Espacio natural

La Plataforma Ribera-Salines impulsa un huerto comunitario para denunciar la construcción de 2.500 nuevas viviendas en Cornellà

El huerto colectivo La Bardissa, de gestión comunitaria y asamblearia, se presentó en sociedad este fin de semana y estará abierto a toda la ciudadanía

Huerto de La Bardissa impulsado por la Plataforma Ribera-Salines

Huerto de La Bardissa impulsado por la Plataforma Ribera-Salines / Plataforma Ribera-Salines

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La Plataforma Ribera-Salines presentó el pasado fin de semana el huerto de La Bardissa, un espacio agrícola de gestión comunitaria y asamblearia, que más allá de dar frutos pretende visibilizar la oposición vecinal de un grupo de vecinos y vecinas de Cornellà (Baix Llobregat) a un Plan Urbanístico que prevé la construcción de 2.497 viviendas que supondría “la pérdida irreversible de los últimos terrenos agrícolas del municipio y la destrucción del único corredor verde que hay entre la ciudad y el río Llobregat”.

Al acto asistieron, en grupos de 20 para mantener las mediadas sanitarias, unas 100 personas que participaron de los talleres organizados por los impulsores y conocieron el proyecto de primera mano. “En estos momentos nos encontramos en una fase de documentación, de estabilización de la plataforma y de reafirmar nuestro discurso públicamente”.

Amenaza

La plataforma denuncia que esta zona que conecta el núcleo urbano con el río Llobregat, “se encuentra en terrenos inundables y tiene un alto valor ecológico”. Y, desde marzo del 2009, se encuentra amenazada por el Plan Director Urbanístico de las Áreas Residenciales Estratégicas del ámbito del Baix Llobregat. Este plan prevé la construcción de viviendas con aparcamientos subterráneos, una nueva estación de ferrocarril y varios equipamientos.

Densidad

La Plataforma se muestra preocupada porque Cornellà ya tiene una densidad de población de 12.866 hab./km2, una de las más altas de Catalunya, “y más del 70% de su superficie está ocupada por zonas residenciales, industriales y de infraestructuras”. Y creen que “hay que buscar soluciones alternativas a los problemas de accesibilidad a la vivienda que no pasen por la urbanización de los últimos espacios agrícolas y naturales”.

Ayuntamiento

Desde el Ayuntamiento afirman que la urbanización se enmarca en una zona específica de la Ribera-Salinas “únicamente en los terrenos situados al sur de la carretera, siendo la continuidad lógica del núcleo urbano consolidado”, que se pretende crear una estructura de paseos y viales con "continuidad con el suelo urbano" y que el Plan contempla un parque de dimensiones similares al Parque de Can Mercader “que representa un gran pulmón verde para la ciudad” así como “reservar suelo para la implantación de un depósito de laminación que evite episodios de inundación en el río”.

El consistorio que, por ahora, rechaza pronunciarse sobre la iniciativa del huerto de La Bardissa defiende que tendrá en cuenta el uso público de los suelos agrarios “y potenciar la actividad de ocio, educativa y tradicional del territorio”; y que pretende proteger y poner en valor elementos que se encuentran abandonados en esta zona, como los pozos de agua novecentistas, favoreciendo una “lectura cultural y evitando la situación abandono que suponen los usos periurbanos de este entorno”.

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