HALLAZGO PALEONTOLÓGICO

Un primate 'catalán' reescribe la historia de la evolución

La pequeña Laia, de 11,6 millones de años, ha sido localizada en el yacimiento de Can Mata, en Els Hostalets de Pierola

ANTONIO MADRIDEJOS / BARCELONA

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

El lugar que actualmente ocupa el mayor depósito controlado de basuras de Catalunya, Can Mata, en Els Hostalets de Pierola, acogía hace 11,6 millones de años un bosque tropical húmedo con una gran diversidad de animales. Uno de ellos, realmente singular, era un primate de dimensiones reducidas (80 centímetros y entre 4 y 5 kilos de peso) y pequeño cerebro (70 centímetros cúbicos) que se alimentaba de frutos y deambulaba por los árboles de una forma curiosa, empleando las manos para colgarse y los pies para caminar por las grandes ramas. Murió ya adulto, quizá por el ataque de un depredador, y luego el azar hizo que su cuerpo quedara sepultado y acabara fosilizando.

El primate se llama Laia Pliobates cataloniae, según los nombres común y científico propuestos por sus descubridores, y está destinado a ocupar un lugar destacado en el árbol de la evolución de los hominoideos, la familia de primates sin cola entre cuyos representantes se cuentan actualmente los homínidos (humanos, gorilas, chimpancés, orangutanes) y los hilobátidos (gibones, siamangs). No es un antepasado común de ambos, pero sí se sitúa muy cerca del ancestro y nos puede dar pistas para saber cómo era.

Los investigadores del Institut Català de Paleontologia Miquel Crusafont (ICP) que han trabajado en las excavaciones, en la datación y en la reconstrucción del ejemplar han publicado un artículo en la revista Science en el que describen cómo era Laia. Algunos de sus rasgos se parecen a los actuales gibones, pequeños simios que viven en Asia, pero otros son inequívocamente típicos de los humanos y los restantes homínidos, resume David M. Alba, director del equipo.

Análisis desde el 2011

El ejemplar fue localizado en el 2011, pero han sido necesarios cuatro años para verificar los resultados. Se han encontrado 70 restos, algo extraordinario para tamaña antigüedad, entre los que destacan buena parte del cráneo y un brazo prácticamente completo, incluyendo las articulaciones del codo y la muñeca. Los restos craneales estaban muy fragmentados y para estudiarlos se hizo una reconstrucción virtual a partir de imágenes por tomografía computarizada.

Laia se sitúa poco antes de la divergencia evolutiva que por una parte dio lugar a los homínidos y por otra a los hilobátidos, insiste Alba. El paleontólogo califica la especie de "sobrina" del ancestro común de ambos, pues tiene algunos rasgos presentes en los dos y otros que solo se manifiestan en uno de ellos. "No es el ancestro común de ambos grupos, pero sí nos da pistas para reconstruir cómo era ese ancestro", añade.

Los investigadores destacan las articulaciones del codo y de la muñeca, que pueden rotar, una característica que aleja a Laia de los primates más primitivos y la acerca a los grandes simios actuales y a los humanos, como explica Salvador Moyà Solà, investigador ICREA y director del ICP. Ello les permitía colgarse de los árboles.

Uno de los aspectos más sorprendentes es que el nuevo primate es de tamaño muy pequeño, bastante menos que los macacos y los cercopitécidos actuales. "Hasta ahora se pensaba que el ancestro común de hilobátidos y homínidos tenía que ser grande, pero 'Pliobates' nos sugiere que no fue así", afirma Alba. Hasta ahora, todos los simios fósiles de tamaño pequeño descubiertos tenían una estructura corporal demasiado primitiva para tener una relación de parentesco estrecha con los hominoideos. "Este hallazgo lo trastoca todo", prosigue Alba.

Importancia del yacimiento

 El hallazgo de 'Pliobates' muestra que el complejo de yacimientos del vertedero de Can Mata es uno de los sitios más importantes del mundo para estudiar el origen de los hominoideos actuales, explica Moyà-Solà. Mientras se retira tierra para hacer hueco a las basuras, van apareciendo los fósiles. Es una ayuda formidable porque, de lo contrario, habrían hecho falta miles de años de erosión.

El control científico que se ha realizado de las obras de ampliación del vertedero durante los últimos 13 años, bajo la supervisión científica del ICP, ha permitido recuperar extraordinarios restos fósiles de primates de hace entre 12,5 y 11,5 millones de años. "No soy capaz de imaginar un motivo para que Ferrovial, la concesionaria del vertedero, no quiera seguir colaborando con nosotros", concluye.