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DINAMO DE KIEV 0 - 1 FC BARCELONA

El Barça se salva gracias al 10, que ahora es Ansu Fati

El cuadro azulgrana asciende al segundo puesto gracias a un furioso tiro de Ansu acompañado del triunfo del Bayern sobre el Benfica

Ansu Fati celebra el tanto frente al Dinamo de Kiev

Ansu Fati celebra el tanto frente al Dinamo de Kiev

Joan Domènech

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Ni el hecho de jugarse la vida provocó una reacción del Barça, más allá de que volvió a sonreír con la victoria después de cuatro partidos. Una sonrisa de alivio, no de satisfacción, porque el mayor premio, la urgente prioridad, la única finalidad, era ganar para conservar la vida en la Champions. No solo la conservó, sino que es segundo, en el lugar donde debería estar, detrás del Bayern, que vapuleó al Benfica (5-2) con el mismo correctivo que ha infligido a todos sus rivales y selló la clasificación.

La atonía de Kiev fue tan preocupante que la atroz carestía de gol. Por momentos pareció un equipo que ni sufre ni padece, que abandonó pronto la intensidad mínima que exigía la cita. Necesitado de un chute de adrenalina, y de otras inyecciones, además de un nuevo entrenador, como ha gestionado la directiva llegando a un acuerdo con Xavi Hernández.

Ansu enciende la luz

Defectos estructurales

Hubo alguien que se rebeló contra esa fragilidad, alguien que no quiere estropear ni que le estropeen el futuro esplendoroso que le espera. Alguien capaz de decidir por sí mismo, alguien que tiene gol y se atreve a cargar con todo el peso, aunque a los 19 años debería ser solo un acompañante

El equipo necesita un chute de adrenalina, además de otras inyecciones

El Barça no iba a cambiar en dos días ni las deficiencias estructurales se solucionarían con un simple movimiento de piezas. Los defectos son más profundos, que requieren de una larga reparación en el campo de entrenamiento. Y, como en el pasado más reciente, al equipo le rescató el 10. Eso no ha cambiado. Fue Ansu Fati, quien viste el dorsal de Lionel Messi, el salvador del Barça, evitándole otra sonrojante noche, el calificativo que habría merecido el empate de no ser por el furioso tiro del heredero empalmando una bola desde el punto de penalti.

Mingueza, Nico, Balde y Eric aplauden a los hinchas azulgranas de Kiev.

Mingueza, Nico, Balde y Eric aplauden a los hinchas azulgranas de Kiev. / Sergey Dolzhenko / Efe

El Barça volvía a Kiev, un año después, con la mitad de goles y la mitad de victorias con el mismo número de partidos

Entre el pie derecho de Ansu, a quien le negaron un penalti instantes antes, en el mismo sitio, y la mano izquierda de Ter Stegen empujaron al Barça al segundo puesto, donde le corresponde. Gracias, también a la ayuda del Bayern para frenar al Benfica. En media hora, Lewandowski y Gnabry encarrilaron el marcador, que luego amplió el ariete polaco hasta completar un triplete y Sané, mientras que Morato y Nuñez solo pudieron maquillarlo.

Un año después volvía el Barça a Kiev, también en la cuarta jornada, y el regreso representaba la imparable caída del equipo, que aún no se ha detenido. De presentarse líder invicto y con el privilegio de reservar a titulares (Messi, Dembélé, Griezmann y Frenkie de Jong) y, aún así, golear por 0-4, a reaparecer con la soga al cuello y la desesperación en la cara y un triste gol en la mochila. 

Ansu Fati celebra el gol con Dembélé persiguiéndole para felicitarle.

Ansu Fati celebra el gol con Dembélé persiguiéndole para felicitarle. / Sergei Supinsky / AFP

Un equipo sin gol

Ese declive más evidente se observa en la capacidad goleadora: en los primeros 14 partidos de esta temporada ha anotado 17 goles, justo la mitad que el año pasado, que fueron 35. Las 9 victorias de entonces se han reducido a 5. El cambio de entrenador se tornó inexcusable para no echar a perder la temporada en tres meses.

Si Xavi ha visto al Barça, que seguro que sí, ya sabe que tiene que pedir a Laporta un delantero. Es la peor rémora del equipo, un lastre que impide cualquier atisbo de la recuperación que debería llegar con los resultados. Tal vez juegue mejor el equipo, y sea más atractivo de ver con el antiguo cerebro pensando desde el banquillo, pero mientras no tenga un tipo resolutivo ante el marco contrario, o no se generen mejores opciones de remate, el Barça no despegará.

Sergi Barjuan da órdenes a sus jugadores

Sergi Barjuan da órdenes a sus jugadores / REUTERS/Valentyn Ogirenko

Xavi ya sabe que tendrá que pedir un delantero a Laporta tras sellar el acuerdo para fichar

Las manos de Ter Stegen

Se trata de falta de efectividad, pero se trata también de la funcionarial construcción de los ataques. Los delanteros, o los rematadores, no disfrutan con regularidad de ocasiones claras. El maravilloso cabezazo de Nico, la única ocasión del primer tiempo, topó con el cuerpo de Memphis, de espaldas a la portería, mirando, por tanto, a su compañero. El otro remate ni cuenta: el cabezazo en plancha de Lenglet que repelió el palo, en una falta indirecta, se produjo en fuera de juego.

La bruma que ciega a los azulgranas en el área contraria debería ir a acompañado del blindaje de la propia. Y tampoco se produce. Ter Stegen intervino mucho más que Bushchan. Sacó la primera mano para proteger el 0-0 y sacó otra para conservar el 0-1 que anduvo en peligro por las propias torpezas del Barça, con Eric y Lenglet amonestados y el equipo encerrándose, temeroso de perder un tesoro ante un Dinamo que no ha marcado un gol en la Champions.

Gavi persigue a Shaparenko.

Gavi persigue a Shaparenko. / Dpa

FICHA DEL PARTIDO

Dinamo Kiev: Bushchan (6); Kedziora (6), Zabarnyi (5), Syrota (6), Karavaev (5); Sydorchuk (6), Shaparenko (5); Tsigankov (6), Buyalskiy (5), De Pena (7); Garmash (6).

Técnico: Mircea Lucescu (5).

Cambios: Vitinho (6) por Garmash (m. 71); Verbic (sc) por De Pena (m. 77); Tymchyk (sc) por Kedziora (m. 77); Lednev (sc) por Buyalskiy (m. 81); Shepeliev (sc) por Shaparenko (m. 81).

Barcelona: Ter Stegen (8); Mingueza (7), Eric (6), Lenglet (7), Alba (6); Nico (7), Busquets (6), F. de Jong (4); Gavi (5), Memphis (5), Ansu Fati (8).

Técnico: Sergi Barjuan (7).

Cambios: Dembélé (6) por Gavi (m. 65); Araujo (sc) por Lenglet (m. 79); Balde (sc) por Ansu Fati (m. 87).

Goles: 0-1 (m. 70), Ansu Fati conecta de primeras una volea desde el punto de penalti.

Árbitro: Ovidiu Hategan (5), rumano. 

Tarjetas: Eric (m. 20), Garmash (m. 41), Buyalskiy (m. 45+2), Gavi (m. 47), Lenglet (m. 50).

Estadio: Olímpico de Kiev.

Espectadores: 45.000.

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