PROYECTO DE FUTURO

Las dudas emboscan a Zidane

El Madrid inicia el verano herido tras un final de temporada lamentable que ha sembrado de problemas el incipiente proyecto

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Alejandro García

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Cuando el Madrid de la temporada 19-20 apenas ha empezado a dar sus primeros pasos, el cariz profético y hegemónico que ha tomado la figura de Zidane, combinado con el angustioso final de temporada, ha sembrado de dudas el proyecto blanco. El francés está emboscado en medio de derrotas y planes difusos de fichajes que van a poner a prueba, además de su talento para fabricar un equipo y después explotarlo, su disposición mental a soportar los vaivenes de una época de penurias en el Madrid.

Ya planean sobre el Bernabéu las especulaciones sobre otro posible adiós de Zidane, cimentadas en el temor infundido por los precedentes, a punto de que se cumpla un año de su dimisión del cargo, por sorpresa, después de ganar tres veces seguidas la Liga de Campeones.

Llegada precipitada

Cuando el huracán que se avecinaba terminó de arrasar la temporada del Madrid, pese a los chamizos que consiguió levantar Solari, las apreturas hicieron recurrir inmediatamente a Zidane, la única solución que podía, y así lo hizo, contentar al madridismo.

Pasados tres meses, las dudas ensombrecen su regreso al banquillo, pese a que fue acogido con entusiasmo, pero los acontecimientos han precipitado las primeras voces de disensión ante el desolador panorama. El precipitado retorno del técnico señalado para el liderar el nuevo proyecto le ha cargado con una mochila de malos resultados, sensaciones irregulares y unos movimientos de futuro desalentadores.

Bagaje desalentador

Con gran parte del equipo con el que fue campeón, y que va a reutilizar el próximo año, el bagaje de Zidane es de cuatro derrotas y dos empates en 11 partidos (el octavo de La Liga en ese tramo), con peor media de puntos por partido que Solari y un final dramático, con tres derrotas en cuatro partidos, con lo que bien podría ser un esbozo de la idea para el próximo año sobre el campo.

Entre esos planes de futuro, los más osados buscadores de ilusión atisban un centro del campo dominado por el físico, con el liderazgo de Pogba, y una delantera resolutiva, pero la lupa está puesta sobre el desempeño de Zidane en una tarea nueva para él, la de construir un equipo ganador desde un proyecto obsoleto y con las injerencias que depare el mercado.

Ilusión diluida

Pese a los reiterados intentos del técnico francés por encender las antorchas de la ilusión en la afición, el primer movimiento del Madrid después de cerrar la temporada con otra derrota en el Bernabéu, fue la ampliación de contrato de Toni Kroos. La ilusión de renovación se va diluyendo al mismo ritmo que Marcelo ha ido acumulando titularidades por delante de Reguilón, una aparición celebrada por la grada que ha quedado relegada desde la llegada del francés.

El obtuso mercado de entrenadores, tantas veces esquivo para el Madrid, ha colocado ahora uno de sus deseos predilectos en el mercado. La salida de Allegri de la Juventus ha reverdecido un viejo interés del Madrid en el técnico italiano, el integrante de la carta de deseos blanca en las últimas crisis junto a los finalistas de la Champions Klopp y Pochettino.