Mirador
¿De verdad Florentino cree que somos todos tontos?
Emilio Pérez de Rozas
Periodista
Licenciado en Ciencias de la Información por la UAB. Hijo de Carlos Pérez de Rozas, sobrino de Kike y Manolo Pérez de Rozas, integrantes de una auténtica saga de fotoperiodistas. Trabajó en Diario de Barcelona, fundador de El Periódico de Catalunya en 1978 también formó parte de la redacción en Catalunya del diario El País. Colaborador del diario deportivo Sport y vinculado al departamento de Deportes de la cadena COPE, que dirige Paco González. Emilio suele completar muchas de sus informaciones con sus propias fotos, en recuerdo a lo aprendido junto a su padre y tíos.
EMILIO PÉREZ DE ROZAS
El camino que lleva España, toda, es considerar a sus habitantes tontos. Aquí, cualquiera que tiene mando, poder, un banco, una empresa, un ministerio, un sillón en el Congreso o es tesorero de un partido, se cree que puede tomarnos el pelo. Y nosotros tragamos. Tragamos, pero no somos tontos. Dejamos que nos tomen el pelo porque no tenemos cojones de denunciarlos. De decir ¡basta! O porque tenemos familia e hipoteca. Seremos unos cobardes, pero tontos no somos.
Y, si como es mi caso, tengo la oportunidad -¡bendito periódico!- de dirigirme a Florentino Pérez, uno de los dueños de esa España que nos ningunea, que nos considera tontos, que ayer hizo uno de los más grandes ridículos que he visto hacer a ser superior alguno, voy y lo escribo.
Pero le digo más. Le digo que es un trilero. Le digo que ayer creía tan poco en todo lo que decía, que tuvo que leerlo. Estaba tan histérico que no paró de golpear los micrófonos, que no tenían culpa de nada. Y menos de su torpeza. Salió a escena a contar por qué despedía a Mourinho y ni siquiera fue capaz, valiente, de reconocer que lo despedía. «Hemos llegado a un acuerdo». ¡Pero qué acuerdo ni qué nada! Si acababa de renovarlo, señor Pérez; si tenía tres años más de contrato; si en diciembre dijo que era «el mejor entrenador del mundo»; si se atrevió ¡que ya es atreverse! a decir que representaba «como nadie, los valores del madridismo». Por favor, déjese de trilerismos y cuente la verdad.
Reconozca que se equivocó fichándolo. Y punto. Queda usted como un señor y sus accionistas de ACS lo verán íntegro. Y los aficionados blancos se lo perdonarán porque usted les ha dado mucho. Y reconozca también, sí, que, como ya le ocurrió con los divinos galácticos, le dio la mano a Mou y él se tomó el cuerpo entero, desde usted a Valdano, pasando por Zidane y Casillas.
Pero, no, señor Pérez, usted no hizo nada de todo eso. Se enfrentó a la audiencia con ese aire de suficiencia que tienen los dueños como usted, los banqueros como... me callo, los políticos como... me callo, y volvió a pensar (como cuando le pareció bien lo del dedo en el ojo de Tito Vilanova, como lo que dijo en la comida de Navidad, como lo que dijo el día que tuvo el valor de desmentir a Marca...) que todos los que estábamos delante de usted somos tontos.
Y nos vendió que Mou y usted han triunfado porque el Real Madrid «vuelve a ser cabeza de serie de la Champions». Sin darse cuenta, señor Pérez, que esta etapa gloriosa que usted trata de defender ha dejado al Madrid sin entrenador y sin presidente el mismo día. Patético.
Eso sí, señor Pérez, su acto de trilerismo concluyó con un detallazo: el día del 32 cumpleaños de Casillas, usted le regaló la cabeza de Mou.
Aquí un cobarde. No un tonto.
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