Reus y Nàstic no levantan cabeza en Segunda

Derrotas con gusto a descenso. Nàstic y Reus siguen de mal en peor y una semana más ocuparán las tan temidas plazas que dan derecho a bajar de categoría. Al Reus el drama ya coge tintes de drama con una situación límite en lo extradeportivo que está afectando, y de qué manera, a lo deportivo.

El Extremadura goleó a los de Xavi Bartolo, 1-4, con una segunda parte negra de los del Baix Camp en la que encajaron tres goles de un mismo jugador, Enric Gallego. Antes, en el primer acto, Ricardo Vaz, minuto 12, adelantó a los rojinegros pero el propio Gallego, en una tarde-noche que tardará años en olvidar, igualó la contienda en el 45. Una victoria en diez jornadas, un club en bancarrota, jugadores que no cobran desde hace dos meses, miembros de la plantilla sin ficha y denunciando a la entidad reusense, explican y definen de forma contundente lo que es una situación insostenible. La imagen de Joan Oliver, máximo accionista del Reus, en pie al final del encuentro aguantando los improperios de la grada, recordó a Joan Gaspart en los años negros del Barça. La invasión de campo de un espontáneo increpando al portero del Extremadura fue un imagen más de un club a la deriva.

Derrota en la Rosaleda

El Nàstic, por su parte, es un desastre en lo deportivo mientras que en lo extradeportivo se presume de números azules. Tercera derrota (2-0) en cuatro encuentros de un Enrique Martín, técnico del conjunto grana, que no sabe que hacer con una plantilla que no da la talla y que no tiene calidad para superar un bache del que no saldrá si no llegan efectivos en la menor brevedad posible. Los goles de Koné, minuto 26, y de Adrián González, en el tiempo añadido, fueron suficientes para un Málaga muy flojo pero infinitamente mejor que los tarraconenses. La Segunda División tiene un farolillo rojo claro, el Gimnàstic de Tarragona.