FINAL DE LA TEMPORADA BLANCA

El silencio de Zidane agita al Madrid

La planificación del equipo blanco para la próxima temporada depende de la continuidad del técnico francés

El club todavía tiene por tomar decisiones como la no renovación de Sergio Ramos o la venta de Varane

La plantilla ha llegado exhausta al final del año y se revela necesario un relevo generacional de las estrellas

Zidane

Zidane / Europa Press

Alejandro García

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Zidane emplazó, una y otra vez, la resolución de las dudas sobre su futuro al final de la temporada, pero terminada la Liga, sin título que celebrar, el francés volvió a contestar en su línea: ni sí, ni no, ni todo lo contrario, vino a decir. 

Entre el respeto reverencial que profesa el técnico francés hacía unos futbolistas que se enfrentan a una salida indecorosa, o a un reciclaje a través del banquillo disonante con sus carreras, y su actitud reacia a declarar su deseo de seguir en el Real Madrid, todo lleva a pensar que la salida de Zidane está cercana, pero el paso debe ser inmediato porque las decisiones sobre la próxima temporada están por decidir, desde la no renovación de Ramos hasta la venta de Varane, además de algún fichaje. 

Pero por el momento no hay nada. La noticia del día después de terminar la Liga fue que no hubo novedades, ni oficialmente, ni de puertas hacia dentro, donde parece que el técnico todavía no ha comunicado su devenir al vestuario. 

El entrenador francés, al que pretenden desde la Juventus hasta la selección francesa (después de la Eurocopa), tiene contrato con el Real Madrid hasta 2022, pero la próxima semana esperan reuniones con Florentino Pérez para dilucidar el próximo proyecto, una vez que la plantilla ha mostrado claros síntomas de agotamiento generalizado. El presidente madridista ha ido moviendo hilos, pero sin entrenador definido no va a dar ningún paso. 

Cambio de ciclo

Aunque este año el equipo blanco ha alcanzado unas semifinales europeas del todo inesperadas, y ha mantenido opciones de título en la Liga hasta la última jornada, el equipo de Zidane ha terminado la temporada exhausto, con la sensación de que llega con las ideas, pero sin las piernas, abrumado por el ocaso de una generación que se va sin haber podido reverdecer al final viejos laureles. 

El primer nombre es el de Sergio Ramos, que sigue sin renovar a sus 35 años, a poco más de un mes de que expire su contrato. Se han perpetuado, durante casi toda la temporada, las informaciones contradictorias filtradas desde el club y desde el jugador: los primeros aseguran que el capitán no acepta la oferta a la baja que tiene y, desde el otro lado, se contesta con vehemencia que no hay ofrecimiento y que es el club que no quiere que siga el central. Otro que no ha renovado es Lucas Vázquez, lesionado después de ser trascendental para Zidane en la temporada. 

Además de la venta de Varane, por deseo del jugador, y la casi telegrafiada llegada de David Alaba, se esperan más salidas. 

Marcelo entró en la segunda parte ante el Villarreal, para sumar su partido 528 con el Madrid, uno más que Roberto Carlos, en lo que pinta a despedida. Su caso es similar al de Isco: jugadores a los que el Madrid quiere sacar de la plantilla, aunque sea a costa de asumir parte de sus salarios, como ya hizo con Bale el curso pasado. El galés debe volver a la disciplina madridista, ya se dilucidará si como un problema o como una solución, y de lo primero que depende es del entrenador que ocupe el banquillo.