La rehabilitación del Hivernacle de Barcelona saca a la luz una decoración oculta en las fachadas

Las obras de rehabilitación, esperadísimas, del Hivernacle del parque de la Ciutadella rematan los últimos flecos para el reestreno de esta joya modernista la semana antes de Navidad. Coincidirá con la apertura al público del renovado museo Martorell, prevista para el 19 de diciembre. El Ayuntamiento de Barcelona prepara para la semana del 18 de diciembre la inauguración del palacio de cristal, que ya luce un 'look' muy diferente tras un hallazgo en la recta final de los trabajos.

Una ornamentación vegetal sobre fondo rosado embellece ahora los perfiles del exterior con sorprendente nitidez, tras la retirada de la capa de pintura amarilla que los cubría. Y sin tener que sacrificar el escudo del municipio en el centro del frontal, además. No afloraron durante el último lífting, en 2009, que no tocó la fachada exterior. La obra actual ha destapado y salvado unos plafones decorativos olvidados que le dan un aire distinto al conjunto. El consistorio dará más detalles en la presentación oficial.

Según ha podido saber este diario, el feliz hallazgo obligó a replantear el calendario y coste de la intervención. Los plafones descubiertos son principal ingrediente de un paquete de trabajos sobrevenidos que ha encarecido la actuación con unos 352.000 euros extra. La modificación del presupuesto fue aprobada en comisión de gobierno el pasado 11 de octubre y supone un incremento del 19,93%, que eleva el coste final a 2,2 millones de euros. “Se amplió la dotación por cuestiones surgidas durante la ejecución de los trabajos, como es habitual en las grandes obras patrimoniales, pero sobre todo a raíz del hallazgo de los plafones”, confirman fuentes municipales.

El resto de labores “son mejoras del proyecto original, por ejemplo sustituir las canalizaciones metálicas de recogida de aguas en la nave central o cegar unos depósitos soterrados”, añade el consistorio. Según menciona el acta, también se ha tenido que reforzar la estructura metálica y revisar el recosido de grietas en paredes verticales. Achaques propios de la edad del Hivernacle, que se construyó entre 1883 y 1887 para la primera Exposición Internacional de Barcelona.

Para prevenir actos de vandalismo y pernoctaciones en el interior, el consistorio ha sacado a concurso un servicio de seguridad nocturno que cubrirá el Hivernacle, el vecino Umbracle y diferentes espacios verdes de la ciudad por dos años prorrogables.

Las obras empezaron en agosto de 2022 y tenían que durar un año, pero finalmente habrán tardado cinco meses más. Un retraso que queda empequeñecido por los 17 años que lleva en desuso el Hivernacle. Tras una década de indecisión, el consistorio inició los trámites de una rehabilitación que ha encadenado obstáculos y contratiempos, desde la quiebra de una adjudicataria hasta un deterioro que dejó obsoleto el plan de obras.

También reabre el Martorell

La nueva vida del Hivernacle coincidirá con el reestreno del museo Martorell, tras una intensa renovación interior y conceptual que también se había retrasado. Los dos edificios, junto con el Umbracle y el Castell dels Tres Dragons –pendiente de rehabilitación y cerrado al público–, forman parte del núcleo científico-cultural del parque de la Ciutadella.

En este caso sí hay fecha y detalles. Rebautizado como Centre Martorell d’Exposicions, recibirá a los primeros visitantes el 19 de diciembre. Además dará a conocer su transformación con una promoción especial de Navidad: hasta el 8 de enero de 2024 la entrada será gratuita.

“Ofrecerá exposiciones científicas sobre temáticas con fuerte impacto social relacionadas tanto con la crisis climática y la biodiversidad, como con la exploración de las fronteras actuales del conocimiento”, anuncia. Arrancará con dos exposiciones temporales: la producción propia ¿Naturaleza o cultura? Una visión desde el museo de ciencias naturales y la muestra Wow. Animales de museo: ciencia, técnica y arte en colaboración con el Parque de las Ciencias de Granada.

¿Qué uso tendrá el Hivernacle?

El palacio de cristal, en cambio, festejará el saneamiento con el misterio de qué usos le dará el Ayuntamiento. Aunque es muy llamativa y fotogénica, su arquitectura es muy poco versátil para acoger un equipamiento. Está catalogado como BCIL (Bien Cultural de Interés Local) y tiene unos 1.000 metros cuadrados, repartidos en tres naves: la central y dos laterales llamadas Picasso y Magnòlies. Es obra del arquitecto catalán Josep Amargós (1849-1918), que lo concibió como escaparate de especies tropicales aunque acabó siendo una sala de fiestas y conferencias de la Expo.

Los sucesivos gobiernos municipales que han abierto esta carpeta han barajado varias opciones, desde recuperar el servicio de restauración que hubo en época de Joan Clos hasta cederlo para actividades vecinales. Por ahora no hay plan anunciado y portavoces municipales remiten al acto de inauguración para desvelar la incógnita. 

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