Antidisturbios

Un mosso se expone a la expulsión por detener ilegalmente a un activista en un desahucio

Vídeo | Los Mossos abren una investigación a un agente por abofetear a un hombre en Olot

La Rambla del Raval de Barcelona, donde supuestamente ocurrió el ataque homófobo.

La Rambla del Raval de Barcelona, donde supuestamente ocurrió el ataque homófobo. / Ferran nadeu

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Un agente antidisturbios de los Mossos d'Esquadra se expone a ser expulsado del cuerpo, acusado de haber detenido ilegalmente a un manifestante en una protesta contra un desahucio llevado a cabo en diciembre de 2019 en Barcelona, arresto que justifica en que pensó que el activista le había dado un codazo.

En la sección segunda de la Audiencia de Barcelona se ha iniciado este martes el juicio contra el agente antidisturbios, para quien la Fiscalía y la acusación particular ejercida por el manifestante piden ocho años de inhabilitación absoluta -lo que comporta en la práctica la expulsión del cuerpo y la obligación de opositar de nuevo- y una pena de multa de 2.353 euros.

Asimismo, la Fiscalía pide que el agente indemnice a la víctima con 3.175 euros por las lesiones y daños morales sufridos, cantidad que la acusación particular eleva a 5.175, de los que el acusado ya ha entregado al juzgado algo más de 4.000.

La protesta tuvo lugar en diciembre de 2019 ante un local ocupado de la calle Roger de Flor de Barcelona, donde se convocó una concentración para evitar el desalojo del recinto a la que acudió el denunciante, un joven miembro del Sindicato de la Vivienda del Raval.

El joven activista, según ha explicado él mismo al tribunal, se unió inicialmente al grupo de concentrados que intentaba impedir el desalojo, pero acabó saliéndose de ese círculo para evitar ser denunciado por resistencia a la autoridad y colocándose detrás de la línea policial, desde donde estuvo aplaudiendo y jaleando al resto de manifestantes.

Según muestra el vídeo que grabó un vecino y que se ha convertido en prueba clave en el caso, mientras estaba con los brazos en alto aplaudiendo, el policía acusado se le acercó y, sin mediar palabra, le hizo la zancadilla para tirarlo al suelo, donde lo detuvo por un delito de atentado a la autoridad.

El activista permaneció en comisaría doce horas, tras lo que tuvo que afrontar una investigación judicial por una presunta agresión al agente que lo detuvo, pero la Audiencia de Barcelona, en base a ese vídeo clave, ordenó archivar la causa contra él y llevar a juicio al antidisturbios por un delito de detención ilegal.

En su declaración ante el tribunal, el agente, cinturón negro en artes marciales, ha insistido en que tuvo la "percepción" de que el manifestante le dio un codazo cuando se acercó a él, por lo que optó por inmovilizarlo tirándole al suelo con una técnica marcial, sin emplear "nada de fuerza".

"Yo quería apartarlo porque veo claramente que está liderando la protesta. Y no quería que subiera de tono", ha dicho el acusado, que asegura que si derribó al manifestante fue "primero de todo, para que no me siguiera pegando, y después para que no huyera, que es lo que suelen hacer siempre".

La detención provocó al manifestante una sensación de "mucha angustia y mucho miedo", además de "preocupación" por no saber exactamente qué consecuencias penales podría acarrearle el arresto, ha relatado ante el tribunal.

A raíz de lo sucedido, ha añadido, tiene "mucho miedo" de acudir a manifestaciones e intenta evitar todo tipo de aglomeraciones, incluso los partidos de fútbol.