Barça

Ona Batlle, cicatriz y huella: la lateral toca el cielo en su primera temporada como culé

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Las reinas del Barça conquistan Europa y firman un póquer histórico (2-0)

Ona Batlle, atendida por un golpe durante la última final de Champions.

Ona Batlle, atendida por un golpe durante la última final de Champions. / ZOWY VOETEN

Laia Bonals

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Es como si nunca se hubiera ido. Ona Batlle ha vuelto al Barça, la que siempre ha sido su casa, en una temporada en la que el equipo ha vuelto a hacer historia. Pese a que ya contemplaba que ganaría títulos con el conjunto azulgrana, conseguir el póker histórico no entraba en sus planes. Sabía que era el objetivo, lo tenían claro en el vestuario, pero el guion no ha podido salir más redondo. Desde el balcón del Palau de la Generalitat, con las gafas puestas y los tres puntos del pómulo aun cicatrizando tras el accidente en la final, Ona contemplaba con una amplia sonrisa a los más de 2.000 culés que clamaban su nombre.

En Bilbao, Ona puso el broche de oro a un año excepcional. No solo a nivel colectivo, sino también en lo individual. Su adaptación, tanto al equipo como a la ciudad, ha sido muy orgánica.  "Lo que más le gusta es volver a casa, se encuentra cómoda aquí", relatan desde su entorno. Desde que aterrizó en Catalunya de nuevo, Ona vive cerca de la Ciudad Deportiva, pese a que ya está mirando opciones para mudarse pronto. La adaptación está siendo excepcional, "como si no se hubiera ido nunca". "Le encanta tener la familia cerca. Sobre todo a ellos les encanta, porque la ven más. Su familia va a todos los partidos, y se siente muy cómoda porque tiene a sus amigos de toda la vida y su familia cercana. Le da mucha tranquilidad".

Ona Batlle durante laecepción en el ayuntamiento de barcelona y la Generalitat al Barcelona Femenino tras ganar la Champions.

Ona Batlle durante laecepción en el ayuntamiento de barcelona y la Generalitat al Barcelona Femenino tras ganar la Champions. / ZOWY VOETEN

Su familia, como no podía ser de otra manera, estuvo en Bilbao. Desde la grada la vieron cumplir uno de sus sueños, pese a que también sufrieron con el aparatoso accidente que sufrió una vez salió al campo. Ona no fue titular en la final donde el Barça consiguió su tercera Champions, para sorpresa de muchos. Jonatan Giráldez apostó por Lucy Bronze y Fridolina Rolfö para el once.

La elección no fue muy popular, pero detrás había dos argumentos futbolísticos. Primero la voluntad de priorizar los centros por encima de la profundidad y luego la experiencia de dos jugadoras que ya habían disputado alguna final de la Champions. Ona debutaba y lo tuvo que hacer desde el banquillo. No le gustó, como a cualquier jugadora que ve que su nombre no está en la lista en el partido más importante de la temporada, pero esperó paciente su momento.

Sangre sobre el césped

En el 66 entró por Rolfö y se encargó de la banda derecha del equipo. Allí fue cuando, en una acción con Diani, cayó al suelo chocando con el taco de la bota de la francesa, que le abrió el pómulo. La catalana se quedó boca abajo viendo cómo caía la sangre. Se asustó, no sabía de dónde salía toda esa mancha roja que veía en el césped. Desde la grada, sus familiares también se preocuparon cuando vieron cómo los médicos la atendían para pararle la hemorragia. Para que pudiera terminar el partido le pusieron una gasa y un apósito que después sustituyeron por tres puntos de sutura. Con el ojo hinchado por el golpe volvió al campo y terminó la final que le dio su primera Champions.

Cuando la colegiada pitó el final, se le olvidó su ojo amortado y el golpe. Era campeona de Europa y eso lo cura todo. La cicatriz que le quede será un pequeño recuerdo de una noche mágica. La celebración fue por todo lo alto. Volver al club de tu vida y ganarlo todo. Sin duda, no hay mejor guión posible.