EXPERIENCIA EN LA ZONA CERO

Sergio Domínguez, de Wuhan a Sevilla

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Raúl Paniagua

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Después de 13 años en el Sevilla (2003-16), viviendo de cerca las cinco Europa Leagues del club andaluz como preparador físico, Sergio Domínguez (Linares, 42 años) emprendió una aventura especial. Decidió marcharse a 10.000 kilómetros y continuar su trabajo en China, donde acumuló cuatro experiencias profesionales, la más reciente en Wuhan, la cuna del coronavirus que azota ahora a todo el mundo. La pandemia se originó allí y Sergio lo sufrió en primera persona. Ahora afronta otra cuarentena junto a su familia en Andalucía.

“He vuelto a casa con mi mujer y mis tres hijos pequeños, de 1, 4 y 6 años. La semana pasada rescindí mi contrato con el Wuhan. La situación no me aseguraba una continuidad en los viajes China-España, España-China. Ante esa inseguridad prioricé el perfil personal por encima del profesional. Mi familia me necesita más que nunca”, explica Domínguez en una extensa charla telefónica con EL PERIÓDICO. El preparador físico ha hecho un paréntesis en su carrera por primera vez tras 18 consecutivos de fútbol.

"El 15 de enero estalló todo"

Sergio disfrutó los últimos éxitos del Sevilla de Unai Emery antes de poner rumbo a China junto al técnico José González. En el Beijing Guoan inició su trayectoria asiática en el 2017. Después volvió a España para fichar por el Málaga como paso intermedio a su regreso a Asia para trabajar con la selección sub-25 china y el Tianjin Tianhai. Hace tres meses llegó llamada del Wuhan y no dudó. Nunca habría imaginado que un virus alteraría la vida de todo el planeta. Nadie lo creía.

“El 3 de enero llegué por la noche a la ciudad, el 4 entrené con el equipo y me marché. Ese día ya hablaban de los primeros contagios. El 9 volví a firmar y el 10 pasé el reconocimiento. Entonces ya había más miedo, pero nada bestia. A partir del día 15 estalló todo”, rememora Sergio.

A 1.000 kilómetros

La plantilla se instaló en Guangzhou, a 1.000 kilómetros de la zona cero. “En Wuhan había saltado todo. En el sur nadie llevaba máscaras y se vivía con normalidad”. El equipo se mantuvo allí hasta que voló a Sotogrande para hacer la concentración en España que ya tenía prevista. “La idea era estar hasta marzo, pero cambiamos la planificación al ver que China era más segura. Yo me quedé sin margen de actuación, no podía cambiar todo”.

Dos meses después del boom apenas quedan contagios en China. En un país con 1.400 millones de habitantes, la pandemia afectó a 81.000 personas con 3.250 muertos, una cifra inferior a la de Italia. La autoridad fue contundente, pero ayudó a evitar un desastre peor.

Bloqueo total

“China demostró saber vencer a la enfermedad, consiguieron sacarlo adelante con medidas drásticas. Se aplicó un bloqueo total a Wuhan, una ciudad de 11 millones de personas”, cuenta el expreparador físico del Sevilla, que se acongoja al recordar aquellos días. “La plantilla lo vivió con miedo. No se podía salir si estabas dentro ni entrar si estabas fuera. Muchos jugadores tenían su familia allí. Un 70% del equipo son autóctonos. Fueron momentos muy duros, había gente muy tocada”.

"Desde España se decía que las medidas chinas eran muy drásticas, pero supieron vencer a la enfermedad. Sabían que si dejaban expandir el virus sin control sería el fin. Evitaron una catástrofe histórica" 

Cuestionado sobre las claves del 'éxito' del confinamiento chino, Domínguez no tiene dudas. Sus elogios no tienen fin. “Tuvieron una actitud brutal. De 10. Les decían que si eran rigurosos se curarían todos y se saldría adelante, que era lo mejor para su ciudad, para su país. Insistían en que te quedaras en casa aunque no tuvieras síntomas porque se transmitía igualmente”. En Italia o España, por desgracia, se ha sido más flexible. Quizá dure menos la pandemia, pero el número de muertos en proporción con la población será muchísimo más alto.

Conciencia de país

“Desde España se decía que era muy drástico, pero China sabía que si dejaban expandir el virus sin control sería el fin. Al aparecer los primeros casos en España los chinos me decían que hiciéramos caso, que no saliéramos de casa, que usáramos guantes, mascarillas… Yo lo viví en primera persona y lo vivo ahora aquí. Hubiese sido una catástrofe histórica si no llegan a actuar así”, insiste Sergio Domínguez, que destaca la conciencia de país de los chinos. “Admiran a su nación, lo hacen todo por ella. Todas las ciudades y territorios se unieron para luchar contra el virus”.

"Los chinos fliparon en el clásico de Madrid al ver que nadie llevaba mascarilla y todos hacían vida normal cuando ya había contagios"

Sergio también tiene magníficas palabras para sus exjugadores. “Entrenaban a tope cada día, con una disciplina tremenda. Jamás vi una mala cara. Ni un atisbo de rebeldía”. Ese carácter lo aplica también al trato personal. “Tengo una amistad muy buena con los chinos. Si tú les respondes van contigo al 100%. Si ven que les ayudas y eres humilde no te fallan. Ahora también están dando un ejemplo de solidaridad”.

El preparador físico estuvo en el clásico del Bernabéu con toda la plantilla del Wuhan. Entonces ya se olía algo. “Nos invitó el Madrid y la Liga.  Los chinos flipaban porque nadie iba con mascarilla y todo el mundo hacía vida normal. Había pocos casos, pero ellos ya tenían claro lo que se venía encima”. El equipo de Zidane venció al Barça aquel 1 de marzo. Dos semanas después se decretó el estado de alarma y la pesadilla continúa.