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El hombre de hielo de Barcelona que agota talleres

Uri Imperial puede estar 20 minutos en agua a 3 grados. Es el ‘iceman’ de Barcelona. Agota talleres enseñando el método Wim Hof: baños de hielo. “La terapia de las celebrities”. Tiene una “tribu” de 200 bañistas de hielo

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A1-172135787.jpg / ZOWY VOETEN

Ana Sánchez

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Ahora mismo das casi tanto morbo como el nuevo libro de Ana Obregón. Estás en bañador con más hielo alrededor del que podría asumir la princesa de ‘Frozen’. Hay dos bañeras de acero con 220 kilos de cubitos. El agua estará a unos 3 grados, calculan. Es la temperatura –comprobarás en breve- que popularmente se conoce como “fría de cojones”. Una veintena de neófitos entran y salen del agua gélida manteniendo el tipo mejor que Leonardo DiCaprio al final del ‘Titanic’. ¿El reto? Aguantar en el baño de hielo 2 minutos. “Ahora sé cómo se siente –desvelas tras minuto y medio- el pepino del gintónic”. Saldrás pasados los 4.  

Es un taller de Ice Bath Barcelona. Aquí te enseñan a bañarte en hielo. Y eso que el instructor -lo confiesa enseguida- solía ser de los que dormía con calcetines en verano. “Me sigo considerando friolero”, te dirá Uri bajo una capa de cubitos de hielo. Ha llegado a estar 20 minutos en agua a 3 grados. Uri Imperial, el ‘iceman’ de Barcelona, ahora agota talleres enseñando el método Wim Hof.La terapia de las celebrities”, la llaman. Lo mismo se avistan en bañeras de acero llenas de cubitos a David Beckham, Kendall Jenner, Elle Macpherson o Lady Gaga. La “tribu del hielo” de Barcelona ya va por los 200 bañistas con piel de gallina. 

El nombre del método -Wim Hof- es de su ideólogo: el 'iceman' oficial, un holandés con más tolerancia al frío que el Yeti. Tiene 21 récords Guinness, entre otras proezas heladas, por escalar el Kilimanjaro en pantalones cortos, correr descalzo media maratón en el Círculo Polar Ártico o pasarse más de 112 minutos enterrado en hielo. ¿Su lema? “Respira, es gratis”.   

“Te diría que la respiración me ha cambiado más la vida que el frío”, asegura Uri. Tres horas de las cuatro del taller se las pasa enseñando a respirar. “Es un trabajo de foco mental y de visualización”, justifica el instructor. Unos cuantos chutes de respiraciones Wim Hof (30 inhalaciones profundas por la boca, exhalaciones sin forzar y, tras la última, aguantas la respiración) y acabarás haciendo más flexiones seguidas que en toda tu vida sin despeinarte. “Es un ejemplo de cómo la respiración influye en el sistema nervioso –detalla Uri-. De cómo genera adrenalina, cómo te despierta el estado de lucha y huida”. Como si acabaras de ver un león o a Froilán queriendo llevarte de fiesta.  

Hoy Uri ha instalado sus bañeras de acero en Studio Crossfit (Provença, 529). “No es tan malo como piensas”, te dice Meche, una de tus compañeras de taller, al verte ya antes de empezar con el mismo rictus que el Jack Nicholson congelado de ‘El resplandor’. Ella lo probó una vez. “No te quiero hacer 'spoiler' –se ríe-, pero sales con un chute de adrenalina”. “Y una vez que te metes en una bañera de hielo –te anima-, ya no hay nada que te detenga”.  

Uno de los alumnos del taller mete la cabeza bajo el hielo.

Uno de los alumnos del taller mete la cabeza bajo el hielo. / ZOWY VOETEN

Olvídate de las expectativas, insistirá Uri. “No intentes pensar demasiado en qué crees que va a suceder. Deja que suceda. El frío destapa lo que tienes ahí dentro”. 

