistas. Siento alivio. Tengo la sensación de que me creen, de que no me lo estaba imaginando. Alivia, se agradece y te sientes reconocida", confiesa Carid. "Pero obviamente el mal ya está hecho".

TEMAS