Ciclismo

Pidcock se toma la cerveza de Van der Poel en la Amstel Gold Race

El ciclista británico triunfa en los Países Bajos a una semana de la Lieja-Bastoña-Lieja que espera el duelo entre el nieto de Poulidor y Pogacar.

Pogacar destroza la Amstel Gold Race 2023.

Tom Pidcock gana la Amstel Gold Race 2024.

Tom Pidcock gana la Amstel Gold Race 2024. / INEOS GRENADIERS

Sergi López-Egea

Sergi López-Egea

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

La Amstel Gold Race, conocida como la carrera de la cerveza, gracias a su patrocinador, es una prueba ciclista que se disputa en los Países Bajos donde corren muchos y no gana Mathieu van der Poel, el lugar donde el corredor neerlandés muestra su lado más humano cuando no puede entrar en la escapada buena y deja el hito de ganar tres clásicas de forma consecutiva tras las victorias en Flandes y Roubaix.

De este modo, todo queda más animado en el cierre primaveral de grandes carreras de un día con la disputa el domingo que viene de la Lieja-Bastoña-Lieja, a años luz de emoción, intensidad y dificultad que la Amstel. Así que a contar los días que faltan para el duelo entre Van der Poel y Tadej Pogacar.

Y si hay un único ciclista que coge muchas veces número para sentarse en la mesa de los seis grandes (Jonas Vingegaard, Pogacar, Primoz Roglic, Remco Evenepoel, Wout van Aert y Van der Poel) es Tom Pidcock, el británico asentado en Andorra ha sido campeón olímpico de bici de montaña en Tokio, campeón del mundo de ciclocrós y es capaz de ganar en Alpe d’Huez, de adjudicarse la Strade Bianche y quien tenía una deuda pendiente con la Amstel Gold Race, porque por años que pasen nunca se le olvidará la forma de perder esta carrera en 2021.

Si se pudiera determinar que una prueba ciclista acabase en empate como sucede tantas y tantas veces en un partido de fútbol, sin duda, Van Aert y Pidcock tenían que haber compartido triunfo hace tres años, porque era tan ajustada la victoria, en el esprint final, que había que estar tremendamente iluminado y poseído por un don divino para determinar cuál de los dos era el vencedor. La victoria se la dieron a Van Aert pero bien se la pudieron otorgar a Pidcock, o habérsela jugado al piedra, papel o tijera.

Por eso, la prueba neerlandesa estaba en deuda con el británico que fue el más poderoso en el esprint final entre los cuatro ciclistas que se disputaron la victoria (con él, el suizo Marc Hrischi y los belgas Tiesj Benoot y Mauri Vansevenant) y los seis que los perseguían (entre ellos, Pello Bilbao, que fue noveno, y Roger Adrià). Van der Poel ni estaba, ni se le esperaba en la disputa por la victoria.

La Amstel Gold Race destaca por las carreteras ratoneras por donde se corre, un terreno que se convierte en un laberinto entre las calles de los pueblos, constantes repechos y una llamada a la caída porque el terreno, en ocasiones, es tan estrecho que no caben todos en el único lugar donde los Países Bajos no son tan llanos como el nombre parece indicar.

En ese territorio, Pidcock se mueve a su antojo, sabe colocarse en la escapada buena y guardar las fuerzas suficientes para luego triunfar en el esprint. Y sin la necesidad de estar con los nervios a flor de piel como en 2021, en su discutible derrota ante un Van Aert que no correrá el Giro por las heridas de la grave caída en A través de Flandes, como tampoco Roglic estará el domingo en Lieja, ni Evenepoel que se recupera de las heridas en la Itzulia, ni mucho menos Vingegaard, que todavía sigue en el hospital de Vitoria y con el Tour cada vez más cerca y más incierto.

Triunfo de Marianne Vos

Como incierta fue también la victoria en la carrera femenina, en el duelo entre dos neerlandesas, Marianne Vos y Lorena Wiebes. La segunda levantó tontamente los brazos cuando se creía triunfadora y no se percató que la veterana Vos la adelantaba por la izquierda. Seguro que no le vuelve a ocurrir nunca más.