Ciclismo
París-Niza: Pogacar no deja ni las migas a Vingegaard
El fenómeno esloveno gana su segunda etapa y se refuerza como líder ante un rival danés que no pudo responderle a una jornada de acabar la carrera.
Sergi López-Egea
Periodista
Periodista especializado en ciclismo desde 1990. Ha seguido regularmente el Tour como enviado especial desde 1991 al igual que la Vuelta, varias ediciones del Giro, la Volta y Mundiales de la especialidad. Autor de los libros 'Locos por el Tour' (con Carlos Arribas y Gabriel Pernau, RBA), 'Cumbres de leyenda' (con Carlos Arribas, RBA y reedición en Cultura Ciclista), 'Cuentos del Tour', 'Cuentos del pelotón', 'Cuentos del equipo Cofidis' y 'El Tourmalet', todos ellos de Cultura Ciclista.
Tadej Pogacar se sienta en la mesa ciclista, devora todos los platos y luego con los dedos va pillando las migas hasta dejar el mantel listo para ponerlo en la lavadora. No permite que nadie coma de su plato y menos Jonas Vingegaard. Someterlo, demostrarle que lo ocurrido el año pasado en el Tour fue un accidente, es algo más que un objetivo para el ciclista esloveno, intratable, vestido con el mismo color amarillo que se sorteará en julio y líder incuestionable de una París-Niza que finaliza este domingo.
Trató el Jumbo de ponerlo en apuros: imposible. Buscó David Gaudu, invitado a la comida entre los dos máximos aspirantes al próximo Tour, un demarraje ante Pogacar: no tenía nada que hacer. Y Vingegaard, con muchos apuros, solo pudo preparar el esprint para que Pogacar ganase su segunda etapa, en la segunda llegada en alto de la prueba francesa para sentirse más fuerte y más cerca de sumar su primera victoria a una de las perlas del calendario francés.
Ya tiene dos victorias, líder casi por accidente desde el miércoles, el ciclista al que no le importó que el viernes se suspendiera la etapa por vientos casi huracanados, y el que vio a 4 kilómetros de la cima de Couillole que Vingegaard trataba de imponer un ritmo idóne para él. Fue entonces cuando dio su primer aviso para marcharse en solitario, aunque fuera solo por jefatura, para exhibir los galones, aunque apenas marcase diferencias con su rival danés.
Pogacar, Gaudu (para mayor deleite de la afición francesa) y Vingegaard se plantaron solos en la cima donde el danés fue el primero en lanzar un esprint que solo sirvió para que Pogacar cogiese impulso, seis segundos, la bonificación con otros 10 y el honor de vencer la penúltima etapa de la París-Niza.
De dos combates vistos hasta ahora en la montaña, Pogacar ha sometido sin excesivos problemas a Vingegaard. Este domingo finaliza la prueba francesa y ya no habrá ocasión de volver a ver a la pareja hasta el 1 de julio en la ciudad de Bilbao cuando se baje la bandera que anunciará el nacimiento del Tour. Y Pogacar quiere dejarle claro a Vingegaard, que él es el mejor antes de tratar de seguir comiendo de un plato lleno de victorias en la Milán-San Remo y el Tour de Flandes, como próximos objetivos del fenómeno esloveno.
Clasificación
1. Tadej Pogacar (21.10.50 horas)
2. David Gaudu, a 12 segundos
3. Jonas Vingegaard, a 58 segundos
13. David de la Cruz, a 6.15 minutos.
Tercera victoria consecutiva de Roglic
El festival esloveno va mucho más allá de las fronteras francesas puesto que este sábado Primoz Roglic ha sumado la tercera victoria consecutica en la Tirreno-Adriático que, al igual que la París-NIza, finaliza este domingo con una etapa mucho menos complicada. Salvo sorpresa, camino de la Volta, Roglic ganará la prueba italiana en la que están destacando Enric Mas y Mikel Landa, sexto y séptimo de la general.
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