Despedida y cierre

Fernando Hierro aseguraba ayer mismo, y casi nadie en la Federación Española de Fútbol le creía, que no había tenido oferta alguna del Madrid. Su nombre, horas más tarde, fue el primero en salir a la palestra después de que se filtrase la noticia de que Jorge Valdano no seguía al frente de la dirección deportiva del Madrid. Ya había pasado el día 13, cuando se extendió el rumor de que el portavoz del club blanco dejaría la entidad el 30 de junio por propia iniciativa, con una dimisión que no le daría derecho a recibir indemnización alguna por los dos años de contrato que le quedaban, que no es el caso de la situación que finalmente se ha dado. Recibirá algo más de dos millones de euros en concepto de finiquito.

Resultó que Hierro no engañaba a nadie y Florentino Pérez no había pensado ni en él ni en Luis Figo para hacer a Mourinho el caldo gordo, algo que a Valdano le ha resultado imposible.«Lo he leído por ahí y esa posibilidad no la contemplamos», aseguró el presidente del Madrid a propósito de la posible contratación del todavía director deportivo de la federación o de la del exjugador del Barcelona, Madrid e Inter.

Con el nuevo organigrama, a Florentino no le hace falta ni director deportivo ni tampoco nadie que ponga la cara y las mejores palabras para representar al club. Mourinho también le ha cambiado la forma de pensar.«Es costumbre del club no hablar de árbitros. Lo que teníamos que decir lo ha dicho Jorge Valdano, que es nuestro portavoz y quien representa mejor la imagen del club», decía Pérez allá por el 21 de diciembre del año pasado. Por entonces ya estaba más o menos claro por donde iban a ir los tiros en la guerra abierta que ya protagonizaban el técnico y el ejecutivo, siempre con mayor saña por parte del primero.

Ánimo decaído

«Lo que acaba de decir Florentino Pérez decanta claramente el vencedor de la lucha... El presidente ha buscado esta solución ante una situación que no era fácil de administrar», comentó un afectado Valdano, que no hizo nada por ocultar su bajo estado de ánimo:«Me voy con la tristeza de dejar un club en el que llevo entrando y saliendo nada menos que 27 años».

Nueva despedida por tanto, aunque ligeramente distinta a la que protagonizó hace siete años, tres meses antes de la finalización de su contrato. Entonces, como ahora, dejó un cargo vacío de contenido porque sus opiniones no eran tomadas en cuenta ni a la hora de fichar ni a la de planificar, pero fue él quien dio el primer paso para dejar la entidad en una fecha simbólica, el día en que el presidente a su vez dimitía también para volver a ser candidato a la presidencia.