El Madrid cae también en Sevilla

El Real Madrid no tiene en la cabeza nada más que Kiev. La final de la Champions del próximo 26 de mayo ante el Liverpool, con la posibilidad de sumar su tercera Copa de Europa consecutiva y la cuarta en cinco años, tiene tan cautivado al universo merengue que todo lo demás es secundario.

No importa que el equipo de Zinedine Zidane esté ya a 18 puntos del Barça a falta de dos jornadas para el final de la Liga. Tampoco que tenga el segundo puesto ya casi imposible. Tampoco rozar de nuevo el ridículo en un estadio español, en este caso el Ramón Sánchez Pizjuán. Un Sevilla que acaba de salir de una gran crisis (con Joaquín Caparrós lleva ahora dos partidos ganados tras una racha de nueve sin triunfar) doblegó este miércoles a la segunda unidad del conjunto blanco por 3-2 y se situó séptimo, acariciando unas posiciones de Europa League que el Girona, de rebote, ya no tiene opciones de alcanzar. El partido del próximo sábado del equipo catalán en Montilivi ante el Valencia tendrá, pues, un carácter puramente de homenaje por la permanencia soñada.

Zidane, desmintiendo sus palabras de no abusar de las rotaciones, hizo precisamente eso y salió solo con tres titulares: Ramos, Casemiro y Benzema. Esa famosa segunda unidad que la temporada pasada funcionó a la perfección no carbura en este ejercicio. Jugadores como Kiko Casilla, Vallejo, Theo, Ceballos y Kovacic notan en demasía sus prolongadas inactividades, y así se demostró de nuevo. Tampoco brilló Marco Asensio, y un poco más lo hizo el siempre bullicioso Lucas Vázquez.

Así las cosas, el Sevilla, que se jugaba más cosas, fue el que puso realmente la voluntad de sacar el partido adelante, y lo demostró muy pronto, con un Ben Yedder enchufado que llevó de cabeza él solo a la zaga visitante. Fue el delantero centro francés el que abrió la lata en el minuto 26, aprovechando perfectamente una dejada de cabeza de Muriel (que le ganó la partido a un blando Vallejo) y ganándole la partido a Sergio Ramos para finalizar por debajo de Casilla.

Desafortunado Ramos

Justo antes del descanso, una contra perfectamente conducida por Ben Yedder, con pase sobre Nzonzi, fue aprovechada en última instancia por el mexicano Layún para fusilar de nuevo a Casilla. Era la culminación de un  primer acto netamente sevillista que los locales podrían haber redondeado con otro tanto en una jugada muy liada que Nacho salvó sobre la línea.

En la reanudación, el equipo de Zidane dio una mejor impresión, pero no lo suficiente como para levantar el resultado. Sobre todo porque Sergio Ramos, uno de los hombres más abucheados por el Sánchez Pizjuán pese a su condición de sevillano, estrelló un penalti en el travesaño (en el añadido marcó otro) y después colaboró en el tercer gol del Sevilla al desviar el disparo de Mercado.