TRIAL

Toni Bou, el campeón insaciable

El piloto de Montesa afronta un nuevo año en busca de su insuperable 10 de 10

EMILIO PÉREZ DE ROZAS / BARCELONA

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

No es modesto, no, es lo siguiente a ser modesto. Casi casi invisible. No es bueno, no, es lo siguiente a ser bueno. Sensacional, casi único. Es más, los cinco que le rodean, su dream team de amigos y protectores, jefes, mochileros y demás equipo Repsol-Honda Montesa, hablan maravillas de él, como no puede ser de otra manera.

Toni Bou (Piera, 17 de octubre de 1986) empieza a ser una especie en extinción. No por lo que hace, ni siquiera por cómo lo hace, sino por lo discreto que es, lo poco personaje que es y, sobre todo, por lo poco campeón que se cree, cuando cualquier otro nos miraría a todos por encima del hombro.

Bou, que convierte en oro de campeón todo lo que toca -por ejemplo esta chaqueta reversibleroja y negra, que Montesa promocionará a través de los lectores de EL PERIÓDICO («es chulísima y sirve para todo, va a ser una prenda muy útil para entrenar»)- vive inmerso en su mundo, compartiendo con modestia todas y cada una de sus conquistas, que no son pocas y que consigue a pares.

Este hombre, que como tantos otros deportistas de distintas especialidades creció bajo la sombra que proyectaba otro de los grandes monstruos del deporte español, el gran Jordi Tarrés, siete veces campeón del mundo de trial, acumula ya 18 títulos mundiales, nueve al aire libre («el auténtico campeonato del mundo») y otros nueve en pabellones cubiertos, además de concluir la pasada temporada con su séptimo título español. «Un galardón que aprecio mucho, no solo porque es el de casa sino porque este último me ha costado mucho sudor, lograrlo». Alguien que lleva desde el 2007 ganando los títulos mundiales a pares de forma consecutiva podría vivir como compite: ganando, arrollando, sabiéndose el mejor. Y no, Toni Bou se prepara, se entrena, vive y compite como si esas estanterías repletas de trofeos, medallas, títulos y diplomas estuviesen vacías. ¿Por qué? «Porque todos los deportistas sabemos que cada día empezamos de cero y que valemos lo que vale nuestra última victoria».

Bou se entrena para que eso que persiguen sus rivales y esperan expectantes los seguidores del sofisticado trial no ocurra. «Todo el mundo me pregunta si algún día perderé, si habrá quien me arrebate, tras nueve años seguidos, el título. Y yo siempre contesto lo mismo: pelearé, me entrenaré y competiré para evitarlo». La temporada ha empezado siendo segundo, «lo que demuestra que la competencia tampoco para», pues fue plata tras el admirable Adam Raga (TRS) en el primer trial a cubierto, que ha celebrado en Inglaterra, concretamente en Sheffield.

ESPERANDO A BARCELONA

A Bou no le gusta demasiado este Mundial indoor porque da la sensación de ser un campeonato que la FIM (Federación Internacional de Motociclismo) mantiene vivo mientras intenta reanimarlo llegando a un acuerdo con los organizadores. No tiene demasiado sentido, cuenta Bou con la boca pequeña, que las competiciones en pabellones tengan tanto éxito de público y cueste tanto, tanto, organizar un Mundial. El que acaba de comenzar consta, de momento, de solo cuatro carreras: Inglaterra, Barcelona (7 de febrero, Palau Sant Jordi), Marsella y Viena.

«Las zonas son fáciles y, si cometes un pequeño error, por pequeño que sea, te penaliza mucho pues es muy difícil recuperarte en las siguientes», cuenta Bou, que elogia el excelente arranque de su amigo Raga. «Ahora viene Barcelona y me encuentro muy motivado y con muchas ganas de intentar enderezar la clasificación». La verdad es que ver brincar a estos pilotos por encima de contenedores, muros, escaleras y troncos es un auténtico placer.

«No es fácil llevar tanto tiempo ganando y empezar la nueva temporada pensando, mentalizado, de que no te puedes bajar de lo alto del podio. Los arranques suelen ser lo que más me cuesta», cuenta Bou mientras asciende, parsimoniosamente, con su nueva Montesa 4RIDE, una monada de moto, el vehículo ideal para divertirte paseando por la montaña o intentando imitar a Toni. «Esta nueva 4RIDE es divertidísima y está muy lograda, pues han acertado con la idea de fabricar una moto polivalente, que pueda llevar todo el mundo, ya que nuestra Montesa de competición es muy de especialista». Campeón Montesa, moto Montesa, chaqueta Montesa-EL PERIÓDICO, también campeones a pares.

TODO EN MANOS DEL PILOTO

Bou explica que para afrontar el nuevo año («el Mundial al aire libre, que tiene 15 carreras, no arranca hasta mayo») ha repetido la misma preparación de siempre, insinuando que si algo funciona, no lo toques. «El trial está muy vivo, es una especialidad en constante evolución y el límite, tanto en la preparación como compitiendo, te lo pones tú».

Cuando le pides que explique todo aquello que nos admira, que nos sorprende, de ellos -es decir, su enorme capacidad, que no es tan física como técnica, de hacer con la moto lo que quieran- Bou arquea una ceja teniendo la sensación de que exageramos. «Nosotros entendemos que a mucha gente le sorprenda la habilidad, técnica y fuerza que desarrollamos para convertir nuestra moto en una parte más de nuestro cuerpo y, sí, hacer con ella lo que queramos, pero en nosotros eso es natural».

Bou defiende que en ninguna otra especialidad del mundo del motor, de la moto, el piloto es tan decisivo como en el trial. «Cada uno tiene su técnica, cada uno emplea sus trucos, cada uno quiere la moto, el tacto del gas, el recorrido de las suspensiones, la presión de los neumáticos, los balances, los impulsos, de manera distinta. Luego, claro, está la parte del equilibrio que es muy importante pues pararse allá arriba, sobre una roca o tronco para meditar, estudiar y preparar el siguiente paso o salto, forma parte de algo que podríamos considerar como innato. Se diría, sí, que hemos nacido con esa habilidad y que hemos sido capaces de desarrollarla. La verdad es que cada año tratamos de ser mejores, lo que, llegado un cierto punto, por ejemplo este en el que estamos, no es fácil».

Bou admira a Raga, elogia a Albert Cabestany (Sherco) y Jeroni Fajardo (Beta) y comparte muchas horas con su compañero de equipo, ya casi catalán, el japonés Takahisa Fujinami, que forma tándem con él en Repsol-Honda Montesa. «Nos conocemos bien, nos llevamos bien y compartimos circuitos, pero son ellos, precisamente, los que pueden impedir que yo deje de ganar, así que no voy a perderlos de vista».

Ahora, luciendo esta flamante  chaqueta roja de Montesa y EL PERIÓDICO, le verán venir de lejos, eso seguro.