Teresa Perales, la nadadora que se atrevió a igualar a Phelps

Teresa Perales, tras ganar la plata en los 200 metros libre de los Juegos Paralímpicos de Río 2016.

Teresa Perales, tras ganar la plata en los 200 metros libre de los Juegos Paralímpicos de Río 2016. / periodico

EDU SOTOS / RÍO DE JANEIRO

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Las azules aguas del Estadio Acuático de Río pasarán a la historia por haber sido el escenario en el que dos seres humanos excepcionales demostraron al mundo que los todos los récords, sin excepción, pueden ser destrozados por la fuerza de la voluntad. Tan solo unas semanas después de que el ‘Tiburón de Baltimore’, Michael Phelps, se colgase su 28ª medalla olímpica al cuello y anunciase su retirada de las competiciones a los 31 años, una zaragozana de 40 años demostró que el récord del norteamericano, en teoría inalcanzable, corre el riesgo de ser igualado.

“Venía a por seis medallas y ya ha caído la primera”, fueron las palabras de Teresa Perales, la atleta paralímpica más laureada de la historia del deporte español, tras ganar este jueves su 23ª medalla olímpica en una final apoteósica de los 200 metros libres en la que únicamente la nadadora china Li Zhang fue capaz de arrebatarle el que hubiera sido su séptimo oro en unos paralímpicos. Con la misma ambición que exhibió en Sídney, Atenas, Pekín y Londres, Teresa ha llegado a sus quintos Juegos Paralímpicos con el objetivo de desbancar, o al menos poner en duda, el indiscutible reinado de Phelps en el competitivo mundo de la natación olímpica. 

APOYADA POR SU HIJO

Gracias al apoyo de su hijo Mariano, ‘Nano’ como le gusta hacerse llamar al hombrecito de 6 años que la apoya desde las gradas del Estadio Acuático, el sueño de esta antigua política del Partido Aragonés (PAR), diplomada en Fisioterapia y experta en 'coaching', además de actriz ocasional y autora de dos libros (‘Mi vida sobre ruedas’ y ‘La fuerza de un sueño’), podría hacerse realidad. Con el único reto de aumentar su leyenda, porque Teresa ya es un ser mítico en el mundo de los Paralímpicos, se sumergirá nuevamente en las aguas de Río durante las pruebas de 50 metros mariposa femenino, 50 libres femenino, 200 estilos femenino, 50 espalda femeninos y 100 libres femenino. 

La historia de la niña que odiaba las piscinas pero que acabó refugiándose en ellas tras perder la movilidad en las piernas debido a una neuropatía, que le postró en una silla de ruedas a los 19 años, podría escribir su capítulo más importante en Río de Janeiro. "¡Empecé con un chaleco salvavidas porque no sabía nadar! Y pensar que en estos 20 años no he parado y siempre quiero más. Supongo que es la ambición del deportista", explicó antes de desembarcar en la 'cidade maravilhosa'. Cinco competiciones separan ahora a la aragonesa de conseguir su sueño de igualar a Phelps. Por si acaso, no vaya a ser que alguna medalla se le escape, Teresa advirtió que su sueño seguirá vivo hasta Tokio 2020: "Mientras el cuerpo aguante, siempre querré más".