Exposición

Fotos inéditas de 1920 a 1950: Rossend Torras, el más profesional de los fotógrafos aficionados de Barcelona

El fondo de 25.000 imágenes logradas por un óptico y vendedor de material fotográfico con alma de fotoperiodista se exhibe por primera vez en el Palau Robert. El autor fotografío por interés personal hechos como las quemas de iglesias en 1936, la entrada de las tropas de Franco, la proclamación de la República e incontables actividades deportivas y excursionistas, espectáculos, carnavales y paisajes

Exposició "Vides entre dictadures" El colpidor llegat fotogràfic de Rossend Torras, al Palau Robert

Exposició "Vides entre dictadures" El colpidor llegat fotogràfic de Rossend Torras, al Palau Robert / Rossend Torras

Ernest Alós

Ernest Alós

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En el año 2009, en colaboración con el MNAC, EL PERIÓDICO lanzó la campaña 'Fem memòria', un llamada a la participación para reunir fotografías de la guerra civil realizadas por ciudadanos anónimos, como complemento a la exposición sobre Robert Capa en el Palau Nacional. La respuesta superó las expectativas, con 800 imágenes. Pero hubo algunas que pusieron en alerta a la compañera Eva Melús: fotografías de una excepcional calidad de las iglesias incendiadas en julio de 1936 y de la entrada de las tropas de Franco en Barcelona el 26 de enero de 1939 enviadas por un lector, Francesc Sans. El autor era su fallecido suegro, Rossend Torras Mir (1907-1996). Resultó que esa era solo la punta del iceberg de un archivo de 25.000 fotografías y 110 películas, guardadas (como sigue aún ahora, custodiado por su hija Isabel Torras y su yerno) en un domicilio particular. Imágenes de grandes momentos de la república y la guerra civil, pero también paisajes y escenas costumbristas, espectáculos, fiestas populares, retratos sofisticados, circuitos de carreras, piscinas y gimnasios. Era el fondo del más profesional de los fotógrafos aficionados catalanes, que 15 años después, finalmente, se muestra en una exposición, abierta hasta septiembre en el Palau Robert, y en un libro publicado por el Memorial Democràtic.

Rossend Torras Mir fue un fotógrafo activo en el asociacionismo fotográfico de los años 20 y 30, del que surgieron algunos fotoperiodistas como Agustí Centelles o Antoni Campañà. Socio de la Agrupació Fotogràfica de Catalunya, del RACC y del Centre Excursionista de Catalunya, la biografía de Torras explica qué le diferencia de otros fotógrafos amateurs o de los pictorialistas que se movían en el círculos de los concursos. Propietario de Casa Torras, un comercio de artículos de óptica y fotografía en el número 83 de Gran de Gràcia, con una sucursal en la calle Jaume I, también importador y fabricante de artefactos electromecánicos y material de revelado con la marca Tomir, Torras podía permitirse disparar con su cámara todo lo que pasaba por delante de sus ojos curiosos, casi casi como lo permite ahora la fotografía digital. Incluso con la onerosa técnica del autocromo, que permitía realizar fotografías en color y 3D. Su técnica era impecable (las fotografías nocturnas de la Exposición de 1929 son impecables) y sus intereses, además de diversos, más cercanos a los de los fotoperiodistas a los que suministraba (y que le facilitaban carnets de prensa que le permitían situarse en primera línea codo a codo con ellos) que a los de los fotógrafos 'salonistas'.

Quizá incuso jugaba con ventaja: no tenía que tomar la fotografía que convenía publicar al día siguiente en un diario sino la que su intuición le señalaba. Así, en la tercera de las misas de campaña celebradas consecutivamente en la plaza de Catalunya tras la entrada de las tropas de Franco, no debe cumplir con una foto de las autoridades en fila, sino que capta al primer alcalde franquista de Barcelona, Miquel Mateu i Pla, en el momento en que lanza los 'gritos de rigor'. Casi se le puede intuir capturado en plena 'A' final. De 'Viva', o de 'España'. Difícilmente un fotoperiodista hubiese dedicado el 19 de julio de 1936 a fotografiar con juegos de luces dignos de Català Roca el interior de las iglesias incendiadas (El Pi, Betlem, Santa Anna, Santa Maria del Mar...) en lugar de los milicianos victoriosos. O el 14 de abril, a los vecinos de Gràcia bajando calle Gran abajo para celebrar la llegada de la República. O las víctimas del temporal que arrasó el barrio de barracas de Pequín en 1926.

Hasta ahora solo se han podido ver una treintena de fotografías difundidas por EL PERIÓDICO cuando la existencia del archivo salió a la luz, algunas de ellas incorporadas a libros de historia gráfica de la guerra civil y el franquismo y algunas difundidas en algún artículo de los comisarios de la exposición, Ricard Marco y Víctor Oliva. Pero la inmensa mayoría de las mostradas en la exposición (que incluye visionado de imágenes estereoscópicas, en 3D, técnica que supone una tercera parte del contenido de su fondo), y la práctica totalidad del archivo, siguen inéditas.

Exposició "Vides entre dictadures". El colpidor llegat fotogràfic de Rossend Torras, al Palau Robert

El fotógrafo Rossend Torras, en su establecimiento de la calle Gran de Gràcia. / Archivo Rossend Torras

La obra de Torras tiene otro valor, más allá de los puntuales documentos históricos. Es un reflejo de los alegres 20 y 30, de una sociedad moderna que descubre el deporte, el aire libre, los baños en el mar (la playa y las piscinas de Sant Sebastià), la velocidad de automóviles y aviones (Terramar, l'Arrabassada), el sudor de los gimnasios (fotografía la actividad en Piscinas y Deportes), la alegría de los cuerpos (los retratos femeninos son otro de los puntos de interés de Torras) o también la tradición como las fiestas populares de su barrio (el Carnaval dels Mamarratxos, Sant Medir), de la Barcelona vieja (Sant Ponç, Santa Llúcia) o el Pirineo y la costa Brava antes de la llegada del turismo. Solo ejerceria como profesional 'strictu sensu' en la posguerra, con su producción de 12.000 fotografías sobre los espectáculos y actuaciones musicales vinculadas a Radio Barcelona y la actividad del teatro amateur de la ciudad.