FÚTBOL AMERICANO

Patrick Mahomes, la consolidación como súper estrella del MVP de la Super Bowl

Patrick Mahomes, designado MVP del Super Bowl LVII

Patrick Mahomes, designado MVP del Super Bowl LVII

Idoya Noain

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Desde que Patrick Mahomes sufrió un esguince el 21 de enero en uno de los partidos de los play off se empezó a decir, y a demostrar, que incluso con un solo pie era mejor que cualquier otro quarterback en activo en la NFL. La constatación llegó el domingo en la Super Bowl. Incluso con ese tobillo, dañado y golpeado de nuevo en un tremendo placaje justo al final del segundo tiempo, Mahomes fue capaz de dirigir ante los Eagles de Filadelfia una de la mejores remontadas que se recuerdan en el partido de partidos del fútbol americano. El marcador 38-35 llevó a los Kansas City Chiefs hasta el trofeo Lombardi, su segundo en los últimos cuatro años tras el de 2020. Y Mahomes, a sus 27 años, dio otro paso firme hacia la leyenda, una con la que el atleta negro está rescribiendo la posición y el deporte.

Completando 21 de 27 pases para 182 yardas y tres touchdowns, Mahomes fue coronado MVP del partido, como tres días antes lo había sido de la liga. Se convierte en el primer jugador de la NFL que tiene más de un campeonato y más de un MVP en sus seis primeras temporadas en la liga. Es el primero en 23 años que se lleva el reconocimiento de jugador más valioso tanto en la temporada como en la Super Bowl. Y por más que él insista en que es pronto para hacer comparaciones con el recientemente retirado (supuestamente ahora sí definitivamente) Tom Brady, el acrónimo GOAT (el más grande de todos los tiempos en inglés) se cuela en titulares y los expertos aconsejan ir haciéndole un hueco en el Monte Rushmore del deporte rey de EEUU..

Desde que el texano fue elegido en primera ronda del draft en 2017 y llegó a la titularidad en 2018, los de Kansas City han alcanzado todas las finales de su conferencia y tres de las últimas cuatro Super Bowl, con dos títulos que se suman al de 1970. Su alianza y sus triunfos desde el primer momento con el veterano entrenador Andy Reid hacen que se hable ya de una dinastía en Misuri, aunque también en eso Mahomes pide calma. “No voy a hablar de dinastías aún. No hemos acabado”, avisaba el domingo en la ceremonia bajo una lluvia de confeti.

Aprender a ser líder

Mahomes no puede, no obstante, evitar las loas. Ha limado imperfecciones, ha aprendido a ser líder y con la versatilidad de su juego, con creatividad, con un frenético movimiento sin fronteras dentro del campo y una combinación explosiva de imaginación y destreza está rompiendo moldes. Su duelo del domingo con otro quarterback negro que rebosa talento, Jalen Hurts, era la confirmación de una excelencia que está contribuyendo a derribar barreras durante demasiado tiempo vigentes en esa figura estrella en la NFL.

Mahomes, casado y con una hija de dos años, tiene encanto (el domingo decía que se sentía “como un niño ganando un premio en una feria”). También tiene ambición. Y capacidad de superación. Y tras el placaje al final del segundo cuarto se iba al banquillo cojeando, ponía la cabeza entre las piernas, y se le veía sufrir, pero cuando entró al vestuario reclamó a sus compañeros “sacar puta energía” para remontar el déficit de 10 puntos, y es lo que hicieron, con él a la cabeza.

Ser el más grande

“Llevaba toda la semana diciendo que nada me iba a alejar de ese terreno de juego”, explicó. “Iba a salir a dejarlo todo ahí fuera. Es la Super Bowl. Y ya habrá tiempo de ponerse sano fuera de la temporada”.

“Creció en un vestuario”, razonaba también tras el partido Reid, en referencia al padre de Mahomes, que jugó 11 años al béisbol en los Mets. “Ha visto a los grandes y aspira a ser el mejor. Sin decir nada, es cómo funciona. Lo hace con humildad. Pone el esfuerzo. Y cuando llega el momento de que los jugadores a su alrededor eleven su juego, les ayuda a hacerlo. Quiere ser el más grande”. Va en camino.