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"Ser taxista me ha hecho crecer"

Rafa Serrano lleva 8 años trabajando como taxista en Barcelona

Rafa Serrano lleva 8 años trabajando como taxista en Barcelona

LLUÍS MUÑOZ / BARCELONA

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Rafa se ha levantado a las 4 de la mañana para empezar su jornada laboral. Al llegar al taxi, lo primero que ha hecho, como cada día, es comprobar que todo estuviese en orden. A continuación ha salido de Sabadell hacia Barcelona, en busca del primer servicio del día, sin saber cuándo va a poder volver a casa. “En el taxi nunca sabes ni dónde ni cuándo vas a terminar. Tampoco sabes lo que te va a pasar. Es un nido de experiencias y no hay un día igual”, explica Rafa, quien llegó al mundo del taxi hace 8 años cuando cerró la empresa de reformas que tenía: “Si me hubieses dicho hace 9 años que iba a trabajar de taxista no me lo hubiera creído. De hecho, tenía el prejuicio de que era un gremio chapado a la antigua. Hoy digo que cada taxista es una persona con una realidad única”.

A sus 39 años, Rafa puede explicar todo tipo de historias vividas en el taxi: tiene usuarios habituales de Mytaxi que se han convertido en amigos; ha ido a la boda de una clienta; tras llevar a un directivo de Toyota, la compañía le invitó a dar una charla en Madrid para inspirar a sus empleados sobre el mundo del taxi; y la que más ilusión le hace: Rivaldo se sentó en el asiento de copiloto de su coche. “En el taxi tengo la suerte de tratar con gente de todo tipo”, explica Rafa, instantes después de dejar a un cliente en su destino.

"El taxi es mucho más que un servicio de puerta a puerta: estamos al lado del cliente"

Tras la breve pausa, vuelve a la soledad de su taxi esperando encontrar un nuevo usuario, una nueva historia. Reconoce que, precisamente, la soledad suele ser la compañera más habitual: los trayectos duran menos de 25 minutos; en ocasiones los clientes prefieren no hablar;  y con los compañeros solo hay relación en las paradas y durante los descansos: “Si tienes un problema, todo el día vas a estar dándole vueltas. No hay muchas posibilidades de desconectar”, lamenta Rafa, aunque también aprovecha para valorar esa soledad: “De esta forma, he aprendido mucho sobre las personas. He aprendido a observarlas: ver si quieren hablar; si tienen un problema; si quieren explicarlo… Es un trabajo que enriquece y te hace crecer.

El taxi es mucho más que un servicio de puerta a puerta: estamos a disposición del cliente para lo que necesite”. Como, por ejemplo, para sacarle una sonrisa de oreja a oreja. Rafa aún recuerda un servicio que le sirve de motivación cada día al subirse al taxi: “Me impactó que un usuario me dijera que conmigo se reía por primera vez en toda la semana”. Un logro que compensa el esfuerzo diario de levantarse a las 4 de la mañana.

Puedes descargar la 'app' de Mytaxi aquí

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