Inviernos en manga corta

El hombre de hielo es fácil de identificar: es el único que va descalzo y en camiseta cuando el resto de la humanidad va con dos capas y calcetines. 40 años. Se ha pasado los últimos 5 inviernos en manga corta. En apenas un año habrá metido en agua helada a unas 400 personas, entre ellas a Verónica Blume. “Después de esta experiencia –confesó la modelo en su Instagram- me siento más fuerte, más capaz, más segura”.   

El ‘iceman’ de Barcelona estuvo 7 años trabajando en banca digital. Hace 6, se le juntó el estrés crónico con la paternidad primeriza. “No fue un clic: me meto en el baño y cambio de vida –recuerda-. Fue un proceso. Para mí fue como parar la máquina del tren. Parar el vagón, detenerme y coger perspectiva. Cuando más claridad mental tienes, mejores decisiones tomas”.

Conoció el método Wim Hof de casualidad. Un amigo iba a hacer un ‘training’ a Polonia. “Lo traté de megaloco –recuerda-. Yo entonces iba tapado hasta arriba”. Pero se lo tomó como un reto físico: “Si él lo hace, yo también lo quiero hacer”. Hace poco más de un año que es instructor certificado. El mes pasado volvió a Polonia a sacarse el nivel 2: “Te prepara para hacer las expediciones a la montaña –detalla- sin camiseta y en pantalón corto”. 

Un baño de hielo del último taller.

Un baño de hielo del último taller. / ZOWY VOETEN

Empezó haciendo un taller al mes. Ahora imparte cuatro –los dos próximos están agotados-, más la quedada mensual de la tribu, el último domingo de cada mes. Es uno de los cuatro pilares del método: “Respiración, exposición al frío, foco mental, comunidad”. También hace sesiones de ‘team building’ para empresas. 

Este enero inauguró su Ice Hub, su centro de Vilassar de Mar. “Me dejé la espalda construyéndolo”, resopla. Se refiere a una bañera comunal con capacidad para una docena de bañistas de hielo. Todo sostenible, recalca Uri. “El agua que se utiliza allí se recicla para regar huertos”. 

Ninguno de los alumnos grita al entrar en la bañera llena de hielos. Por mucho que grites -se encoge de hombros Uri- no va a dejar de estar fría el agua. “Depende de tu fuerza mental y del control que tengas sobre la respiración y tus emociones para afrontar eso”. Casi el 100% suele superar los 2 minutos. Se habrán salido antes de tiempo apenas 4 de 400. Y solo uno no se ha llegado a bañar: “Mi padre”, se ríe Uri. 

¿Los beneficios del frío? “Es antiinflamatorio –enumera Uri-, mejora el sistema cardiovascular, mejora el sistema inmune, reduce el estrés”. Y luego está “el desafío mental de todo esto”. Sales de la bañera con más subidón que si te saliera a devolver la declaración de la Renta. ¿El objetivo? “Intentar encontrar -en inglés suena muy guay- el comfort in discomfort”, señala Uri. “El confort en una situación incómoda”. Pasar del “quiero salir de aquí” al “puedo hasta hacer chistes”. “Cuántas situaciones en la vida tienes como esta que, si hicieras ese trabajo de autocontrol, acabarían de otra manera”. 

Uri da indicaciones a Meche y a Magali durante su baño de hielo.

Uri da indicaciones a Meche y a Magali durante su baño de hielo. / ZOWY VOETEN

¿Que qué te enseña el frío? “Somos más fuertes de lo que creemos”, responde Magali Dalix tras el taller. Es quien da nombre a la sala Magali, el primer 'gym boutique' de España. Suele hacer sudar a ‘influencers’ más que la profesora de 'Fama'. Pero el frío le da pánico. “Me horroriza… Lo odio. Es algo que me hace sufrir -confesó antes del taller-. Pero soy más fuerte que el sufrimiento. Ahora lo sé”, concluyó después. Aguantó bajo el hielo más de dos minutos. ¿La moraleja helada? “Demostrarme que si mi cabeza dice que sí –da fe-, el resto sigue”.

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