Pareja de ases en el casino

Neymar y Piqué aprovechan su día libre y coinciden en el European Poker Tour de BCN

Neymar, ayer, en la partida de póquer que jugó en el casino de Barcelona.

Neymar, ayer, en la partida de póquer que jugó en el casino de Barcelona.

MARTA CERVERA / BARCELONA

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

Más allá del Barça, Piqué y Neymar coinciden en su pasión por el póquer. Al delantero brasileño no es extraño verle en el Casino de Barcelona, donde en ocasiones acude a relajarse jugando en mesas de apuestas bajas. Más que el dinero lo que les interesa es divertirse. Ayer, sin embargo, ambos aprovecharon el día libre de la plantilla y coincidieron en uno de los eventos del año, un torneo de high roller del European Poker Tour donde cada uno de los 152 jugadores había desembolsado 25.000 euros para participar. Los ases del balón se midieron con cracks del póquer en una timba donde se repartían casi 4 millones de euros en premios. Empezaron al mediodía en mesas distintas y nunca coincidieron. Neymar, superadas las paperas, jugó casi seis horas antes de abandonar. La capucha de su sudadera, la gorra negra negra, los cascos y las gafas de sol que utilizó para evitar dar pistas a los rivales le sirvieron de poco. El jugador tiene más suerte en el póquer online donde hace poco ganó 17.800 euros.

Piqué duró media hora más que su compañero y jugó a cara descubierta. Exultaba confianza en sí mismo antes de empezar. Tal vez porque en el 2013 quedó en tercer puesto en una prueba similar. «Vengo a disfrutar y a pasarlo bien. A diferencia del fútbol, aquí no tengo presión para lograr un resultado». El defensa descubrió el póquer en Inglaterra, en su etapa en el Manchester United. «Allí hay mucha afición. Solía jugar timbas con los amigos. Hacíamos pequeñas competiciones y nos jugábamos cuatro duros», recuerda.  «El póquer me gustó desde el primer día. Tiene mala fama, y no lo entiendo. Habría que diferenciar entre póquer de ruleta, el blackjack y todos los juegos de casino".

Para él supone otro tipo de desafío, menos físico que el fútbol, pero igual de apasionante. «Es un juego de cabeza. Es más de pensar, de estrategia y algo de estadística. Es muy diferente al fútbol y eso me ayuda a desconectar», admite. No obstante su espíritu competitivo luce por igual en el césped que en la mesa de juego. «A mí me gusta ser agresivo. Hay quien espera a tener una buena mano. A mí me gusta jugar varias y ver cómo juegan los demás. Disfruto más así». Si tuviera que montar una timba con colegas del balompié elegiría a «Alex Ferguson, Rio Ferdinand, Wes Brown, John O'Shea y Ney, obviamente».

Él y Neymar son de los pocos que comparten la pasión por el póquer en el Barça. «En la selección española hay algunos más y a veces hacemos algún torneo». Pero al equipo nacional les suele ir más otro tipo de juego en el que se emplea la baraja española. «En la selección jugamos a la pocha y a veces nos estamos horas jugando. En el Barça a la gente le gusta hacer otras cosas como ver películas o escuchar música», dice Piqué, para quien el póquer es también un deporte, «como el ajedrez», añade.

Al fin y al cabo, explica, los juegos de mesa también son cuestión de táctica y de saber leer al rival: «Cuando tienes buenas cartas has de aprovecharlas y cuando no, hacer ver que las tienes. En el fútbol esto también puede pasar. Hay momentos en un partido en los cuales quizá físicamente no te encuentras tan bien y tienes que mantener el tipo. Y cuando estás mejor hay que ir a por el partido y ganarlo».