Las grandes superficies catalanas empezaron el año con un descenso de las ventas después de 25 meses al alza

Con un octubre especialmente caluroso como única excepción, las ventas en las grandes superficies catalanas llevaban algo más de dos años al alza. Mes tras mes, las estadísticas de la Generalitat mostraban como los establecimientos de venta directa de alimentación, ropa o electrónica (entre otros) con una superficie comercial igual o mayor a los 2.500 metros cuadrados, facturaban siempre un poquito más que el año previo. Sin embargo, 2023 comienza con un cambio de tendencia: estos establecimientos han visto descender su actividad un 1,8% en enero en relación con el año previo, una caída que parece especialmente atribuible al universo no alimentario.

Así lo muestran los datos que difunde este jueves Idescat, que evidencian una disminución del 3,1% de las ventas en esta categoría, y otra del -0,2% en el caso de la alimentación. De todos modos, los mismos datos comparados a precios constantes (es decir, sin tener en cuenta el efecto que la inflación y los encarecimientos generalizados hayan podido tener sobre estas estadísticas) muestran que lo que más cae es la alimentación (-6,3%), señal de que se está comprando menos en volumen en los hipermercados, pero que lo mucho que ha subido el precio de los alimentos han atenuado la comparación en términos de gasto.

Es decir, visto de este modo, el cliente compró un 6,3% menos de producto alimentario en grandes superficies en enero (un indicador que lleva varios meses a la baja, pero que solo en marzo y octubre del año pasado había reflejado una caída de este nivel) y casi un 4% menos de artículos textiles, de decoración o de electrónica. En este caso, la tendencia llevaba de subida desde finales de 2022.

Empieza a caer el gasto

Lo sorprendente es que por primera vez en más de dos años, ambos parámetros estén en negativo también en cuanto al gasto destinado a ellos. En el caso concreto de los productos alimentarios, con la primera caída desde octubre de 2021, lo que presumiblemente se debe a que se están extremando las medidas para contener el gasto. En cuanto al universo no alimentario, se trata también del peor descenso desde febrero de aquel mismo año, incluso ligeramente peor al del octubre pasado, un mes que el sector de la moda destacó por el mal comportamiento de las ventas relacionado con el cambio de temporada en los escaparates y una temperatura más veraniega que invernal en la calle.

Esta caída coincide, además, con un mes teóricamente bueno para el consumo por ser el de las compras de los Reyes Magos y el de las Rebajas, una campaña que se presumía buena a juzgar por la tendencia que arrastraba el sector desde noviembre. En este sentido, ya el indicador que publica mensualmente la asociación catalana de la empresa familiar del retail Comertia (que agrupa a enseñas como Base, Boboli, BonÀrea, Bon preu, Ametller, Casa Viva, Casas, Dormity, Drim, Furest, Plusfresc, Santa Eulalia, Sorli o Veritas) avanzaba esta caída, también la primera en muchos meses.

"Una vez iniciado el 2024, los socios de Comertia apuntan a la geopolítica, el clima y la sequía y los ciberataques como principales riesgos para los comercios, en la misma línea que los resultados recientes del Observatorio del Institut Cerdà", advertía el comunicado que acompañaba a estos datos y que reflejaba bastante equilibrio entre los comercios que habían advertido más y menos tráfico a lo largo del mes en sus tiendas. "La moda ha sido uno de los principales sectores afectados por el clima de este último mes, tal y como demuestra su disminución de ventas totales", agrega este análisis, que abre la puerta a que el dato de enero sea otro descenso aislado.