Evita el drama laboral

Por qué no es bueno hacer amigos en el trabajo, según los psicólogos

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Por qué no es bueno hacer amigos en el trabajo, según los psicólogos

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Una de las mayores preocupaciones que tenemos al llegar a un nuevo puesto de trabajo es que el ambiente laboral sea bueno y agradable. Queremos sentirnos cómodos, caer bien a nuestros compañeros y demostrar al jefe que nos hemos adaptado bien al entorno laboral.

Un estudio de Addecodemuestra que un buen clima en el trabajo mejora la productividad y el compromiso en los trabajadores. Es evidente que resulta beneficioso para la empresa, pero también para los empleados: las jornadas de 8 horas nos obligan a estar todo el día rodeados de las mismas personas, por lo que una buena relación con el entorno sumará un valor añadido al trabajo.

Que los trabajos se convierten en nuestro 'segundo hogar' puede sonar un invento del capitalismo, pero es una realidad. Y por eso, resulta prácticamente imposible no crear lazos de amistad con los compañeros. Nir Bashan, psicólogo especializado en creatividad, ha estudiado el proceso de hacer amigos en el trabajo y... ha llegado a la conclusión de que es mejor no hacerlo.

Decisiones profesionales

Según Bashan puede que merezca la pena centrarse en tomar mejores decisiones profesionales en lugar de dejarse llevar por los cotilleos de la oficina. El experto apunta que las relaciones meramente profesionales en el trabajo no solo puede conducir a una mayor sensación de bienestar, sino que también puede hacerte más feliz en el trabajo.

Pero Bashan va más allá, y da tres claves para reforzar la idea de que no es bueno caer en la trampa de hacer amigos en el trabajo:

1. Evita el drama

Muchos de nosotros hemos visto a un grupo de amigos del trabajo ponerse de acuerdo para influir en la política de la empresa de un modo u otro o para retrasar reuniones y así poder cumplir su propia agenda, por poner solo dos ejemplos. Pero el psicólogo explica que, a la larga, lo que acaba ocurriendo es que la gente se ve atrapada en esa espiral conspiratoria y acaba odiando su trabajo. Además, se acaba quemando y se decepciona cuando sus supuestos amigos no dan la cara por ellos en una reunión.

También surgen las envidias y las comparativas. "¡A Carlos le ascendieron el año pasado y hace mucho menos que yo! ¿Qué está pasando?". O: "Mi jefe está menos cualificado que yo, ¿por qué no soy yo el que avanza?". Inevitablemente, esto lleva a intentar hacer alianzas con amigos del trabajo para impulsar una narrativa favorable sobre nosotros, algo que casi siempre implosiona. Según el experto, debemos evitar estos líos, a menudo tentadores, que no nos aportan nada. En su lugar, debemos centrarnos en nuestro trabajo. "Este es el método infalible para salir adelante. Puede llevar un tiempo, pero a largo plazo es la única opción viable para un crecimiento sostenible a largo plazo", comenta Bashan.

2. Mantén claros los límites

Los verdaderos amigos son personas con las que puedes ser tú mismo y con las que puedes mostrarte tal y como eres, sin necesidad de retoques. Son personas con las que has desarrollado una relación profunda a lo largo del tiempo, que es mutua y fluye en dos sentidos. Tú estás ahí para ellos y ellos están ahí para ti. Se crea confianza.

En el trabajo, esta relación se vuelve muy, muy compleja. ¿Es un amigo de verdad o quiere algo de mí que le beneficie? ¿En quién puedo confiar realmente en el trabajo y qué ocurre si violan mi confianza? ¿Mi jefe es realmente mi amigo o solo intenta que trabaje más duro, más tiempo o más rápido?

Si mantenemos unos límites claros en el trabajo, nunca caeremos en la trampa de preocuparnos de en quién confiar y quién tiene en cuenta nuestros mejores intereses.

La gente, además, suele confundir a los compañeros de trabajo con la familia, cayendo en la trampa de tener una "madre del trabajo", un "padre del trabajo" o incluso un "marido del trabajo" o una "esposa del trabajo".

Basher explica que esto puede conducir a una serie de resultados desastrosos, ya que la familia no es lo mismo que el trabajo y confundir ambos tiene ramificaciones duraderas que pueden ahogar el éxito profesional y conducir a comportamientos poco éticos. Mantener los límites claros y la vida laboral separada de la privada ayudará a paliar este posible fracaso y a centrarse en lo que realmente importa: el trabajo.

3. Ten diferentes expectativas

La principal diferencia entre una relación profesional en el trabajo y una amistad personal en el trabajo son nuestras expectativas. Solemos esperar muchísimo de nuestros amigos. Nuestras relaciones profesionales se rigen por unas expectativas muy diferentes, mucho más moderadas y limitadas. Consisten en respeto mutuo, menos pesimismo y voluntad de colaborar de forma efectiva para sacar adelante los proyectos. Pero no incluyen (ni deben incluir) compartir cuáles son tus sueños y aspiraciones o dónde planeas conocer al amor de tu vida.