Barça - Olympique de Lyon

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Última hora de la final de la Champions femenina entre el Barça y el Olympique de Lyon, en directo

Entrenamiento  del F. C Barcelona  a la sede de la final, San Mamés

Entrenamiento del F. C Barcelona a la sede de la final, San Mamés / EFE

Laia Bonals

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No solo hay un título en juego. Lo que se van a jugar Barça y Olympique de Lyon sobre el césped de San Mamés es la corona del fútbol femenino. Un marcador va a determinar cuál es el mejor equipo de Europa: si las vigentes campeonas o las vencedoras históricas. Un duelo que será antológico también en la grada que marcará un antes y un después.

"Las finales están para ganarlas, pero también hay que disfrutarlas", reivindicaba Aitana Bonmatí en la previa de la final. Sentada en la rueda de prensa, sonriente y atenta, la Balón de Oro es consciente de que el partido de este sábado es único. "No hay una manera específica de trabajar para este partido. La experiencia te da ese bagaje de saber contrarrestar adversidades. Hace años empezábamos un partido perdiendo y se nos hacía difícil remontarlo. La experiencia es importante. Si no encajamos un gol en los primeros minutos, mucho mejor", desgranaba la catalana, echando la vista atrás.

Los antecedentes, sin embargo, son simplemente eso: pasado. El Olympique de Lyon es el único equipo al que el Barça nunca ha conseguido ganarle. Las derrotas contra las francesas, además, han sido traumáticas en el vestuario. La primera llegó en Budapest, cuando el Barça aún estaba demasiado verde para plantarle cara al todopoderoso del fútbol femenino. Ese partido fue un bache en el camino que les permitió a la dirección deportiva y a todo el equipo ver hacia dónde había que ir.

Aprendizaje

"Como equipo siempre cuando pasan cosas que son duras, aprendes. Hemos aprendido muchas cosas de esas finales. Estamos más preparadas, más maduras, hemos vivido esta situación muchas veces. Tenemos muchas ganas de afrontar la final y luchar por el título", confesaba Caroline Graham Hansen. La noruega sigue teniendo muy presente lo sucedido en Turín. El Barça venía de levantar su primera Champions y estaba en una nube. Volvía a la final de la máxima competición europea y contra su máximo rival. Era el guion perfecto. Pero éste terminó en papel mojado. Las francesas pasaron por encima y la abultada derrota (1-3) hizo mella en el vestuario, donde las ganas se han ido acumulando desde entonces.

Este Barça tiene muchas cosas además de fútbol. La constancia, la resiliencia y el orgullo han tirado de un equipo que ahora está en lo más alto. El ADN Barça va acompañado de una mentalidad ganadora que es "clave". "No me gusta vivir del pasado. Tenemos que respetar al rival, pero también conocemos nuestro potencial. Es una final igualada. Nos veo entrenar cada día y sé la mentalidad que tiene mi equipo. Va a ser un gran día", confesaba Bonmatí.

Antecedentes

"El partido comienza 0-0". Las palabras de Aitana parecen una obviedad, pero con semejantes antecedentes, las francesas se van a plantar sobre el verde como si ya fueran ganando. La prudencia que se vislumbraba en el discurso de las francesas no cuaja con su normal temperamento. Sin embargo, y a diferencia de Turín, su puesta en escena en la previa del partido fue distinta. Nada de posado altivo o de mirar por encima del hombro. Wendy Renard y Christiane Endler salieron como si nada a la rueda de prensa, con gesto tranquilo y despreocupado, como si no se lo jugaran todo.

"Somos un equipo que ha ganado muchos títulos y que seguirá siendo muy ambicioso. Se trabaja para seguir siendo un grande en Francia y en Europa. Por palmarés somos y seguiremos siendo el mejor equipo del mundo", decía totalmente desacomplejada Sonia Bompastor. "Será un partido nuevo, diferente. Estamos concentradas en nosotras mismas, estamos convencidas y apelamos a esta final desde la serenidad y el trabajo. Llegamos con mucha confianza", añadió la entrenadora del Olympique quien, como Jonatan Giráldez, vivirá su última gran final en el banquillo de su actual club.

San Mamés va a acoger el mejor partido de fútbol. Barça y Olympique llegan en su mejor momento. Los pequeños detalles, como los duelos individuales o aceptar ir al cuerpo a cuerpo, pueden acabar marcando la final. El Barça debe arriesgar hasta cierto punto, teniendo en cuenta que el Lyon no perdona un balón perdido. Las azulgranas no pueden perdonar ante un Olympique que vive feliz en el contraataque.

Un duelo de dos gigantes del fútbol. "El Olympique es un equipo histórico que tiene presente y el Barça es un equipo de presente que quiere hacer historia", decía Xavi Puig en la cena de directivas. Este sábado sabremos si las azulgranas hacen justicia a sus palabras.