Mateu Alemany, el fichaje que cambió el rumbo del Valencia

Hay fichajes que cambian la trayectoria de un club, suelen ser jugadores o entrenadores, pero en el Valencia ha sido un ejecutivo, en este caso “el primer ejecutivo”, como se definió el propio Mateu Alemany (Andratx, 1963) en su presentación en marzo del 2017.

Cuando recurrió a él, la entidad que dos años y medio antes había comprado Peter Lim estaba inmersa en una espiral (auto)destructiva. Ahogada por la deuda, triturando entrenadores, directores deportivos y jugadores y coqueteando con el descenso. Y todos los dedos apuntaban al inexperto empresario singapurense y a su amigo, socio y ‘superagente’ Jorge Mendes.

Más de 100 millones en fichajes

Apenas 18 meses después, en la temporada de su centenario, el Valencia vuelve a estar en la Champions, Marcelino García Toral es el amo del banquillo, la plantilla ha multiplicado su valor con los antes denostados Parejo y Rodrigo como ejemplos, y vuelve a hacer fichajes con los que hacía poco ni soñaba.

Sin haber aligerado la deuda y con unos 30 millones más de déficit de la pasada campaña, Alemany se las ha ingeniado para poder gastarse más de 100 millones en fichajes. Por un lado, haciendo algo que siempre ha defendido: vender caro. En este caso a Joao Cancelo a la Juve por 40 millones. Por otro, jugando con la letra pequeña. Hace un mes presumió de que no empezarán a pagar los 40 millones de Guedes hasta agosto del 2019 y lo harán en seis cómodos plazos. El portugués, Kondogbia y Gameiro son, por ese orden, las incorporaciones estrella, pero también hay mucha clase media (Wass, Piccini, Cheryshev o Batshuayi) y futuro (Diakhaby y Racic).

Conexión con Marcelino

En esta campaña, aunque el arranque ha sido más lento de lo esperado, la estabilidad ha dado tiempo para el despegue. La conexión y confianza entre Alemany y Marcelino es clave. Hablan todos los días y juntos toman todas las grandes decisiones. El balear le cede la gestión de la plantilla y tampoco se desgasta en temas sociales, pues el presidente es Anil Murthy.

Así puede centrarse en lo que le más le gusta: los despachos. Incluso externalizando, si hace falta. Ha entregado a Deloitte la gestión de la venta de la parcela del antiguo Mestalla y el acabado del nuevo estadio, una operación clave para aliviar la situación económica.

Mallorca, cielo e infierno

Hábil negociador, siempre maneja varias opciones y controla los tiempos del fútbol. También los medios. En Valencia se prodiga poco. Cada mes y medio hace una rueda de prensa en la que, educado y manejando datos desconocidos para los de enfrente, se mueve como pez en el agua. "¿Cómo va la renovación de Marcelino?", le preguntaron a principios de julio. Aplazada hasta septiembre, contestó. "Julio y agosto son meses malos", se justificó. El 18 de julio llegó el anunció oficial.

Alemany llegó a Valencia tras más de seis años alejado del fútbol. Negocios inmobiliarios, pádel y golf le llenaban desde que en junio de 2010 vendió su paquete accionarial del Mallorca y salió del club al que había regresado en el 2009 y al que condujo a un concurso de acreedores para sobrevivir. En el 2007 fracasó en su intento de desbancar a Ángel María Villar de la presidencia de la federación.

Tanteado por Florentino

Mucho más dulce fue su primera etapa en el club de sus amores, al que llegó como gestor y del que en el 2000 fue nombrado presidente. Fue justo tras rechazar la que dijo fue "la oferta de mi vida" de Florentino Pérez para ser el director general del Real Madrid. Y parece que acertó.

Aquella fue la gloriosa etapa de la conquista de la Copa del Rey y la clasificación para la Champions. De los Luis Aragonés, Héctor Cúper  o Eto’o. Ahora tras reconducir al Valencia busca conducirlo a una nueva etapa de éxitos.