Imágenes estelares

Webb no encuentra naves más allá de Orión pero desvela un cosmos inédito

En sus primeros dos meses de actividad, el telescopio espacial revoluciona nuestra imagen del universo

El instrumento logra avistar estrellas, galaxias y formaciones celestes jamás vistas

Panorámica de la nebulosa Orión captada por el telescopio espacial James Webb.

Panorámica de la nebulosa Orión captada por el telescopio espacial James Webb. / NASA/ESA/Massimo Robberto

Valentina Raffio

Valentina Raffio

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En sus primeros meses observando el cosmos, el telescopio espacial James Webb no ha visto naves en llamas más allá de Orión, pero sí logrado captar cosas que nosotros, los humanos, jamás habríamos creído. Y a diferencia de lo que decía Roy Batty, el icónico replicante de Blade Runner, las imágenes captadas por el Webb no se perderán como lágrimas en la lluvia. Según relata con entusiasmo la comunidad científica, el destino de estas "postales galácticas" es transformar nuestra visión del universo. A partir de este lunes 19 de septiembre, Webb se compromete a entregar al menos una imagen espacial cada dos semanas.

Hace poco más de dos meses, el día 12 de julio, el telescopio espacial más grande y sofisticado jamás lanzado por nuestra especie presentó la primera batería de imágenes que había captado de nuestro cosmos. Ese día, Webb mostró el espectacular nacimiento de estrellas en la nebulosa de Carina, un quinteto de galaxias chocando entre sí, una estrella moribunda rodeada de un mar de y la imagen infrarroja más profunda y nítida jamás captada del universo distante.

Desde entonces, el observatorio espacial no ha dejado de dar noticias. Webb ha detectado por primera vez la presencia de dióxido de carbono en la atmósfera de un exoplaneta, ha realizado un 'retrato infrarrojo' de las auroras de Júpiter y ha logrado el retrato químico más completo hasta la fecha de un planeta distante. Las cámaras a bordo también han obtenido espectaculares imágenes de la galaxia de la Rueda de Carro, de la Nebulosa de la Tarántula y la famosa nebulosa de Orión, una de las formaciones más brillantes que existen.

No es la primera vez que una misión espacial se fija en estos rincones del universo. El icónico telescopio Hubble, lanzado hace más de 32 años, ya había mirado, analizado y fotografiado muchos de estos objetos celestes que ahora acaparan portadas. Pero solo hace falta ver las imágenes captadas por uno y por el otro para ver que la diferencia entre ambos telescopios es abismal. Los instrumentos del Webb están logrando mirar al universo con un nivel de detalle hasta ahora inédito.

Universo inexplorado

La 'fotografía' del Webb de la Nebulosa Carina, a diferencia de la que en su día captó el Hubble, muestra centenares de estrellas, galaxias y cúmulos de polvo cósmico que hasta ahora ni siquiera sabíamos que estaban ahí. Cada uno de estos elementos, según explica el equipo científico a cargo de este proyecto, podría llevar a nuevos y emocionantes descubrimientos sobre nuestro universo. "En algún lugar, algo increíble está esperando a ser encontrado", afirmó Bill Nelson, administrador de la NASA, tras la presentación de las primeras imágenes del Webb. 

Imagen de la Nebulosa de la Tarántula captada por el James Webb.

Imagen de la Nebulosa de la Tarántula captada por el James Webb. / NASA/ESA

Justo antes de su despegue, la astrofísica española Begoña Vila (Vigo, 1963) explicaba entusiasmada, en una entrevista a este diario, que "Webb nos mostrará el universo como nunca lo habíamos visto antes". "Veremos cosas que no habíamos visto antes y que, hasta ahora, ni siquiera sabíamos que estaban ahí. Galaxias lejanas. Formaciones estelares a través del polvo cósmico. Atmósferas de planetas. Quizás incluso nos sorprenda algún rincón de nuestro sistema solar que no conocíamos", vaticinaba la científica.

El equipo científico y técnico a cargo de este telescopio espacial de última generación estima que la vida útil de esta misión podría alcanzar los 20 años. Durante este tiempo, Webb irá realizando una exhaustiva lista de tareas pautada, hasta el más mínimo detalle, por grupos de investigación de todo el mundo. En su primer año de vida, se estima que este instrumento dedicará alrededor del 25% de su tiempo en la observación de exoplanetas. Si todo va según lo previsto, esta misión apuntará hacia decenas y decenas de cuerpos celestes para descubrir qué hay donde, hasta ahora, no habíamos visto nada.