fútbol

Bronca al Barça

Sant Carles de la Ràpita recibe de uñas a Laporta y a Guardiola por competir con el equipo filial

Guardiola, abroncado, mira a la afición al llegar al estadio de la Rapitenca, ayer.

Guardiola, abroncado, mira a la afición al llegar al estadio de la Rapitenca, ayer.

JORDI TIÓ
SANT CARLES DE LA RÀPITA

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Se le esperaba con una gran ilusión, pero tuvo un recibimiento de perros. No había bajado el Barça del autocar y una estruendosa pitada inundó el campo de la Rapitenca. Sobre el césped estaban el Espanyol y el Santboià, pero la historia no iba con ellos. A quien esperaba la afición de Sant Carles de la Ràpita era al equipo azulgrana y, especialmente a Pep Guardiola, para dejarle claro su malestar por presentarse a jugar la semifinal de la Copa Catalunya ante el Sant Andreu con el equipo filial y un grupo de juveniles. Los culés de las comarcas del Ebre se sintieron despreciados. Y se lo hicieron saber al técnico azulgrana.

El enfado era mayúsculo y la indignación, mayor. Incluso hubo aficionados que reclamaron que se les devolviera el dinero de las entradas. Habían pagado 20 o 30 euros por una localidad de lateral y tribuna, respectivamente, pero para ver a algunas de las estrellas del Barça. No al filial de Luis Enrique. Por eso, el ayuntamiento invirtió 90.000 euros para acondicionar el campo. "Nos sentimos despreciados por la actitud del Barça", dijo Miquel Alonso, alcalde de Sant Carles de la Ràpita, decepcionado especialmente con Guardiola. "Que no diga que jugar en un campo de hierba artificial supone un riesgo para los jugadores. En este campo no se lesionó nadie la pasada temporada", añadió Alonso, convencido de que "si el Barça cobrase un millón de euros, estaría aquí con todas las estrellas".

EL CATALANISMO DE LAPORTA

También la federación catalana expresó su malestar. "La Copa Catalunya se merece el respeto de todos. Esperábamos un esfuerzo por parte del Barça", dijo el vicepresidente Miguel García, quien agregó: "Guardiola no es sospechoso de no defender los colores de Catalunya, pero creo que se ha equivocado. Sabemos que hay que cuidar a los cracks, pero es que no ha venido ni con el filial al completo", lamentó el dirigente.

García también envió un recado a Joan Laporta. "Hay quien siempre se da golpes en el pecho, se llena la boca, coge la estelada, pero no basta solo con la palabra. Hay que demostrarlo con la acción", afirmó refiriéndose al discurso catalanista que suele exhibir el presidente del Barça. "Mucho te quiero perrito, pero pan poquito", dijo García, reiterando su enfado por la actitud del Barça ante "una competición que parece gafada", concluyó.

Lo cierto es que, al menos para el Barça, la Copa Catalunya se ha convertido en una competición engorrosa en la que hay mucho que perder y poco a ganar. Por eso Guardiola quiso reservar a los pocos jugadores del primer equipo que ha podido dirigir esta semana (Valdés, Pinto, Alves, Etoo y Sylvinho) al no poder contar con los internacionales, desperdigados por medio mundo. Tras perder en el estreno liguero en Soria, el técnico no ha querido tomar riesgos cara al partido ante el Racing y el debut en la Liga de Campeones, el martes. Hay mucho en juego y el equipo no está para tirar cohetes.

RECIBIMIENTO CRISPADO

Pero no todos entendieron esta decisión. Y menos en Sant Carles de la Ràpita, donde se esperaba un gesto por parte del Barça. Un detalle que no llegó. Y la afición (unas 3.500 personas) se enfadó. Laporta, que entró por la puerta trasera del campo, fue abucheado al aparecer por el palco de la Devesa. Los gritos de "Barça, sí; Laporta, no", se escucharon con insistencia mientras el presidente aguantaba el chaparrón. "Lamentamos mucho esta situación. Nos hubiera gustado venir con el primer equipo, pero no puede ser. Jugamos el sábado contra el Racing y el martes debutamos en la Champions. Cualquier culé lo entiende", dijo el presidente. Pues no lo pareció.