LA RONDA CICLISTA FRANCESA
Froome, británico de pies a cabeza
El bicampeón del Tour reivindica Inglaterra como su patria sin renegar de sus raíces africanas
SERGI LÓPEZ-EGEA / PARÍS (Enviado especial)
Los británicos, y Chris Froome lo es de pies a cabeza, saben ser diplomáticos y educados. «Señores periodistas, muchas gracias por seguir y apoyarnos en el Tour porque ustedes también se pasan casi un mes lejos de sus familias, como nosotros, los ciclistas. Yo, por ejemplo, he estado lejos de mi mujer y de mi gato». Así se despidió el jersey amarillo, el sábado en Alpe d'Huez, tras contestar infinidad de preguntas. Y como siempre no faltó, de boca de un informador anglosajón, la pregunta de cada día, la que nunca se formularía a un deportista estrella de otra disciplina que no fuera el ciclismo. «Chris, ¿vas limpio?».
Froome, el apátrida apátridapara muchos, el menos británico de los británicos, quiso reivindicar su nacionalidad, su tierra y su bandera, incluso viendo en la ruta muchas más de las que realmente se exhibieron. «Soy británico de pies a cabeza. Soy inglés, para más señas, porque ingleses son mis padres y mis abuelos y aunque lleve a África en el corazón y me honre ser un ejemplo para los jóvenes de aquel continente, cuando veo una bandera británica en la ruta del Tour, y este año he visto muchas, me emociono, saco coraje y me digo: 'Vamos, Chris, vamos'. Y sigo adelante».
Froome nació hace 30 años en Kenia porque sus padres tenían una granja en África a los pies de las colinas de Ngong. Pero se crió en Sudáfrica. Y allí, en un internado, mientras ya destacaba como corredor de mountain bike, comenzó a familiarizarse con las etapas del Tour. «Hasta los 16 años no había oído siquiera hablar del Tour. Pero, estando en el internado, comencé a disfrutar con esta carrera y me dije que aquí tendría que estar yo algún día».
Jamás ha vivido en Inglaterra. Con Michelle, su mujer, embarazada, y con el gato, comparten residencia en Montecarlo. Si alguien se acerca hasta Eze, la montaña que une el Principado con Niza, allí se le verá entrenar cuando no está compitiendo o concentrado en el Teide, al igual que Alberto Contador, Vincenzo Nibali y Purito Rodríguez. «He ganado dos Tours y el año que viene lucharé por el tercero sabiendo que Quintana me lo pondrá más difícil y seguro de que Contador volverá a ser mi otro gran rival».
ENEMISTAD CON NIBALI
A Nibali, por su ataque en la Croix de Fer cuando averió la bici, nunca volverá a hablarle. Se vio ayer mismo, en los primeros kilómetros de calma antes de entrar en París. Froome habló, saludó y se fotografió con todos sus rivales. Pero a Nibali ni se le acercó, mostrando el divorcio entre los dos últimos ganadores en París. Al Tiburón le cantó las 40 en el podio de La Toussuire, tras el triunfo del italiano. El sábado avisó que aquel fue el último diálogo con su rival. Del sufrimiento de Alpe d'Huez se acordará siempre un británico que hasta cruza palabras en castellano en privado, aunque solo con Valverde.
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