Aniversario

Lola Flores: 100 años de la mejor artista

'Influencer' antes de que se inventara el término, revisamos los claroscuros de este referente de la cultura popular

Se cumple el centenario del nacimiento de la gran Lola Flores

VÍDEO: EUROPA PRESS

Abel Cobos

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Era el 16 de mayo de 1995. Una multitud en duelo gritaba «guapa, guapa» al féretro de Lola Flores mientras paseaba por Madrid. Apenas 15 días después moría Antonio Flores, su hijo, por sobredosis. De aquellos aciagos días han pasado treinta años, pero el apellido Flores sigue vivo: Las descendientes del clan, desde Rosario hasta Alba, pisan fuerte en el mundo del espectáculo. Pero además, la misma Faraona entendió cómo convertirse en un icono inmortal. La clave la dio, probnablemente 'The New York Times' en 1979 antes de su actuación en el Madison Square Garden: «No canta ni baila, pero no se la pierdan».

«¿La mejor cantante de flamenco? La Niña de los Peines. ¿Y bailaora? Carmen Amaya. ¿Y la mejor artista? Esa es Lola Flores», palabra de Juan Gómez 'Chicuelo', guitarrista, compositor e intérprete de flamenco. «No era de diez en todo. Pero tenía arte, y eso está por encima del talento». Según el músico, lo demostraba constantemente «en su mirada, fuerza, puesta en escena y en cómo entendía los espectáculos». Para la investigadora y curadora Alicia Navarro, lo que ofrecía era «corporalidad, gestualidad, estética, movimientos… Cómo llenaba la escena. Lola era mucho más potente que su voz. Ese era su arte».

Posturas revolucionarias

Pero su nombre sigue sonando no solo por lo que ofreció sobre los escenarios. Lola devoraba los platós de televisión, derrochando carisma y soltando citas célebres. Tantas, que hay cuentas de Twitter que le hacen de hemeroteca, publicando vídeos cortos suyos que rápidamente se viralizan defendiendo posturas que hoy en día siguen siendo revolucionarias: desde denunciar el 'slut-shaming' (culpar a las mujeres por tener «demasiado» sexo) hasta naturalizar las drogas («te haces una rayita o te fumas un porro y no pasa nada», dijo con la misma naturalidad con la que los guais del instituto te ofrecían tu primera calada). 

«Es innegable que es un icono de la cultura popular», añade Lidia García, investigadora en Historia del Arte y divulgadora sobre copla y género, mientras enumera otras de sus muchas frases míticas, como «si me queréis algo, irse», que 25 años después de su muerte siguen en nuestra memoria. «Estos momentazos demuestran algo esencial en Lola Flores: lo inteligente que era. Era consciente de que estaba construyendo un personaje que gustaba, y lo alimentó de forma premeditada». 

"Si me queréis algo, irse"

Lola soltó su frase más icónica en la boda de su hija Lolita dirigiéndose a una multitud de 5.000 fans que, intentando ver a la coplera, bloquearon la entrada a la iglesia. Gritó estas cinco palabras desesperada. Ya  se han convertido en dicho popular.

Un mérito que «nunca se le reconoció, porque, como sucede siempre en aquellas personas rápidas e inteligentes que no pertenecen a la élite cultural, se busca una forma diferente de describirla: ‘Qué arte tiene’, ‘qué graciosa’, ‘qué salero’». Como si tuviera talento innato sin un trabajo detrás. «A una mujer coplera pocas veces se le llama genio, se dice que es única irrepetible», dice García. 

En 'El coraje de vivir', la artista destripó su vida sin tapujos. Incluso explicó que se prostituyó para ayudar a su familia

Algunos de estos míticos momentos se vivieron en 'El coraje de vivir', una serie documental de Antena 3 emitida en 1994 donde la propia Flores destripaba su vida sin tapujos. Horas confesando anécdotas tan polémicas que no se contarían ni con dos copas de más en un 'Yo nunca'. García recuerda cuando explicó que se prostituyó para ayudar a su familia. «¿Te imaginas a alguna gran estrella mediática reconociendo esto?», se pregunta. 

