El 'DAFO' de Daniel Sirera

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disecciona las opciones de los alcaldables de BCN (COPY)

EL PERIÓDICO disecciona las opciones electorales de los principales aspirantes a ocupar la alcaldía de Barcelona los próximos cuatro años con una colección de análisis DAFO en formato multimedia. 'DAFO' son las siglas de "debilidades, amenazas, fortalezas y oportunidades", cuatro claves muy útiles para entender el presente y futuro de todo proyecto.

DANIEL SIRERA

El alcaldable del PP ha protagonizado una precampaña exprés desde su designación en enero pero emana tranquilidad. Sabe que llega a los 15 días de campaña con buenas cartas pese a una posición de salida complicada. Su DAFO analiza por qué puede acabar siendo la candidatura sorpresa del 28M.

El PP sale de un mandato convulso por el enfrentamiento abierto del presidente del grupo municipal, Josep Bou, con la dirección local del partido. Sirera recibe como herencia una marca magullada y debilitada en Barcelona.

Sirera tuvo que regresar a toda prisa de Valencia, donde trabajaba desde hacía un año, al ser designado alcaldable. No ha tenido mucho tiempo para tejer complicidades y dar a conocer sus propuestas a la sociedad civil.

Este mandato el PP ha sido poco decisivo para los grandes proyectos y los presupuestos de Ada Colau, puesto que solo disponía de 2 votos y el gobierno necesitaba 3 para llegar a la mayoría. Así, Sirera llega a las urnas sin muchos trofeos populares que lucir.

La concurrencia por separado de 4 listas constitucionalistas (PP, Cs, Valents y Vox) es muy mal negocio para todo este espacio político. Si hubieran unido fuerzas al menos dos siglas, tendrían asegurados varios concejales. Ahora parte de los sufragios se perderán al quedar partidos fuera del consistorio.

El PP tiene como máxima prioridad recuperar el gobierno de España en las elecciones generales de este otoño. Así que las municipales son un peldaño del ascenso de Alberto Núñez Feijóo a la Moncloa. Una coyuntura que condiciona al alcaldable, por ejemplo si quisiera investir a Xavier Trias o Jaume Collboni.

El Procés ha triturado a casi todos los partidos y el PP no ha sido excepción. Fugas y nuevas siglas han atomizado su espacio electoral y adelgazado su base de afiliados. Y cuanta más militancia (se dice poco), más músculo tienen las campañas electorales.

El talante sereno y moderado de Daniel Sirera es todo un bálsamo interno tras la montaña rusa del mandato de Josep Bou. Y una buena forma de acercarse a nuevos votantes en BCN de orden pero alérgicos a gesticulaciones españolistas.

En un escenario de atomización, gana el caballo que parezca ganador antes. A Sirera le sonríen las encuestas desde hace meses, al situarle como la única formación constitucionalista que entraría en el consistorio. Es su mejor baza para atraer voto útil procedente de la base de Valents, Cs y VOX.

Y si BCN es un peldaño para Feijóo, el líder del PP es un gran altavoz para Sirera. Ejercerá de padrino en mítines, ruedas de prensa y actos varios, lo que asegura abundante atención mediática y permite llegar al público menos movilizado que solo conoce los políticos de ámbito estatal.

Ciutadans, que arroyó al PP como ariete antiindependentista, vive su peor momento en 17 años de historia. La descomposición del partido naranja regala una oportunidad de oro al PP para hacer 'volver a casa' a votantes extraviados durante el Procés.

Los partidos 'pequeños' del nuevo consistorio electo serán determinantes para decidir la alcaldía tras el 28M, si en efecto las urnas reproducen el mismo empate entre BComú, PSC y Junts que las encuestas. Los ediles del PP podrían investir un gobierno sociovergente que quitara la vara de alcaldesa a Ada Colau.

La inflación ahoga las economías familiares y resalta uno de los ejes tradicionales del programa político del PP: bajar impuestos. Sirera subraya esta promesa y puede venderla casi como una ayuda social en tiempo de crisis.

Un reportaje de
EL PERIÓDICO

Textos: Meritxell M. Pauné
Diseño: David Jiménez
Coordinación: Rafa Julve