Transición verde

Codorníu cierra la mejor campaña de la década, con una cosecha que ya es 100% ecológica

María Jesús Ibáñez

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El cava está de moda. En los últimos años, ha ganado terreno al champán francés y al prosecco italiano en todo el mundo, especialmente en países como Reino Unido, Suecia, México, Argentina y Brasil. Y ese 'boom' se está traduciendo en un significativo aumento de ventas de las empresas que lo producen. Una de ellas, la veterana Raventós Codorníu, ha cerrado la última campaña con una facturación de 227 millones de euros, lo que supone un incremento del 4% respecto al ejercicio anterior y un crecimiento del 16% en rentabilidad bruta (o beneficio bruto de explotación antes de deducir los gastos financieros, Ebitda en sus siglas en inglés).

Respecto a las cifras de antes de la pandemia del covid, estos resultados son un 20% superiores en facturación y un 30% en Ebitda. Son, también, los mejores de la década, asegura la compañía, que sigue teniendo su principal mercado dentro de España, con el 61,7% de su negocio, mientras que el 38,3% se vende en el extranjero.

"El cava vive realmente un momento muy dulce", admite Sergio Fuster, consejero delegado de la compañía, que adelanta que la totalidad de las botellas que salgan a partir de ahora de sus bodegas serán ya de producción 100% ecológica. "Nos hemos avanzado un año a nuestras propias previsiones, y eso lo ha propiciado el ritmo de ventas que tenemos", indica Fuster.

En 2013, Codorníu vendimiaba sus primeros 60.000 kilos de uva ecológica. En 2019 ya eran 5,5 millones. Hoy, la totalidad de la producción que se obtiene de sus viñedos propios y el 100% de la que compra a viticultores locales para elaborar cava es ecológica. Eso ha supuesto un sobrecoste, durante estos 10 años, "de entorno al 15% y el 20% en cuanto a costes de producción, pero no se ha trasladado en el precio del producto", detalla el consejero delegado.

La sequía

De cara al año venidero, tras una vendimia marcada por la sequía, el grupo Raventós Codorníu confía en mantener las condiciones de sus cavas, "porque aunque se ha recogido menos uva que en años pasados, la cosecha ha sido de muy buena calidad", asegura Fuster. "En algunas zonas de regadío, como Raimat, en Lleida, la producción ha sido similar a la del año pasado, aunque es cierto que en otras, como el Penedès, ha habido menos uvas", admite.

En el caso de la bodega leridana, los buenos resultados son fruto también del empleo de técnicas pioneras de viticultura implantadas hace ya 20 años, que han permitido optimizar el riego de apoyo y de precisión que permite aplicar un goteo en la cepa de forma totalmente controlada y solo cuando es imprescindible.

Inicio de la vendimia en Raimaten la  D.O. Costers del Segre

Inicio de la vendimia en Raimaten la D.O. Costers del Segre / FERRAN NADEU

"Raimat demuestra -subraya Fuster- que la viña, si se adapta al cambio climático con agricultura de precisión y regenerativa, sí que tiene futuro en nuestro país".