En este programa no solo contó sus detalles más escabrosos, sino también se mostró orgullosamente vulnerable. «Habla en 'prime time' y con orgullo de sus orígenes humildes, de la emigración de sus padres, también de episodios muy duros que vivió en sus principios como artista», añade la investigadora, que cree que la honestidad y ser «muy autoconsciente de su personaje» han ayudado a que sea aplaudida constantemente de forma intergeneracional. Es cuestión de tiempo que todos estos momentazos queden recopilados en un 'biopic' o una miniserie, ahora que con el 'streaming' estos formatos están al alza. 

"¿Quién no se ha dado el 'pipazo' con una amiga?"

En una entrevista, y con total naturalidad, reconoció que había tenido «algo» con una amiga. Naturalizaba así las relaciones lésbicas en una época que estaban muy invisibilizadas.

Ser tan abierta le daba una humanidad que la alejaba de otras copleras del momento, mucho más herméticas. Por eso Lola sigue resonando tanto en la generación de las redes sociales, porque esta vulnerabilidad es la que se busca ahora. Sí, Lola Flores tiene más de Kim Kardashian que Beyoncé, lo cual explica que se usen más los GIFs de la española que de la americana. Y por eso todavía hoy muchos 'millennials', aunque naciesen después de su muerte, la siguen admirando: porque  es una artista tan fresca que hasta podría salir en 'Paquita Salas'.

"Si una peseta diera cada español…"

Lola fue tan pionera que hasta pidió que la ayudasen con un 'crowdfunding' antes de internet. Aunque quizá no por los mejores motivos. Es uno de los momentos que ensombrecieron a la artista: sus conflictos con Hacienda. 

«Mira su forma de vestir. Esos escotes y transparencias, enseñando pechos y piernas, era la más atrevida. Solo María Jiménez la siguió», recuerda Adrián Amaya, cantante y 'showman', que ha creado uno de los muchos espectáculos en homenaje a Lola Flores, 'Eterna Lola'. Es otra faceta más de su legado, la defensa de la comunidad LGTBI en una época en que pocas lo habrían hecho. 

Se ha alzado como una diva tan idolatrada que hasta existe una categoría de 'drag queens' que se dedica exclusivamente a imitarla: las Zarzamoras. «Traía a 'trans' a sus programas, apoyaba a transformistas y le encantaban los ‘mariquitas’, como los llamaba. Solo ella y Rocío Jurado, cuando dijo que era progay, lo hablaron con normalidad y libertad».  

"Muchas gracias, pero el pendiente no lo quiero perder"

Estaba en un directo y perdió un pendiente de oro. Puso al público a peinar el suelo diciéndoles «ustedes me lo vais a devolver». Según confesó en entrevistas posteriores,  el pendiente acabó apareciendo. 

Pero, aunque el legado de la Faraona es imprescindible en nuestro país, es muy naíf pretender que no hubo sombras en su carrera.

Por ejemplo, a la vez que tenía discurso de clase y que intentaba ser una mujer libre, triunfaba como artista en una sociedad franquista –«Franco me dio paz», llegó a decir– y caía en las expectativas patriarcales de qué se esperaba de una mujer. «Es lo interesante de Lola Flores: por muchas contradicciones que tuviera en su vida personal, cuando la miraban las mujeres de la época, lo que veían era una mujer con voz, con fuerza y con un lugar de enunciación importante», concluye García. Fue un referente. Y parece que seguirá siéndolo. 

"A lo mejor pido que enla caja me la metan… la bata de cola"

El humor era marca de la casa, pero también la sensualidad. Fue una forma de reivindicar su libertad sexual: con el humor verde. 

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