Contra la técnica

Había sopa para cenar y mi hijo no quería sopa. No era de puntos ni de fideos ni de estrellas, era de letras la sopa. Le dije que si se tomaba la sopa aprendería a leer y a escribir porque tendría todas las letras. Mi hijo se tomó la sopa. Soy una persona ruin, acumulo una maldad tras otra.

Cuando no sé de qué escribir, cuando no tengo nada razonado que aportar, escribo de lo que siento. Y cuando me ilusiona mi equipo, y así lo escribo, siempre encuentro a alguien que siente lo mismo. Y cuando me duele mi equipo, y así lo escribo, encuentro siempre a alguien que siente lo mismo. Y cuando te aplasta la vida, y así lo escribes, siempre encuentras a alguien con lo mismo. Y escribirlo no cambia las cosas, escribirlo no arregla nada, pero ayuda de alguna forma.

Yo ahora siento que nos complicamos la vida a lo tonto, que no sé decir no, que digo sí demasiado rápido. Me pasaba cuando me apuntaba a madrugones sin sentido para ver sufrir a mi equipo en campos de mierda, sin pensarlo y a domicilio; me pasaba cuando me apuntaba a conciertos que nadie quería ver un lunes cualquiera, sin pensarlo tampoco mucho. Ocurre con estas cosas que te arrepientes de decir que sí, que es demasiado lío y demasiada pereza, pero después de hacerlas te sientes mejor persona, algo así, sobre todo por no dejar solo a tu equipo, que si al final te quedabas en la cama y perdían no te quitabas el remordimiento de la cabeza.

Me ha pasado ahora que he dicho sí muy rápido a conducir el mes que viene una charla con el exfutbolista Gaizka Mendieta. No hay día que no piense qué diré y cómo lo diré, y es un poco agobio y a ratos me arrepiento porque a mí en el fondo me gustaría vivir en una cueva. Ya sé que escribirlo aquí no arregla nada, pero ayuda de alguna manera. La charla con Mendieta tratará sus dos grandes pasiones: el fútbol y la música, y los organizadores la han titulado 'Música y fútbol pura pasión', en un alarde de audacia y coherencia.

Al fútbol y a la música, como a casi todo, te puedes acercar de dos maneras: con el corazón o con la cabeza

Al fútbol y a la música, como a casi todo, te puedes acercar de dos maneras: con el corazón o con la cabeza. La primera es la que me interesa. La emoción en el fútbol y en la música popular siempre por encima de la razón y la técnica, que un día habrá que reunir fuerzas y escribir un manifiesto contra la técnica. Por qué tu grupo favorito es tu grupo favorito: rara vez tu grupo favorito lo es por su virtuosismo. Tu grupo favorito es tu grupo favorito porque te llega, porque crees que las canciones hablan de ti, porque te identificas de alguna manera.

Y por qué nuestro equipo favorito no es siempre un equipo ganador, porque sentimos que ese y no otro nos representa. Por qué un futbolista conecta con nosotros sin ser el mejor, a veces sin ser ni siquiera bueno, no lo sé bien, por qué nos emociona más que otro cualquiera. Por qué el jugador que necesita tu equipo no siempre es el que mejor juega. Porque la vida no es tan fácil, porque para saber las respuestas no basta con comerte las letras.

Y por qué no quiero saberlo todo sino sentirlo, en el fútbol. Porque el día que tengamos respuesta a todo, ese día el fútbol merecerá menos la pena.