Análisis

Mejorar las rotaciones es el objetivo

ANDRÉS JIMÉNEZ

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Pau Gasol ha llegado a este Mundial con las pilas muy puestas. Esa es la gran noticia y la primera clave importante que está haciendo que las sensaciones positivas se vayan enfilando con la llegada precisamente de los choques fuertes. Y es que aunque este es un equipo con muchísima clase, demostrarla pasa por imponer una gran intensidad desde el primer segundo en que se está en pista. Navarro y Rudy lo tienen muy claro también.

Cada partido demuestran que son conscientes de que esta selección pueda utilizar todo su poderío interior pasa por que su capacidad anotadora no quede en entredicho. Ricky por su parte se ha erigido como base titular indiscutible. Aunque el de El Masnou tiene el handicap de la baja anotación, tiene una gran actitud en pista y está demostrando que es el que mejor sabe encontrar el ritmo ágil que en cada momento más le interesa a sus compañeros. Finalmente Marc Gasol, último miembro del quinteto titular, está en una gran forma física, y aunque por ahora parece mostrar más preocupación por asistir a su hermano Pau o ayudarle a que no se desgaste demasiado en defensa, no tengo dudas de que aparecerá en ataque cuando el equipo así lo necesite.

Dicho esto, el principal tema a mejorar del equipo de Orenga son las rotaciones. Todo pasa porque los jugadores con menos minutos no se obsesionen en si tendrían que jugar más o menos, y consigan centrarse en estar al 100% de intensidad sea cual sea el tiempo de que dispongan en pista. Es fundamental para una buena rotación de los de fuera que los dos Sergios jueguen al nivel que lo hicieron contra Brasil y que, por parte de los interiores, Ibaka se vaya encontrando cada vez más con el ritmo con que jugó contra Egipto. De Reyes no hablo porque lo tiene muy claro, pero sobre todo Calderón o Claver, que podría ser importante si nos atacan con un tres alto o con un cuatro con mucha movilidad, deberían intentar empaparse un poco más de ese espíritu. Aún y así, las sensaciones son excepcionales y Francia y Serbia, dos retos de máxima altura, son los tests perfecto para asentarlas.