Barcelona exige al gestor de las pistas maltrechas de la Teixonera que arregle los destrozos

Las quejas abundan por el pésimo estado del complejo deportivo municipal Teixonera Vall d’Hebron, en Barcelona, que comparten multitud de equipos, desde el primer conjunto del Barça de rugby a combinados de base de diferentes disciplinas. Los destrozos en las instalaciones, la insalubridad de los vestuarios y el hacinamiento de hasta seis equipos distintos obligados a ejercitarse a la vez en un mismo terreno de juego colman la paciencia de entrenadores, jugadores y familias. Ante el patente deterioro del equipamiento público, el distrito de Horta-Guinardó ha requerido a la concesionaria a la que cedió la gestión del centro deportivo, la Fundación Marcet, que arregle los daños.

El distrito asegura que ha emprendido los trámites para instar a la gestora que efectúe “las actuaciones necesarias para reconducir la situación” en el campo de fútbol Vall d’Hebron, el campo de fútbol Teixonera y el campo de rugby Teixonera, todos de titularidad municipal. El requerimiento exige que la concesionaria presente un plan de mantenimiento de los espacios que el consistorio le ha confiado, que incluya acciones "de carácter preventivo y también las actuaciones correctoras de los desperfectos detectados”, precisa el distrito.

A su vez, se apremia a la Fundación Marcet que informe del “estado de las inversiones previstas” en el complejo y las fechas planificadas para las obras. “Están pendientes los proyectos de instalación de césped artificial y la mejora de los vestuarios”, señala el distrito de Horta-Guinardó. Por ahora, la concesionaria del equipamiento no ha respondido a las preguntas de EL PERIÓDICO.

“No hay agua en las duchas”

El Ayuntamiento recalca que, de acuerdo al contrato de cesión del equipamiento, la Fundación Marcet “tiene la obligación de hacer el mantenimiento y las inversiones de mejora en las instalaciones”. Tras inspeccionar el recinto, el gobierno municipal advierte que ha constatado que “la concesionaria no ha cumplido su parte del contrato” por lo que se refiere a la conservación de los espacios. “Por ese motivo, se ha iniciado el procedimiento administrativo pertinente”, remacha el consistorio.

Las críticas por el mal estado del centro no solo se expresan en la atestada pista de rugby. Yolanda Duque frecuenta el campo de fútbol del complejo, donde su hijo se entrena y juega. También refiere deficiencias generalizadas desde hace unas cuantas temporadas. 

“El césped está fatal y han puesto parches en el suelo -menciona-. Hay redes y porterías rotas. Hay un agujero en la entrada en el que alguien se caerá cualquier día. No hay agua en las duchas y las que funcionan están en unos módulos antiguos. Los niños no quieren ir ahí porque apestan”. Varias familias han presentado quejas al Ayuntamiento. “Nos hemos cansado de aguantar, porque puede haber un accidente”, alerta Duque. 

La madre explica que, hasta hace poco, las familias se topaban con que el Ayuntamiento y la gestora “se iban pasando la pelota”. Asegura que el consistorio les ha informado de un “refuerzo de limpieza” esta semana. Avisa que, en todo caso, no basta para resolver todos los defectos que afrontan.